domingo, 6 de octubre de 2013

Capitulo 14



Capítulo 14

Aquella pequeña bruja atormentaba su vida, pensó Peter, irritado.

Sonó el teléfono. Peter lo descolgó.
—¿Qué pasa? —ladró.
Era su secretaria de Londres. Peter escuchó la lista de asuntos que resolver mientras miraba con enfado una escena a través de la ventana de su despacho: Lali estaba de pie, riendo, rodeada de constructores con cascos amarillos en la cabeza, botas cubiertas de polvo, camisetas ajustadas y vaqueros.
¿Y qué llevaba Lali?
Iba vestida de rosa. Era su color favorito, se daba cuenta. Aquel día eran pantalones rosas que se ajustaban a sus caderas y sus largas piernas. Y una camiseta rosa más clara que dejaba al descubierto gran parte de su abdomen bronceado.
Demasiado abdomen, se dijo Peter.
—No sé nada de eso, Sonia —murmuró—. No sé si voy a viajar a Londres a asistir a una reunión. Será mejor que le preguntes a Victor si puede asistir.
Lali movía el cabello con el movimiento de la cabeza y resultaba la cosa más deslumbrante que había visto nunca.
—Sé que quieren que vaya, pero no es posible. Tengo compromisos.
Recordó que estaba comprometido con una mujer que no tenía idea de la ropa que debía ponerse en una obra.
—¿Has sabido algo de Theron Herakleides? —preguntó.
Desde que había discutido con su abuelo en el Caribe, no había sabido nada de él. No había tenido noticias de su carta de despido del proyecto griego. Tampoco había aparecido el documento en el cual lo dejaba totalmente al margen de su fortuna en caso de boda con su nieta. Nadie podía dar con Theron Herakleides, hasta el mismo Leandros se quejaba de que el anciano hubiera desaparecido de la faz de la tierra. Peter sospechaba que solo debía recibir llamadas de su preciosa nieta. Hablaba con ella todos los días. Pero ni su nieta lograba que le dijera qué iba a hacer con el proyecto griego. Solo le había dicho: «Te veré dentro de dos semanas». Ahora solo faltaban unos días.
Se trataba de su compromiso oficial.
—Nada —dijo su secretaria.
El anillo brillaba en el dedo de Lali. Este se alzó para limpiar un poco de cemento del bícep de un muchacho con aspecto muy viril. Peter frunció el ceño. El español sonrió a Lali.
Peter terminó la conversación telefónica rápidamente, se puso de pie y golpeó el cristal de la ventana.
Lali se dio la vuelta. Los hombres también. Lali le sonrió. Ellos sonrieron con más picardía, como diciéndole que tenía suerte.
—Quiere que le devuelvan el souvenir —se oyó decir a uno de los hombres.
Lali se rió, como siempre que había oído aquello. Le hacía gracia. Pero no era un souvenir. Él estaba enamorado de ella. Pensaba todo el tiempo en ella, la deseaba todo el tiempo. La miraba y sentía multitud de sensaciones...
Después de despedirse de sus fans, Lali se dirigió al despacho. Él la observó llegar, vio que su boca tomaba una forma diferente, exclusivamente para él. Era un beso, un beso sensual, ofrecido a la distancia. Era una seductora, una tentadora, pero él no pudo evitar dedicarle una sonrisa.
—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó él—. Creí que habíamos quedado en que te mantendrías lejos de las obras para que no causaras accidentes.
Ella se rió. Creyó que Peter estaba de broma, pero Peter no estaba seguro de ello.
—Tenía que pedirte un consejo —dijo ella.
—¿Por qué no me has llamado por teléfono?
—¡Oh! ¡No seas tan duro! —se quejó ella, poniendo morritos que luego transformó en un beso.
«Amo a este hombre», se dijo Lali. Lo amaba tanto que no se atrevía a pensar en Atenas y en que solo faltaban tres días para llegar allí.
¡Habían sido tan felices en San Esteban! Le habría gustado saber cuánto había de farsa en todo aquello, y cuánto de auténtico deseo...
No habían discutido por nada, excepto acerca de su abuelo, de quien hablaban todos los días, pero nunca de un modo que los hiciera recordar cómo había empezado todo aquello.
—¿Querías mi consejo acerca de lo bien que besas? —preguntó él.
Lali lo miró profundamente. Hubiera sido fácil decir que sí y dejar el resto para cuando él llegase a casa, pero no pudo.
—¡Oh, no! Sé lo bien que beso...
Lali se apartó de él, se bajó la cremallera de los pantalones, y abriéndoselos le preguntó inocentemente:
—¿Qué opinas?
Inocente no era la palabra, pensó Peter mientras miraba su vientre liso y suave. Era una pequeña bruja, impredecible, irresistible... Porque encima de la línea de sus braguitas lucía un corazón rojo.
—¡Es un tatuaje! —exclamó él.
—¿Qué opinas? —repitió ella.
—Creo que no se te puede dejar sola —respondió él—. ¿Cómo se te ocurre marcar tu hermosa piel de ese modo?
—Pensé que te gustaría —contestó ella.
—¡Tonta! ¡Eso te va a doler esta noche!
—No. Porque no es real. Encontré una tienda en la parte antigua de San Esteban, donde hacen tatuajes temporales. Desaparece en un mes más o menos. ¡Es estupendo! Tal vez me haga uno de verdad la próxima vez...
—Sobre mi cadáver —prometió él. Pero quiso tocar el corazón con el pulgar.
Cuando lo hizo, ella gimió, y él se estremeció.
Conocía ese sonido. La miró y vio sus ojos inocentes oscurecerse para transformarse en los de una pecadora incorregible. Peter se excitó. Ella sonrió.
—Será interesante ver si cambias de opinión —comentó.
Peter, que estaba sentado en la silla de su escritorio, tiró de ella y la puso entre sus piernas.
—No —dijo.
Subió la cremallera de sus pantalones. Sujetó sus caderas y la sentó en su regazo. Los besos en la boca eran menos peligrosos que los besos en otros sitios.
Al menos así resguardaría algo de su dignidad si a alguien se le ocurría entrar en su despacho.
Cuando dejaron de besarse, los ojos de Lali resplandecían.

