miércoles, 18 de septiembre de 2013

Capitulo 11


Capítulo 11

Lo siento. Me quedé dormida.
—Está bien... —dijo él, excitado solo con verla—. He estado trabajando. No me di cuenta de que había pasado tanto tiempo —mintió él.
—Es una vista muy bonita —comentó Lali—. Nada parece nuevo ni fuera de lugar. Todo encaja perfectamente, como si estuviera aquí desde hace siglos.
—Esa ha sido la idea —después de un momento, Peter se puso de pie al lado de Lali para señalarle los diferentes edificios y servicios que tenía el complejo turístico. Lali olía a champú y sutilmente a algo caro—. Aún no hemos empezado a desarrollar ese espacio —señaló uno de los extremos de la bahía, y le explicó los proyectos que tenían en esa zona para los siguientes dos años.
Su brazo le rozó el hombro, su voz masculina vibró en su piel... Lali apenas podía prestarle atención.
—Muy utópico —murmuró Lali—. ¿Y todo esto es tuyo?
—No. Me gustaría que lo fuera, pero no es así. El dueño de todas las tierras es un austero español llamado don Felipe de Vázquez. Victor y yo simplemente somos los hombres que hemos transformado sus ideas en realidad.
—Todo esto no refleja un temperamento demasiado austero. Se trasluce la obra de un corazón romántico aquí.
—Tal vez don Felipe tenga un fondo oculto —pero, por su tono, Peter no parecía convencido—. Pero a mí me parece que lo que tiene es un gran instinto para los negocios.
—No le tienes simpatía —comentó ella.
—El que yo le tenga simpatía o no se la tenga, es algo que no interesa en esto —dijo Peter diplomáticamente.
Lali se apoyó en la barandilla y se cruzó de brazos.
—Pero no le tienes simpatía —insistió.
Él se rió. Y luego la miró. Fue un error, porque sus ojos lo derritieron. Y se olvidó de don Felipe y de San Esteban con toda su belleza. Porque Lali hechizaba y eclipsaba cualquier belleza.
Ella estaba relajada, le estaba sonriendo con aquella hermosa boca... «No lo estropees», se dijo él.
No era fácil, pensó Lali. Mantener aquel nivel de relajada amistad era difícil cuando lo que en verdad quería hacer era besarlo. Se había quedado dormida pensando en aquel hombre. Se había despertado pensando en aquel hombre... Y no se atrevía a recordar sus sueños porque en ellos también había estado presente él.
—Don Felipe... —repitió ella, aunque no le interesaba en absoluto aquella conversación. Pero tenía que disimular.
Alofnso respiró profundamente, entreabrió los labios.
—Hay que conocer muy bien a una persona para saber si te gusta o no —dijo Peter, desviando la mirada de Lali, antes de que hiciera algo que no debía—. Es un hombre extraño, muy reservado, frío, distante. Se corre el rumor de que fue desheredado por su padre en favor de su hermanastro, y que no le sentó muy bien la decisión. Estuvo muy enfadado durante un tiempo, se metió en un par de peleas, tuvo un accidente, que lo dejó marcado en más de un sentido... Desde entonces ha querido demostrar a su familia que no los necesita para ser rico... Con este complejo turístico y todas las inversiones que ha hecho en estos últimos años... Ha hecho una gran fortuna. No sé si se puede decir que es un romántico —agregó.
—Entonces debes ser tú el romántico aquí —dijo Lali.
—¿Yo, romántico? —Peter miró San Esteban y agitó la cabeza—. Solo soy un arquitecto al que le gusta dejar los lugares tan intactos como sea posible.
Hubo otro silencio. Tal vez era necesario, puesto que ninguno de los dos estaba sinceramente interesado en la conversación.
—Hace falta un poco de bebida... —dijo Peter, intentando llenar el vacío.
—Sí...
