Capítulo 17
Lali estaba
soltando juramentos en el jardín. Estaban dirigidos a un inglés alto y moreno,
idiot@, y sin corazón.
No estaba
contenta. Todo el mundo en casa de su abuelo en Atenas sabía que no estaba
contenta. Se había peleado con su abuelo. Nunca se peleaba con su abuelo...
Pero, igual
que el inglés, su abuelo no tenía corazón. La había decepcionado. En el momento
en que había necesitado consuelo y apoyo, se los había negado con una
brusquedad terrible.
—No, Lali. No
dejaré que hagas esto —le había dicho.
—¡Pero tú no
tienes nada que opinar en esto! —había gritado ella.
—En este
tema, sí. Te di dos semanas para que te aclarases acerca de ese hombre. Cuando
viniste y me dijiste que lo adorabas, cedí a tus deseos, como un estúpido, y
seguí organizando la fiesta de esta noche. Por lo tanto, no dejaré que me
pongas en ridículo, ¡cancelando el Lalinto a estas alturas!
—¡Pero no
tengo a ningún hombre al que prometerme!
—Entonces,
encuentra uno —le aconsejó—. O bailarás sola esta noche, preciosa mía, con tu
honor por el suelo y el orgullo de los Herakleides Esposito tirado a su lado...
—No puedes
decirlo en serio...
Pero lo decía
en serio. Por ello Lali estaba en el jardín pensando qué debía hacer en
relación a la fiesta que no quería celebrar, con el compromiso con un hombre
que no estaba allí para compartir con ella ambas cosas, ¡aun si ella lo
quisiera!
¿Dónde estaba
Peter?
¿Estaría con Daniela?
¿Adorando lo inalcanzable mientras su sufrido marido aguantaba la farsa para
salvar la cara?
¡Deseaba que
lo hubieran arrojado a una mazmorra!
Pero, ¿dónde
estaba Peter?, gritaba su estúpido corazón.
Era sábado.
El día antes había dejado un mensaje en el contestador del teléfono de San
Esteban, diciéndole que la llamase. ¿No podría haber hecho eso al menos?
«Quiero que
venga». «No quiero que venga», se decía Lali todo el tiempo. Se ponía de pie.
Se sentaba.
Miró hacia
abajo. Se pasó el pulgar de la mano derecha por el dedo anular de la mano
izquierda, donde solía llevar el anillo que le había regalado Peter.
Echaba de
menos el anillo. No soportaba vivir sin Peter...
—Lali...
—Vete,
abuelo... —no quería hablar con nadie.
—Ha habido
una llamada telefónica para ti...
—¿De Peter?
—se puso de pie de un salto. Al ver la cara de tristeza de su abuelo habría
deseado que la tragase la tierra.
—Era Aidan
Galloway —dijo su abuelo—. Estaba en el aeropuerto y ha dicho que vendría a
verte. Le he dicho que te alegraría verlo.
—¿Por qué?
—preguntó ella, a la defensiva—. ¿Crees que Aidan puede sustituir a Peter?
Theron se
rió. Lali sintió más rabia aún.
—No es una
mala idea, cariño. Estará aquí dentro de pocos minutos. Dejaré que se lo
sugieras —su abuelo se alejó, riéndose aún.
Su abuelo
disfrutaba con aquello, gruñó ella en silencio. Hasta entonces no se había dado
cuenta del sentido del humor tan retorcido que tenía Theron Herakleides. ¿Le
divertía verla sufrir?
Theron se detuvo,
pensando si debía decirle lo que sabía para sacarla de aquella desesperación.
Había estado en contacto con Victor Frayne por el proyecto griego. Y Victor le
había informado acerca de la repentina partida de Peter.
Estaba seguro
de que iba a ir a pedir la mano de su nieta. Pero era mejor no decírselo a Lali.
Estaba demasiado acostumbrada a que todo saliera a su antojo. Había crecido sin
sufrir ninguna pena. Era inteligente, tenía gracia, encanto e ingenio. Y sabía
cómo usar sus virtudes para conseguir sus objetivos con facilidad. Pero el amor
era algo que debía trabajarse para que desarrollase su máximo potencial. Debía
experimentar el sentimiento de temor a perderlo para que lo apreciara en todo
su valor, y para que no se arriesgase a volver a perderlo.