—Ahora te voy a echar —dijo él sensualmente.
—Pero preferirías venir conmigo.
Ella tenía razón.
—Si ese tatuaje te duele luego, tendremos una discusión.
—No me dolerá —dijo, confiada.
El teléfono de su escritorio comenzó a sonar. Tal vez fuera oportuno para frenar lo que aún podía suceder entre ellos.
—Arriba —dijo él, y la puso de pie con ambas manos. Luego, la dirigió hacia la puerta.
—Y ahora vete, y no vuelvas —en medio de esa escena, descolgó el teléfono—. ¡Y deja en paz a mis trabajadores!
Ella se dio la vuelta y lo miró con unos ojos que lo derritieron.
—Me lo hice para ti, ¿sabes? Te va a gustar, te lo prometo.
—Peter Lanzani al habla —dijo él en el teléfono, mientras se ponía de pie para mirar a Lali por la ventana.
La obra entera se había parado, él lo notó. La vio alejarse, hacer un alto, mirar hacia atrás y saludarlo con la mano, como para demostrarle que sabía que la estaba mirando. Cuando se volvió a dar la vuelta para alejarse, Peter supo que a él no le sería tan fácil alejarse de ella.
—Peter, soy Victor. No te va a gustar esto, pero tengo que pedirte que me hagas un favor muy grande...

A la media hora de regresar Lali a la mansión, oyó entrar a Peter. Ella se había puesto a leer el libro que le había regalado su abuelo para su cumpleaños.
Pero en cuanto lo oyó, se olvidó del libro. Estaba encantada. Era un triunfo haber logrado que él volviera temprano.
—¡Estoy en la terraza! —exclamó.

Se puso de pie y fue a su encuentro. Cuando lo vio, se detuvo. Su expresión sombría le borró totalmente la sonrisa. Peter parecía otro hombre.

@Angie_232alma

11 comentarios:

  1. Que le pido victor??? Qie viaje a londres? o algo relacionado con daniela?? Más me encanta!!

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  2. Por favor necesito otro cap!!! dale, dale
    @ROCHI16TA

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  3. Victor k pedisteeeeee!!!!

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  4. está es la parte en la que Daniela llega a su casa con el jeque no? Cuando terminaron su crucero y el jeque le hace una fiesta e invita a su papa y a su mejor amigo que en este caso es peter. Ósea que se viene una peleita porque seguro lali no quiere que vaya pero el va igual. Besos Naara

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  5. más más más más más más más más más más más más

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  6. Pucha estaban tan bien que ya odio a victor :( espero que no sea nada malo
    @Masi_ruth

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  7. Nononononononononono eu! Que pasa? Nonono por favor, estaban tan bien! :(
    Necesito saber MÁS!
    @susonrisa_pl

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  8. AIA AIA AIA Q PASO?? porque te gusta dejarme con la incognita amiga NOOOO seas mala pone mas ya q ando de vacaciones

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  9. más más más más más más

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  10. otro capítulo please!

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  11. otro otro otro otro otro otro otro otro capítulo quiero saber!

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