Capítulo 11
Lo siento. Me
quedé dormida.
—Está bien...
—dijo él, excitado solo con verla—. He estado trabajando. No me di cuenta de
que había pasado tanto tiempo —mintió él.
—Es una vista
muy bonita —comentó Lali—. Nada parece nuevo ni fuera de lugar. Todo encaja
perfectamente, como si estuviera aquí desde hace siglos.
—Esa ha sido
la idea —después de un momento, Peter se puso de pie al lado de Lali para
señalarle los diferentes edificios y servicios que tenía el complejo turístico.
Lali olía a champú y sutilmente a algo caro—. Aún no hemos empezado a
desarrollar ese espacio —señaló uno de los extremos de la bahía, y le explicó
los proyectos que tenían en esa zona para los siguientes dos años.
Su brazo le
rozó el hombro, su voz masculina vibró en su piel... Lali apenas podía
prestarle atención.
—Muy utópico
—murmuró Lali—. ¿Y todo esto es tuyo?
—No. Me
gustaría que lo fuera, pero no es así. El dueño de todas las tierras es un
austero español llamado don Felipe de Vázquez. Victor y yo simplemente somos
los hombres que hemos transformado sus ideas en realidad.
—Todo esto no
refleja un temperamento demasiado austero. Se trasluce la obra de un corazón
romántico aquí.
—Tal vez don
Felipe tenga un fondo oculto —pero, por su tono, Peter no parecía convencido—.
Pero a mí me parece que lo que tiene es un gran instinto para los negocios.
—No le tienes
simpatía —comentó ella.
—El que yo le
tenga simpatía o no se la tenga, es algo que no interesa en esto —dijo Peter
diplomáticamente.
Lali se apoyó
en la barandilla y se cruzó de brazos.
—Pero no le
tienes simpatía —insistió.
Él se rió. Y
luego la miró. Fue un error, porque sus ojos lo derritieron. Y se olvidó de don
Felipe y de San Esteban con toda su belleza. Porque Lali hechizaba y eclipsaba
cualquier belleza.
Ella estaba
relajada, le estaba sonriendo con aquella hermosa boca... «No lo estropees», se
dijo él.
No era fácil,
pensó Lali. Mantener aquel nivel de relajada amistad era difícil cuando lo que
en verdad quería hacer era besarlo. Se había quedado dormida pensando en aquel
hombre. Se había despertado pensando en aquel hombre... Y no se atrevía a
recordar sus sueños porque en ellos también había estado presente él.
—Don
Felipe... —repitió ella, aunque no le interesaba en absoluto aquella
conversación. Pero tenía que disimular.
Alofnso
respiró profundamente, entreabrió los labios.
—Hay que
conocer muy bien a una persona para saber si te gusta o no —dijo Peter, desviando
la mirada de Lali, antes de que hiciera algo que no debía—. Es un hombre
extraño, muy reservado, frío, distante. Se corre el rumor de que fue
desheredado por su padre en favor de su hermanastro, y que no le sentó muy bien
la decisión. Estuvo muy enfadado durante un tiempo, se metió en un par de
peleas, tuvo un accidente, que lo dejó marcado en más de un sentido... Desde
entonces ha querido demostrar a su familia que no los necesita para ser rico...
Con este complejo turístico y todas las inversiones que ha hecho en estos
últimos años... Ha hecho una gran fortuna. No sé si se puede decir que es un
romántico —agregó.
—Entonces
debes ser tú el romántico aquí —dijo Lali.
—¿Yo,
romántico? —Peter miró San Esteban y agitó la cabeza—. Solo soy un arquitecto
al que le gusta dejar los lugares tan intactos como sea posible.
Hubo otro
silencio. Tal vez era necesario, puesto que ninguno de los dos estaba
sinceramente interesado en la conversación.
—Hace falta
un poco de bebida... —dijo Peter, intentando llenar el vacío.
—Sí...
Ella se
apartó de la barandilla y en ese momento Peter la miró. Entonces se produjo lo
que ambos habían estado intentando evitar. Lali vio que los ojos de Peter se
dilataban, y que su pecho parecía paralizarse. Ella dejó de sonreír y su
actitud distendida se fue apagando, porque ahora sabía qué era lo que Peter
estaba pensando.
—Y de comida
—agregó él—. Tenemos que comer. La cocina tiene provisiones, pero podemos comer
fuera si lo prefieres.