¿Por qué
sentía que Lali necesitaba pasar por aquello? Porque Peter era un hombre de
carácter, había descubierto.
Peter llegó a
Atenas y tuvo que acelerar el paso en un aeropuerto que estaba lleno de gente.
Tomó un taxi,
colándose en la cola, por medio de un billete de cincuenta dólares que puso en
la mano del taxista. El viaje a través de la ciudad lo puso nervioso. El calor,
las calles atestadas de gente, y el hecho de haber decidido viajar a Atenas
antes de haberse asegurado de que Lali no estuviera en San Esteban aumentaban
su estrés. Así que, en el momento en que el taxi atravesó los portones de la
mansión de los Herakleidess, empezó a arrepentirse de aquella decisión
impulsiva de ir tras Lali.
El taxi se
detuvo frente a la mansión de piedra de estilo griego clásico. Una criada abrió
la puerta y sonrió al reconocerlo de otras veces que había estado allí. Cuando
le dijo que quería ver a Lali, la mujer le ofreció llevar su maleta adentro y
lo invitó a ir al jardín que había en el fondo de la casa.
Peter se
sintió aliviado de saber que su intuición lo había conducido al lugar correcto.
Era media
tarde cuando salió a la terraza. El aire cálido le hizo recordar al Caribe.
Caminó y se detuvo frente a una escalinata que bajaba hasta el jardín. Este era
un estallido de colores del verano. Desde aquella altura, podría ver a Lali.
La vio
inmediatamente. Habría sido imposible no verla, porque llevaba una camiseta
rosa ajustada, con una falda corta de color lavanda. Sobresalía en aquel jardín
colorido como la flor más hermosa. El corazón de Peter empezó a latir
aceleradamente al anticipar la sensación de estrecharla entre sus brazos. La
vio moverse. Se dio cuenta de que no estaba sola. Se encontraba en el mismo
lugar donde la había visto por última vez en casa de su abuelo... ¡Y como
aquella vez, ahora estaba en los brazos de un hombre! ¡En brazos de Aidan
Galloway!
La realidad
lo golpeó sin piedad. Parecía una broma. Casi se rió. Pero no estaba de humor
para reírse. «Date la vuelta», se dijo. «Vete», pensó. Había sido un tonto.
—¡Oh, Aidan!
—Lali sollozaba en el hombro de Aidan—. ¡He sido una tonta!
—No eres la
única —respondió Aidan.
—Él no va a
venir, y yo he dejado ese estúpido mensaje en el contestador...
—Te
comprendo. Debes de tener el mensaje en la cabeza todo el tiempo... Lo sé... Es
una tortura.
—Odio a Peter
Lanzani—sollozó Lali en su hombro.
—A mí me
gustaría poder odiar a Corin... —murmuró él.
—¡Oh! —Lali
tocó su mejilla—. ¿Ella sigue...?
—Sí.
Peter observó
la escena. Lali estaba en su papel de siempre, pensó Peter amargamente.
Sintió ganas
de cometer un asesinato. Estaba a punto de dar el primer paso para cometerlo
cuando una mano le tocó el brazo. Peter se sobresaltó, y estuvo a punto de dar
un puñetazo a Theron Herakleides.
—Venga
adentro, señor Lanzani —dijo serenamente el abuelo de Lali.
—Es Aidan
Galloway el que está con ella —murmuró Peter.
—Lo sé
—asintió Theron—. Pero un hombre furioso no se enfrenta a uno más débil. Así
que, venga, adentro —repitió—. Tengo un asunto de que hablarle.
Peter pensó
en negocios.
—Deje sus
propuestas de negocios para otra persona —le dijo a Theron, quitándose la mano
del anciano de su hombro—. Me marcho —se dio la vuelta para entrar en la casa
nuevamente.
Theron lo
siguió.
—Tenga
cuidado con lo que dice en este momento, señor Lanzani —le aconsejó—. Porque
aquí, en Grecia, un hombre puede ser llevado a los tribunales por dejar
plantada a su prometida...
