Capítulo 10
EL resto del
viaje fue una lección para aprender a evitar las señales equivocadas.
Llegaron a
Heathrow por la mañana temprano y tuvieron que darse prisa para tomar el vuelo
de conexión a Málaga. El vuelo estaba lleno de excitados y ruidosos niños que
se iban de vacaciones a España.
Llegaron a
Málaga por la tarde temprano. Los esperaba un viaje de dos horas en coche hasta
San Esteban.
Lali parecía
cansada. Peter la llevó a una sala del aeropuerto para que se sentase un rato.
Dejó el carrito con las maletas a su lado y se marchó, sin decirle adónde iba.
Cuando
regresó, la encontró en el mismo sitio.
—Piensa lo
cómodo que sería si estuviéramos casados —le dijo ella cuando Peter volvió.
Él dirigió la
mirada adonde señalaba su dedo. Vio que sus dos maletas tenían las mismas
iniciales. Peter torció la boca de disgusto. No le gustaba la broma.
—Era una
broma —dijo Lali al darse cuenta de que no le había gustado.
—Es hora de
irnos —fue todo lo que dijo él.
Peter tiró
del brazo y la ayudó a ponerse de pie. Le rodeó los hombros y la llevó afuera,
apretada contra él.
Ella se
sentía bien así.
—No tienes
sentido del humor —dijo ella.
—Tal vez no
seas oportuna para las bromas —contestó él.
Posiblemente tuviera
razón. Quizás no hubiera sido un comentario muy diplomático en aquella
situación.
Ella suspiró,
y él le apretó afectuosamente el brazo, como si comprendiera.
Cuando se
acercaron a las puertas de cristal, vieron a un grupo de españoles de traje oscuro
seguidos por otro grupo con cámaras de fotos, que iban siguiendo a una figura
hermosa de ojos negros y cabello negro.
—Señorita
Cordero, mire, por favor —decían y dirigían los flashes a la mujer.
—¿Es cierto
que ha pasado la noche en Port Said con su amante, el jeque Rafiq?
Lali notó que
Peter se ponía rígido. Lo miró y vio que fruncía el ceño.
—¿Qué ocurre?
¿Quién es ella?
—Serena
Cordero, la bailarina —respondió.
Entonces Lali
recordó. Serena Cordero era la reina del flamenco. Su reciente gira había
extendido la fiebre del flamenco por todo el mundo. Y su danza apasionada
cautivaba a todos los hombres.
Pero todo
aquello no explicaba la actitud de Peter.
—¿La conoces?
Él agitó la
cabeza.
—Solo sé
cosas de ella.
—Entonces,
¿por qué pones esa cara?
—¿Qué cara?
—Has fruncido
el ceño —murmuró ella, y le tocó el espacio entre las cejas.
Peter le
agarró la mano y la quitó.
Y entonces,
Serena Cordero pareció dejar de existir, porque el mutuo deseo lo borró todo.
—Vamos —dijo Peter.
Él la
deseaba, ella lo deseaba. Ocurriría algún día. Lali estaba segura.
—De acuerdo
—contestó ella.
Cuando
salieron del aeropuerto, el calor los abrasó. Venir del Caribe podría haber
significado que estuvieran aclimatados al calor, pero el calor húmedo de allí
era muy diferente al calor seco de España.
Los esperaba
un coche con un chófer. Lali se alegró de sentir el aire acondicionado dentro.
Estarían frescos durante dos horas al menos.
El cansancio
volvió a apoderarse de Lali.
Pero no
habían abandonado aún el recinto del aeropuerto cuando vio un helicóptero con
el logotipo de Petronades en uno de sus lados.
—¿Y ahora
qué? —preguntó.
—El
transporte a San Esteban es cortesía de tu primo, Leandros —comentó con cinismo
Peter—. Ya que él fue el artífice de la llamada que nos trajo aquí, no está mal
que nos sirva de algo.
El viaje de
dos horas se transformó en treinta minutos de vuelo.
Cuando
empezaron a sobrevolar una zona verde, Peter le dijo:
—San Esteban.
Lali miró por
la ventana y sintió que se quedaba sin respiración al ver algo que la
sorprendió. No sabía bien qué había esperado ver, pero ciertamente no aquello.
Había una
especie de castillo árabe moderno en lo alto de la colina. Lo rodeaba un jardín
que llegaba hasta un pequeño puerto con un paseo marítimo pavimentado con
mosaicos que lo comunicaba con un hermoso pueblo de casas blancas. Aquel estilo
árabe se repetía en una ingeniosa mezcla de toque antiguo y moderno a la vez.
Todo era armonioso, no había nada que chocase al verlo. No era de extrañar que
su abuelo quisiera que Lanzani-Frayne aplicase su magia a su proyecto, pensó Lali.
Lali dio
vuelta la cabeza y miró a Peter. Vio a un hombre diferente: al artista, al
hombre sensible y romántico, que tal vez pudiera enamorarse de lo inalcanzable,
y hasta llegar al extremo de amar porque el objeto de su amor estuviera fuera
de su alcance. Ya se sabía que los artistas sufrían por amores imposibles que
alimentaban su creatividad.
¿Sería ese el
motivo de que se sintiera atraído por ella? Su abuelo le había dejado bien
claro que su nieta estaba fuera de su alcance.
Sabía que la
deseaba, pero le hubiera querido advertir que ella no tenía ninguna intención
de permanecer fuera de su alcance...