Lali trató de
decidir mentalmente. ¿Qué sería mejor?
—Prefiero
comer aquí. Estoy cansada de lugares llenos de gente —dijo ella sonriendo.
Peter miró su
boca cuando sonrió. Ella gimió débilmente, como si la hubiera sorprendido con
un beso. La llama de la pasión se encendió. Ella bajó los brazos cruzados, y él
se acercó. Sin más palabras se abrazaron, y el más lLali roce de sus labios
produjo un incendio.
Se besaron
apasionadamente, desesperadamente. Ella se quedó temblando, y se aferró a su
cuello. Él acarició su cuerpo con la maestría de un experto. Él no era como el
torpe de Raoul, esclavo de sus necesidades urgentes.
Lali notó la
diferencia.
De pronto, se
separó de ella bruscamente.
—¿Qué estoy
haciendo? —empezó a maldecirse—. ¡Estupendo, Peter! —se maldijo.
—¡Tú lo has
empezado! —exclamó ella, como si él hubiera dicho lo contrario.
—¿Crees que
no lo sé? —respondió él—. Has tenido una mala experiencia hace horas. Si me
aprovechase de ti en este momento, haría lo mismo que él. Te pido disculpas...
Si vuelvo a hacer algo así, te doy permiso para gritar...
Peter había
vuelto a recordar el tema. Y ella se dio cuenta de que había sido la causante
de aquello. Era ella la que provocaba aquellas situaciones.
—Te
equivocas. Así que deja de pensarlo —dijo Peter como leyendo sus pensamientos.
—¿Por qué
crees que estoy equivocada?
Peter la miró
a los ojos. Estos estaban nublados de lágrimas.
—Tú me
deseas. A él no lo deseabas.
Era cierto.
¿Era cierto? Estaba muy aturdida como para pensar con claridad.
Con Raoul
solo había sentido repulsión. En cambio con Peter...
¿Se libraba
de la culpa solo por no saber lo que había provocado entonces?
Lali miró a Peter,
entristecida.
—No —dijo él,
leyendo su pensamiento—. ¡No! —repitió y fue hacia ella para sujetarla por los
hombros—. Con él, gritaste. Aun bajo los efectos de lo que te pusiera en la
bebida, gritaste suficientemente como para despertarme.
«¡Pero eso no
quiere decir que yo no lo haya provocado!», pensó Lali.
—Eres
hermosa, deslumbrante, irresistible en muchos sentidos —él siguió como si
siguiera leyendo su pensamiento—. Pero el noventa y nuLali por ciento de los
hombres se resistirán a ti, a no ser que tú no quieras que sea así.
—Pero tú te
has reprimido de todos modos —dijo ella.
—Porque está
mal. Porque no es para esto para lo que estamos aquí.
—¡Eres un
cerdo engreído! —dijo ella y se dirigió a su dormitorio.
Pero él la
detuvo.
—¿Qué quieres
de mí, en verdad, señorita Herakleides? —preguntó furiosamente—. Creí que
querías mi ayuda, y te la he dado. Creí que querías mi apoyo en tus mentiras,
¡y también te lo he dado! —le dio la vuelta—. ¡Tú estás aquí, yo estoy aquí,
viviendo una mentira que no debió empezar jamás! —le clavó los ojos—. ¡Ahora ni
siquiera puedo cumplir ese trato sin que me hagas sentir un canalla!
—No he
querido...
—Sí.
—Creí...
—Tú no
piensas, Lali. ¡Ese es tu problema!
—¿Quieres
dejar de gritarme? ¡Yo quería lo que pensé que tú querías! Ha sido un error, te
pido disculpas. ¡Y ahora, suéltame!
Él la soltó.
Ella se tambaleó. Él la sujetó. Ella dejó escapar un sollozo. Él murmuró algo.
Ella lo miró. Y entonces, se desató un río de emociones.
—Él estaba
allí... Me hizo daño. ¡Tú eras la última persona que esperaba que comprendiese
la situación! Me gustó... tu amabilidad, tu delicadeza, el apoyo que me
diste... —ella estaba temblando—. Me gustó que fueras duro conmigo, pero que a
la vez me hicieras el amor con los ojos... ¡Ahora lo estás haciendo! Estás
enfadado, pero me deseas. ¡Yo no estoy malinterpretando los mensajes! ¡Cómo te
atrLalis a decirme que lo hago!