Peter se
sintió irritado por aquellas palabras.
—No ha habido
compromiso —comentó.
Había sido
todo un plan orquestado por aquella pequeña bruja.
—Hay muchos
testigos en San Esteban que dirían lo contrario.
Peter se
detuvo, se giró y miró al abuelo de Lali, sabiendo que no había terminado de
hablar.
—¡Ah! —dijo Theron—.
Veo que me comprende. Entonces, iremos adentro para seguir hablando acerca de
este acuerdo.
Theron abrió
la puerta de su despacho y entró. Después de un momento de duda, Peter lo
siguió con la palabra «acuerdo» sonando en su cabeza.
El despacho
de Theron estaba decorado y amueblado en consonancia con la sólida personalidad
de su dueño.
—Entonces...
¿De verdad cree que puede devolverme a mi nieta como si fuera una mercancía
usada y rota sin pagar un alto precio?
La palabra
«rota», le dio risa.
—Pídale a
Aidan Galloway que pague su precio —sugirió—. Él tiene el dinero. A mí no podrá
sacarme un solo centavo.
—Lali lo ama.
—¡Tonterías!
—explotó Peter de pronto—. ¡Abra los ojos, Theron! ¡A Lali solo le interesa la
excitación de la seducción!
A través del
ventanal del despacho de su abuelo, Lali oyó la voz de Peter. Se quedó
paralizada un momento, y luego se dio la vuelta para mirar hacia la casa.
—Tenga por
seguro que Aidan Galloway estará deseoso de ocupar su lugar esta noche. La
celebración del compromiso de Lali tendrá lugar esta noche, esté usted o no a
su lado. Lali está resignada a ello. Usted ha roto su corazón, y ahora a ella
le da igual el hombre que comparta su cama.
Peter sintió
que aquellas palabras eran como balas.
¿Estaría Lali
intentando seducir a Aidan Galloway para que ocupase su lugar? Sintió rabia. Él
conocía bien las artes de persuasión que tenía Lali.
—¿Qué quiere
de mí, Theron? —preguntó.
—Quiero que
honre las promesas que me hizo en el Caribe —respondió el viejo.
—Hablaré con Lali
—dijo Peter, rabioso con ella.
¡Lali jugaba
con los sentimientos de los hombres! ¡Había nacido con un don especial para
hacer el amor! ¡Y no iba a permitir que nadie más lo supiera!
—No lo hará
sin el derecho a hacerlo —dijo Theron.
—Explíquemelo
—insistió Peter.
Theron puso
varios documentos encima del escritorio.
—Usted conoce
los términos. Firme, y podrá hablar con mi nieta. Si no firma, será como
dejársela a Aidan Galloway.
«¡Ah!», pensó
Peter. Aquel era el acuerdo para proteger el dinero de Theron. Casi se rió en
la cara del anciano mientras tomaba la pluma y firmaba.
—Y ahora, si
me permite... —dijo Peter fríamente.
—¿No cree que
debería leer lo que acaba de firmar? Es poco sensato firmar un documento sin
leerlo. Podría haber entregado toda su fortuna sin saberlo.
—¿Qué
fortuna? —preguntó Peter, burlón. Su fortuna estaba afuera, en brazos de otro
hombre.
—Es un
mentiroso, Lanzani —dijo Theron. Luego se rió—. ¿Cree que iba a dejarlo seducir
a mi nieta y casarse con ella sin hacer una investigación? Usted es un Lanzani
de Caledonia, de la línea de barcos mercantes. Su abuelo la vendió en los
sesenta y murió en los ochenta, dejándole tanto dinero, ¡que hasta podría
comprar mis empresas!
—¡Ah, mis
credenciales! —exclamó cínicamente, Peter—. ¿Cuánto tiempo hace que planeó
esto? —preguntó.
—¿Casarlo con
mi nieta? Hace dos semanas empezó a ser digno de consideración cuando mi
sobrino, Leandros, dejó escapar cuánto dinero había invertido usted en San
Esteban —contestó Theron—. Un simple arquitecto, aunque sea un genio, ¡no puede
ganar tanto dinero! ¡Tengo un gran instinto para estas cosas! —exclamó Theron,
divertido—. Así que hice averiguaciones, por curiosidad, como comprenderá, y
por el bien de Lali, por supuesto.
