Capítulo 14
Aquella
pequeña bruja atormentaba su vida, pensó Peter, irritado.
Sonó el
teléfono. Peter lo descolgó.
—¿Qué pasa?
—ladró.
Era su
secretaria de Londres. Peter escuchó la lista de asuntos que resolver mientras
miraba con enfado una escena a través de la ventana de su despacho: Lali estaba
de pie, riendo, rodeada de constructores con cascos amarillos en la cabeza,
botas cubiertas de polvo, camisetas ajustadas y vaqueros.
¿Y qué
llevaba Lali?
Iba vestida
de rosa. Era su color favorito, se daba cuenta. Aquel día eran pantalones rosas
que se ajustaban a sus caderas y sus largas piernas. Y una camiseta rosa más
clara que dejaba al descubierto gran parte de su abdomen bronceado.
Demasiado
abdomen, se dijo Peter.
—No sé nada
de eso, Sonia —murmuró—. No sé si voy a viajar a Londres a asistir a una
reunión. Será mejor que le preguntes a Victor si puede asistir.
Lali movía el
cabello con el movimiento de la cabeza y resultaba la cosa más deslumbrante que
había visto nunca.
—Sé que
quieren que vaya, pero no es posible. Tengo compromisos.
Recordó que
estaba comprometido con una mujer que no tenía idea de la ropa que debía
ponerse en una obra.
—¿Has sabido
algo de Theron Herakleides? —preguntó.
Desde que
había discutido con su abuelo en el Caribe, no había sabido nada de él. No
había tenido noticias de su carta de despido del proyecto griego. Tampoco había
aparecido el documento en el cual lo dejaba totalmente al margen de su fortuna
en caso de boda con su nieta. Nadie podía dar con Theron Herakleides, hasta el
mismo Leandros se quejaba de que el anciano hubiera desaparecido de la faz de
la tierra. Peter sospechaba que solo debía recibir llamadas de su preciosa nieta.
Hablaba con ella todos los días. Pero ni su nieta lograba que le dijera qué iba
a hacer con el proyecto griego. Solo le había dicho: «Te veré dentro de dos
semanas». Ahora solo faltaban unos días.
Se trataba de
su compromiso oficial.
—Nada —dijo
su secretaria.
El anillo
brillaba en el dedo de Lali. Este se alzó para limpiar un poco de cemento del
bícep de un muchacho con aspecto muy viril. Peter frunció el ceño. El español
sonrió a Lali.
Peter terminó
la conversación telefónica rápidamente, se puso de pie y golpeó el cristal de
la ventana.
Lali se dio
la vuelta. Los hombres también. Lali le sonrió. Ellos sonrieron con más
picardía, como diciéndole que tenía suerte.
—Quiere que
le devuelvan el souvenir —se oyó decir a uno de los hombres.
Lali se rió,
como siempre que había oído aquello. Le hacía gracia. Pero no era un souvenir.
Él estaba enamorado de ella. Pensaba todo el tiempo en ella, la deseaba todo el
tiempo. La miraba y sentía multitud de sensaciones...
Después de
despedirse de sus fans, Lali se dirigió al despacho. Él la observó llegar, vio
que su boca tomaba una forma diferente, exclusivamente para él. Era un beso, un
beso sensual, ofrecido a la distancia. Era una seductora, una tentadora, pero
él no pudo evitar dedicarle una sonrisa.
—¿Qué estás
haciendo aquí? —preguntó él—. Creí que habíamos quedado en que te mantendrías
lejos de las obras para que no causaras accidentes.
Ella se rió.
Creyó que Peter estaba de broma, pero Peter no estaba seguro de ello.
—Tenía que
pedirte un consejo —dijo ella.
—¿Por qué no
me has llamado por teléfono?
—¡Oh! ¡No
seas tan duro! —se quejó ella, poniendo morritos que luego transformó en un
beso.
«Amo a este
hombre», se dijo Lali. Lo amaba tanto que no se atrevía a pensar en Atenas y en
que solo faltaban tres días para llegar allí.
¡Habían sido
tan felices en San Esteban! Le habría gustado saber cuánto había de farsa en
todo aquello, y cuánto de auténtico deseo...
No habían
discutido por nada, excepto acerca de su abuelo, de quien hablaban todos los
días, pero nunca de un modo que los hiciera recordar cómo había empezado todo
aquello.
—¿Querías mi
consejo acerca de lo bien que besas? —preguntó él.
Lali lo miró
profundamente. Hubiera sido fácil decir que sí y dejar el resto para cuando él
llegase a casa, pero no pudo.
—¡Oh, no! Sé
lo bien que beso...
Lali se
apartó de él, se bajó la cremallera de los pantalones, y abriéndoselos le
preguntó inocentemente:
—¿Qué opinas?