Ella se apartó de la barandilla y en ese momento Peter la miró. Entonces se produjo lo que ambos habían estado intentando evitar. Lali vio que los ojos de Peter se dilataban, y que su pecho parecía paralizarse. Ella dejó de sonreír y su actitud distendida se fue apagando, porque ahora sabía qué era lo que Peter estaba pensando.
—Y de comida —agregó él—. Tenemos que comer. La cocina tiene provisiones, pero podemos comer fuera si lo prefieres.
Lali trató de decidir mentalmente. ¿Qué sería mejor?
—Prefiero comer aquí. Estoy cansada de lugares llenos de gente —dijo ella sonriendo.
Peter miró su boca cuando sonrió. Ella gimió débilmente, como si la hubiera sorprendido con un beso. La llama de la pasión se encendió. Ella bajó los brazos cruzados, y él se acercó. Sin más palabras se abrazaron, y el más lLali roce de sus labios produjo un incendio.
Se besaron apasionadamente, desesperadamente. Ella se quedó temblando, y se aferró a su cuello. Él acarició su cuerpo con la maestría de un experto. Él no era como el torpe de Raoul, esclavo de sus necesidades urgentes.
Lali notó la diferencia.
De pronto, se separó de ella bruscamente.
—¿Qué estoy haciendo? —empezó a maldecirse—. ¡Estupendo, Peter! —se maldijo.
—¡Tú lo has empezado! —exclamó ella, como si él hubiera dicho lo contrario.
—¿Crees que no lo sé? —respondió él—. Has tenido una mala experiencia hace horas. Si me aprovechase de ti en este momento, haría lo mismo que él. Te pido disculpas... Si vuelvo a hacer algo así, te doy permiso para gritar...
Peter había vuelto a recordar el tema. Y ella se dio cuenta de que había sido la causante de aquello. Era ella la que provocaba aquellas situaciones.
—Te equivocas. Así que deja de pensarlo —dijo Peter como leyendo sus pensamientos.
—¿Por qué crees que estoy equivocada?
Peter la miró a los ojos. Estos estaban nublados de lágrimas.
—Tú me deseas. A él no lo deseabas.
Era cierto. ¿Era cierto? Estaba muy aturdida como para pensar con claridad.
Con Raoul solo había sentido repulsión. En cambio con Peter...
¿Se libraba de la culpa solo por no saber lo que había provocado entonces?
Lali miró a Peter, entristecida.
—No —dijo él, leyendo su pensamiento—. ¡No! —repitió y fue hacia ella para sujetarla por los hombros—. Con él, gritaste. Aun bajo los efectos de lo que te pusiera en la bebida, gritaste suficientemente como para despertarme.
«¡Pero eso no quiere decir que yo no lo haya provocado!», pensó Lali.
—Eres hermosa, deslumbrante, irresistible en muchos sentidos —él siguió como si siguiera leyendo su pensamiento—. Pero el noventa y nuLali por ciento de los hombres se resistirán a ti, a no ser que tú no quieras que sea así.
—Pero tú te has reprimido de todos modos —dijo ella.
—Porque está mal. Porque no es para esto para lo que estamos aquí.
—¡Eres un cerdo engreído! —dijo ella y se dirigió a su dormitorio.
Pero él la detuvo.
—¿Qué quieres de mí, en verdad, señorita Herakleides? —preguntó furiosamente—. Creí que querías mi ayuda, y te la he dado. Creí que querías mi apoyo en tus mentiras, ¡y también te lo he dado! —le dio la vuelta—. ¡Tú estás aquí, yo estoy aquí, viviendo una mentira que no debió empezar jamás! —le clavó los ojos—. ¡Ahora ni siquiera puedo cumplir ese trato sin que me hagas sentir un canalla!
—No he querido...
—Sí.
—Creí...
—Tú no piensas, Lali. ¡Ese es tu problema!
—¿Quieres dejar de gritarme? ¡Yo quería lo que pensé que tú querías! Ha sido un error, te pido disculpas. ¡Y ahora, suéltame!
Él la soltó. Ella se tambaleó. Él la sujetó. Ella dejó escapar un sollozo. Él murmuró algo. Ella lo miró. Y entonces, se desató un río de emociones.