Peter miró el
documento que acababa de firmar, y comenzó a preguntarse qué había hecho.
—No le
servirá de mucho. Vivo de lo que gano. Todo el dinero que me ha dejado mi
abuelo está en fideicomisos para mis futuros hijos.
—Para mis
nietos —asintió Theron—. Exactamente.
O sea que de
aquello se trataba.
—O sea que Lali
está a la venta, al mejor postor...
Theron se
puso de pie, lleno de ira.
—¡No hable de
Lali en ese tono! ¡Ya he aguantado que se ría de mí ocultando su riqueza cuando
estoy bien documentado acerca de su fortuna! Pero, piense en Lali, ¡y dígame si
ella distingue entre el hombre que la ama por sí misma y aquel que la ama por
el dinero que heredará un día!
—Así que cree
que encontrándole un marido con más dinero que ella la protege de la decepción
y del desamor —gritó Peter, furioso—. ¡Tener dinero en el banco no es garantía
de amor, Theron! ¡Solo es... dinero en el banco! ¡Yo podría romper su estúpido
y despiadado corazón igual que cualquiera!
—Si usted
fuera un hombre capaz de hacer eso, ¡no estaría aquí discutiendo esto!
—¡Ella piensa
que yo estoy enamorado de otra mujer! —gritó a Theron—. ¿Quiere hacerme creer
que sus detectives no se lo han dicho?
—Si no se lo
han dicho, ahora lo sabe —dijo otra voz más serena.
Holaaa,como estan ? chicas como vieran la ultima vez subio Mar (Gracias amiga) y algo les dijo de q estaba super complicada,estuve un tiempo sin internet y encima estaba con examenes x eso no e estado x aqui,pero vengo a terminar la nove q dicen ? firmen mucho y suboo,gracias a las q estan siempre ahi y no se olvidan de mi a pesar de todo jaja las quiero ♥♥
@Angie_232alma
Muy buen capítulo másss
ResponderEliminarSiii ya quiero otro cap
ResponderEliminarMaas
EliminarAy peter esta re enamorado de lali y la otra con el tipo
ResponderEliminarM
ResponderEliminarA
ResponderEliminarS
ResponderEliminarPor favor, sube lo que queda de novelaD: Ya esperamos bastante, por fa:c
ResponderEliminarsisisisisii mas novee por favor!
ResponderEliminarAaa me muero más por favo
ResponderEliminarHola angie que bueno que volviste! Se te entrañaba! Me encanta me encanta y me encanta como te quedan las fotos ésta está hermosa te quedó divina! Besos Naara
ResponderEliminarmuy buen capitulo quiero mas!! que bueno que volviste!! =)
ResponderEliminarquiero más!!
ResponderEliminarquien entro en la habitación? Lali???
otro cap!!
@rochi16ta
mmmmmmmmmmmmmmmmmmaaaaaaaaaaaaaaaaaaassssssssssssssss
ResponderEliminarsubi mas porfavor me encanta te lo ruego jejejeje
ResponderEliminar,massssssssssssssssssssssssssss por favorrrrrr
ResponderEliminarmassssss masssssssssssssss masssssssssssssss massssss massssssssssssss masssssssssssssssssss
ResponderEliminarsiguiente capitulo por favorrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr
ResponderEliminarmasssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss
ResponderEliminarAmiga de nada vos sabes mientras pueda te ayudo subi mas besos
ResponderEliminarMARCHU
Será Lali quien lo escuchó.
ResponderEliminarMas noveee soy nueva y me encanto x faaaa seguila
ResponderEliminarnaty
Masssssssssssssssss
ResponderEliminarMaraton Maraton
Maas!!! Me encanta!!!!
ResponderEliminarBesos, Aby:)
Maas!!! Me encanta!!!!
ResponderEliminarBesos, Aby:)
me muerooo
ResponderEliminarcuando se van a decir todo de una vez x todasss buaaa :'(
massss