Inocente no
era la palabra, pensó Peter mientras miraba su vientre liso y suave. Era una
pequeña bruja, impredecible, irresistible... Porque encima de la línea de sus
braguitas lucía un corazón rojo.
—¡Es un
tatuaje! —exclamó él.
—¿Qué opinas?
—repitió ella.
—Creo que no
se te puede dejar sola —respondió él—. ¿Cómo se te ocurre marcar tu hermosa
piel de ese modo?
—Pensé que te
gustaría —contestó ella.
—¡Tonta! ¡Eso
te va a doler esta noche!
—No. Porque
no es real. Encontré una tienda en la parte antigua de San Esteban, donde hacen
tatuajes temporales. Desaparece en un mes más o menos. ¡Es estupendo! Tal vez
me haga uno de verdad la próxima vez...
—Sobre mi
cadáver —prometió él. Pero quiso tocar el corazón con el pulgar.
Cuando lo
hizo, ella gimió, y él se estremeció.
Conocía ese
sonido. La miró y vio sus ojos inocentes oscurecerse para transformarse en los
de una pecadora incorregible. Peter se excitó. Ella sonrió.
—Será
interesante ver si cambias de opinión —comentó.
Peter, que
estaba sentado en la silla de su escritorio, tiró de ella y la puso entre sus
piernas.
—No —dijo.
Subió la
cremallera de sus pantalones. Sujetó sus caderas y la sentó en su regazo. Los
besos en la boca eran menos peligrosos que los besos en otros sitios.
Al menos así
resguardaría algo de su dignidad si a alguien se le ocurría entrar en su
despacho.
Cuando
dejaron de besarse, los ojos de Lali resplandecían.
—Ahora te voy
a echar —dijo él sensualmente.
—Pero
preferirías venir conmigo.
Ella tenía
razón.
—Si ese
tatuaje te duele luego, tendremos una discusión.
—No me dolerá
—dijo, confiada.
El teléfono
de su escritorio comenzó a sonar. Tal vez fuera oportuno para frenar lo que aún
podía suceder entre ellos.
—Arriba —dijo
él, y la puso de pie con ambas manos. Luego, la dirigió hacia la puerta.
—Y ahora
vete, y no vuelvas —en medio de esa escena, descolgó el teléfono—. ¡Y deja en
paz a mis trabajadores!
Ella se dio
la vuelta y lo miró con unos ojos que lo derritieron.
—Me lo hice
para ti, ¿sabes? Te va a gustar, te lo prometo.
—Peter Lanzani
al habla —dijo él en el teléfono, mientras se ponía de pie para mirar a Lali
por la ventana.
La obra
entera se había parado, él lo notó. La vio alejarse, hacer un alto, mirar hacia
atrás y saludarlo con la mano, como para demostrarle que sabía que la estaba
mirando. Cuando se volvió a dar la vuelta para alejarse, Peter supo que a él no
le sería tan fácil alejarse de ella.
—Peter, soy
Victor. No te va a gustar esto, pero tengo que pedirte que me hagas un favor
muy grande...
A la media
hora de regresar Lali a la mansión, oyó entrar a Peter. Ella se había puesto a
leer el libro que le había regalado su abuelo para su cumpleaños.
Pero en
cuanto lo oyó, se olvidó del libro. Estaba encantada. Era un triunfo haber
logrado que él volviera temprano.
—¡Estoy en la
terraza! —exclamó.
Se puso de
pie y fue a su encuentro. Cuando lo vio, se detuvo. Su expresión sombría le
borró totalmente la sonrisa. Peter parecía otro hombre.
@Angie_232alma
Que le pido victor??? Qie viaje a londres? o algo relacionado con daniela?? Más me encanta!!
ResponderEliminarPor favor necesito otro cap!!! dale, dale
ResponderEliminar@ROCHI16TA
Victor k pedisteeeeee!!!!
ResponderEliminarestá es la parte en la que Daniela llega a su casa con el jeque no? Cuando terminaron su crucero y el jeque le hace una fiesta e invita a su papa y a su mejor amigo que en este caso es peter. Ósea que se viene una peleita porque seguro lali no quiere que vaya pero el va igual. Besos Naara
ResponderEliminarmás más más más más más más más más más más más
ResponderEliminarPucha estaban tan bien que ya odio a victor :( espero que no sea nada malo
ResponderEliminar@Masi_ruth
Nononononononononono eu! Que pasa? Nonono por favor, estaban tan bien! :(
ResponderEliminarNecesito saber MÁS!
@susonrisa_pl
AIA AIA AIA Q PASO?? porque te gusta dejarme con la incognita amiga NOOOO seas mala pone mas ya q ando de vacaciones
ResponderEliminarmás más más más más más
ResponderEliminarotro capítulo please!
ResponderEliminarotro otro otro otro otro otro otro otro capítulo quiero saber!
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