El
helicóptero los dejó en un helipuerto construido para comodidad del castillo,
que, ahora se daba cuenta, era un hotel enclavado en una zona de hermosos
parques. Un coche los estaba esperando para transportarlos a lo alto de la
colina que rodeaba la bahía, donde se escondían lujosas mansiones tras árboles
y arbustos. El coche atravesó una entrada de arcos que los adentró en un patio
de mosaicos de una de aquellas mansiones.
Peter abrió
la puerta de entrada mientras el chófer sacaba las maletas y las dejaba en el
umbral. Peter conocía al hombre. Habían conversado en español durante el corto
viaje y siguieron haciéndolo hasta que el hombre se marchó.
Nuevamente el
silencio se instaló entre ellos, como ocurría siempre que estaban solos, como
en aquel momento.
—¿Entramos?
—le preguntó Peter.
—Sí —Lali
hizo un esfuerzo por sonreír—. ¿Este es uno de tus diseños? —preguntó.
—¿Quieres
refrescarte primero o...? No —contestó Peter a su pregunta.
—Sí, por
favor —respondió ella a la suya.
Él suspiró,
se pasó la mano por el cuello y de pronto se sintió cansado.
—La
habitación de invitados es por aquí —Peter recogió su equipaje y la condujo por
estancias de suelo de mármol y arcos que parecían llevar a la habitación
principal.
Pero Lali no
demostró mucho interés por la decoración. Lo que quería era estar sola,
tumbarse en la cama...
—El cuarto de
baño está en aquella puerta —dijo Peter dejando su equipaje—. Puedes salir a la
terraza por allí —señaló los ventanales—. Ponte cómoda... —se acercó a la
puerta—. Estaré trabajando en la terraza si me necesitas. Si no, tómate tu
tiempo.
Lali se dio
cuenta de que él no la había mirado ni un momento desde que habían llegado a la
mansión. Debía de sentirse incómodo, igual que ella.
—De acuerdo
—respondió Lali.
Finalmente, Peter
la dejó sola. ¡Y Lali se arrepintió tanto de haber ido allí!
Al ver que Lali
tardaba, Peter se preguntó si se habría echado atrás. Al principio, se había
alegrado de tener un respiro, había preparado té y había hecho varias llamadas
por teléfono para entretenerse mientras ella descansaba un rato.
Pero, al ver
que no aparecía, empezó a preocuparse.
Se oyó un
ruido en la terraza: era una de las puertas de acceso. A Peter se le hizo un
nudo en la garganta. Finalmente, Lali hizo su aparición, con un vestido recto
sin mangas, de escote amplio, que le llegaba por encima de la rodilla.
La observó
asomarse a la terraza, mirar la bahía...
Era una
hermosa figura. «Tranquilo», se dijo. Pero no había nada que lo dejara
tranquilo de Lali Herakleides. Su boca, su pelo, su rostro, su maravilloso
cuerpo... Hasta aquella expresión de timidez que tenía en aquel momento
despertaba un cosquilleo dentro de él.
Holaaa chicas!! gracias a todas las q firmaron :Marchu (sirve q insistas amiga jaja) ,Chari (estoy de acuerdo con vos los pequeños detalles son los q uno mas aprecia ♥) Rocio,Naara,Samii,Abril,Aby,Vale y a todas las demas! ♥
Gracias x preguntar como me fue en los examenes creo q bien,pero toca esperar notas jaja
Y chicas con la maraton banquenme un poco q recien voy llegando jaja
Besos LAS ADOROO ♥
PD:Pasen x esta nove www.tusnovelalitter.blogspot.com
@Angie_232alma
Están los dos muy pensativos,pero no hacen nada.Deberían hablar.
ResponderEliminarLos dos se quieren deberian dejar que fluya!!!!! En algun momento aparece Daniela????
ResponderEliminar@ROCHI16TA
Esq me cuelgo pq digo como voy a estar pendiente de las firmas pero luego se me olvida no supe cuantas firmas hubo en el cap anterior
ResponderEliminarme encantaaa ♥
ResponderEliminarmaas
ME encanta!! Más!! Cuanto más aguantarán estos dos?
ResponderEliminarGracias por subir! Estos son más indeciso que sí pero no que no pero sí hay dios que hagan algo! Jajajajajajajajaja besos Naara
ResponderEliminarmass más más más más más más más más
ResponderEliminarahora que me acuerdo esa bailarina era la mujer con la que estaba el medio hermano de peter de la otra nove no?el que siempre cuidaba a lali creo que era conmo su mano derecha Naara
ResponderEliminarJaja que feo salió peter en la foto de arriba a la derecha parece otro Jajaja. Mas novelaaaaaaaaa
ResponderEliminar+++++++++
ResponderEliminarmas me encanta!
ResponderEliminarJajajaja "recién voy llegando" está bien tenes razon te banco pero igual espero que puedas hacer un maratón :þ
ResponderEliminarme encantaa, sube mas :D ! Y sii, jaja te bancamos con la maratón :)
ResponderEliminarmas mas mas me encanta
ResponderEliminarmas nove!!!!
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ResponderEliminarN
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ResponderEliminar+++++++++++
ResponderEliminarHolaa comence a leer hoy pero me pondr al dia :) http://casijuegosca.blogspot.com.ar/ te recomiendo besitos
ResponderEliminarangie no te me desaparezcas!!!!
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