—Él estaba allí... Me hizo daño. ¡Tú eras la última persona que esperaba que comprendiese la situación! Me gustó... tu amabilidad, tu delicadeza, el apoyo que me diste... —ella estaba temblando—. Me gustó que fueras duro conmigo, pero que a la vez me hicieras el amor con los ojos... ¡Ahora lo estás haciendo! Estás enfadado, pero me deseas. ¡Yo no estoy malinterpretando los mensajes! ¡Cómo te atrLalis a decirme que lo hago!
Tenía razón, pensó Peter. Aquella bella mujer que lo observaba con rabia, dolor, y una mezcla de emociones decía la verdad.
¡Al diablo con su moral! Estaba harto de defenderse de Lali. Se rió nerviosamente.
—No te rías de mí —protestó ella con lágrimas en los ojos.
—No me estoy riendo de ti. Me estoy riendo de mí mismo.
—¿Por qué?
Peter besó aquellos ojos nublados por las lágrimas, deslizó su boca para besarle la nariz, y luego besó la comisura de sus labios temblorosos.
—Por esto —murmuró él sensualmente y se entregó a ella.
—No juegues conmigo...
—No juego —la besó suavemente, y luego más profundamente.
Ella notó que el beso era diferente, no solamente el beso, sino el modo en que la estaba abrazando, sin aquella rabia, sin la compulsión que los había llevado a besarse antes.
—Hermosa Lali... —murmuró, y la besó nuevamente. La levantó y la llevó a la habitación. La dejó en la cama.
Ella se sintió tímida, algo estúpido después de todo lo que había sucedido.
Él le tomó el rostro, acarició sus mejillas con los pulgares y sintió un débil temblor en su cuerpo cuando se echó hacia atrás para recibir el siguiente beso.
Fue un preludio de lo que iba a suceder. Fue un despertar de los sentidos que fundió sus cuerpos. Ella se dejó llevar por él.
—¿Una Lali pasiva? —preguntó Peter.
—Sí. ¿Te importa?
—No. Mientras no signifique que te has arrepentido de esto y no sepas cómo decírmelo.
—No me he arrepentido —y para demostrárselo, lo rodeó con sus brazos y volvió a besarlo.
Peter la desvistió lentamente. Bajó la cremallera de su vestido con expertas caricias. Ella se derritió. Peter deslizó las manos por sus hombros bronceados, por su espalda... Ella se movió contra él y le pareció observar que a él le gustaba... Eso la llevó a mover sus caderas.
Él dejó escapar un suspiro. Lali suspiró también. Peter acarició sus brazos hasta llegar a las delicadas manos que rodeaban su cuello. Se las bajó, y con aquel movimiento hizo que se bajara su vestido. Luego puso las manos de Lali en su pecho y le dijo:
—Desvísteme.
Lali lo hizo, tímidamente, mientras él la seguía acariciando con las manos y la boca. ¿Sabría Peter que era la primera vez y por eso lo hacía tan despacio?
Le desabrochó la camisa y se permitió el placer de las caricias en aquel pecho que tantas veces había querido tocar. Sintió las cosquillas de su vello, sus músculos duros. No lo pudo resistir, y lo probó con la lengua.
Él gimió. Ella alzó la cabeza, y el ritmo de su entrega se alteró repentinamente. Se besaron apasionadamente, mientras él le quitaba el sujetador y ella le arrancaba la camisa.
Entonces sintieron la piel contra la piel. Él la abrazó fuertemente mientras se fundían en un profundo beso lleno de gemidos de placer bajo la luz del atardecer.
Peter se puso encima de ella, su piel estaba húmeda de sudor. Ella deseaba probarla, pero el beso era demasiado placentero como para interrumpirlo. Las manos de Peter la acariciaban con una maestría sin igual, y ella se arqueó de satisfacción y lo arañó en los hombros, haciéndolo responder con un estremecimiento.
—Lo siento —susurró ella.
—Hazlo otra vez —respondió él.
Sus palabras interrumpieron el beso. Liberada de su boca, ella pudo disfrutar del sabor de su piel. A él le gustó el roce de sus uñas, así que ella las deslizó por su espalda, disfrutando de la reacción de sus músculos al contacto con ellas.
Él le tomó un pecho con la boca. El deseo se desató como una serpiente entre ellos. Él debió darse cuenta, porque deslizó su mano por dentro de sus braguitas. Ella sabía que iba a tocarla, sabía que aquel era el momento que había estado esperando. Se estremeció ante lo que iba a suceder. Él alzó la cabeza y la miró interrogante.
—¿Qué ocurre? —preguntó él.
—Tú eres lo que ocurre —dijo ella con voz sensual.
Él comprendió. Sus ojos se oscurecieron de deseo. Su mano se deslizó y acarició los rizos de su sexo hasta encontrar la humedad de su centro. Ella gimió de placer de la cabeza a los pies. Él murmuró algo que ella no escuchó, podría haber sido su nombre o un juramento, porque ella sabía que estaba perdiendo el control.
Pero la animó a que siguiera en su camino de placer. Era un maestro. Daba placer sin esperar nada... ¿O sabría que aquella era su primera experiencia?
Las últimas prendas de Lali desaparecieron, y ella notó que él se despojaba de las suyas.
La acarició con las manos y la boca: el ombligo, los pechos, los muslos...
Ella se incendió por dentro. Se movió como reacción, y un nudo de miembros se deshizo y se volvió a formar. Rodaron por la cama. Él se puso encima de ella; ella lo rodeó con sus brazos. Fue entonces cuando Lali sintió la profunda fuerza de su masculinidad, y pronunció su nombre en un suspiro sensual.
A él le gustó. Ella lo notó en el lLali estremecimiento de su cuerpo. A ella le gustó su reacción, y reaccionó moviendo sus caderas.
—Lali, bésame.
Ella lo besó, hambrienta. Le entregó todo su ser. Y él lo tomó.
Como si fuera un hombre a punto de entregarse a su diosa, él se entregó por entero.
Se rompieron todas las barreras. Ella gimió. Él dejó de moverse, le tocó la mejilla con dedos temblorosos, y le retiró el pelo de la cara.
—Lali...
Ella abrió los ojos y se quemó con su mirada. Él parecía diferente, más moreno, más viril, más el hombre de su vida que nunca.
—Sí... —suspiró ella.
Ella cerró los ojos, luego se estiró y quedó aferrada a él, mientras esperaba que él la volviera a penetrar y la hiciera esclava de su placer.
Él la llevó a un mundo que ella no sabía que existía. Junto a él conoció cosas sobre sí misma que no conocía... La hizo llegar al borde del éxtasis con la fuerza de sus embestidas. Ella aprendió lo que era desprenderse de la realidad y sumergirse en un mundo donde lo único que podía sentir era el goce salvaje de sus sentidos en todo su cuerpo.
Cuando todo acabó, se abrazó a él, mientras Peter se desplomaba encima de ella. Se quedaron inmóviles un momento. Los latidos de sus corazones resonaban en sus cuerpos.
Peter fue a moverse.
—Espera —susurró Lali.
No quería perderse ni una sensación de aquel momento tan importante. ¡Había esperado tanto tiempo para que sucediera aquello! Nunca había tenido la tentación de experimentarlo, porque había decidido que solo lo haría con el hombre adecuado, aquel que ella sintiera instintivamente que era el hombre de su vida.
El matrimonio, el vestido de novia, el papel de tímida novia virgen, jamás había entrado en sus planes. Lo único que contaba era que fuera el hombre adecuado. Acababa de encontrar a ese hombre y ningún otro momento de su vida sería tan especial como aquel.

Chicas no me desasparesco jaja pero yo subo como dia x medio o asi como siempre jaja

Bueno las dejo,besos q haigan disfrutado el cap ♥

Mil gracias x sus firmas!

@Angie_232alma

22 comentarios:

  1. Oh Mi Dios!!!!!! Creo que la mayoria esperaba esto, quiero ver que pasa despues de "EL MOMENTO"
    @ROCHI16TA

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  2. :O Woooow jajaj quiero massss !! me enxanto el capiiiii

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  3. me encanta encanta encanta encanta besos Naara

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  4. mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas

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  5. Peter se dio cuenta k el fue el primero.

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  6. amiga para la proxima dejame revisar el cap antes de publicarlo porque como te dije mi sistemita tiene algunos inconvenientes jajajja despues lo hablamos

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  7. otro otro otro otro otro otro

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  8. =/ =O =) =D mis caras iban cambiando a medida que leía el capítulo =Þ

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  9. Quiero otro capi ya pero entiendo que no subes seguido por estudios :)
    Ya podre firmar xq a mi cel puse aplicación q lo permite
    @Masi_ruth

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  10. se enojara peter con ella por no haberle dicho que era su primera vez? Quiero otro quiero ver las reacciones!

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