Tenía razón,
pensó Peter. Aquella bella mujer que lo observaba con rabia, dolor, y una
mezcla de emociones decía la verdad.
¡Al diablo
con su moral! Estaba harto de defenderse de Lali. Se rió nerviosamente.
—No te rías
de mí —protestó ella con lágrimas en los ojos.
—No me estoy
riendo de ti. Me estoy riendo de mí mismo.
—¿Por qué?
Peter besó
aquellos ojos nublados por las lágrimas, deslizó su boca para besarle la nariz,
y luego besó la comisura de sus labios temblorosos.
—Por esto
—murmuró él sensualmente y se entregó a ella.
—No juegues
conmigo...
—No juego —la
besó suavemente, y luego más profundamente.
Ella notó que
el beso era diferente, no solamente el beso, sino el modo en que la estaba
abrazando, sin aquella rabia, sin la compulsión que los había llevado a besarse
antes.
—Hermosa Lali...
—murmuró, y la besó nuevamente. La levantó y la llevó a la habitación. La dejó
en la cama.
Ella se
sintió tímida, algo estúpido después de todo lo que había sucedido.
Él le tomó el
rostro, acarició sus mejillas con los pulgares y sintió un débil temblor en su
cuerpo cuando se echó hacia atrás para recibir el siguiente beso.
Fue un
preludio de lo que iba a suceder. Fue un despertar de los sentidos que fundió
sus cuerpos. Ella se dejó llevar por él.
—¿Una Lali
pasiva? —preguntó Peter.
—Sí. ¿Te
importa?
—No. Mientras
no signifique que te has arrepentido de esto y no sepas cómo decírmelo.
—No me he
arrepentido —y para demostrárselo, lo rodeó con sus brazos y volvió a besarlo.
Peter la
desvistió lentamente. Bajó la cremallera de su vestido con expertas caricias.
Ella se derritió. Peter deslizó las manos por sus hombros bronceados, por su
espalda... Ella se movió contra él y le pareció observar que a él le gustaba...
Eso la llevó a mover sus caderas.
Él dejó
escapar un suspiro. Lali suspiró también. Peter acarició sus brazos hasta
llegar a las delicadas manos que rodeaban su cuello. Se las bajó, y con aquel
movimiento hizo que se bajara su vestido. Luego puso las manos de Lali en su
pecho y le dijo:
—Desvísteme.
Lali lo hizo,
tímidamente, mientras él la seguía acariciando con las manos y la boca. ¿Sabría
Peter que era la primera vez y por eso lo hacía tan despacio?
Le desabrochó
la camisa y se permitió el placer de las caricias en aquel pecho que tantas
veces había querido tocar. Sintió las cosquillas de su vello, sus músculos duros.
No lo pudo resistir, y lo probó con la lengua.
Él gimió.
Ella alzó la cabeza, y el ritmo de su entrega se alteró repentinamente. Se
besaron apasionadamente, mientras él le quitaba el sujetador y ella le
arrancaba la camisa.
Entonces
sintieron la piel contra la piel. Él la abrazó fuertemente mientras se fundían
en un profundo beso lleno de gemidos de placer bajo la luz del atardecer.
Peter se puso
encima de ella, su piel estaba húmeda de sudor. Ella deseaba probarla, pero el
beso era demasiado placentero como para interrumpirlo. Las manos de Peter la
acariciaban con una maestría sin igual, y ella se arqueó de satisfacción y lo
arañó en los hombros, haciéndolo responder con un estremecimiento.
—Lo siento
—susurró ella.
—Hazlo otra
vez —respondió él.
Sus palabras
interrumpieron el beso. Liberada de su boca, ella pudo disfrutar del sabor de
su piel. A él le gustó el roce de sus uñas, así que ella las deslizó por su
espalda, disfrutando de la reacción de sus músculos al contacto con ellas.
Él le tomó un
pecho con la boca. El deseo se desató como una serpiente entre ellos. Él debió
darse cuenta, porque deslizó su mano por dentro de sus braguitas. Ella sabía
que iba a tocarla, sabía que aquel era el momento que había estado esperando.
Se estremeció ante lo que iba a suceder. Él alzó la cabeza y la miró
interrogante.
—¿Qué ocurre?
—preguntó él.
—Tú eres lo
que ocurre —dijo ella con voz sensual.
Él
comprendió. Sus ojos se oscurecieron de deseo. Su mano se deslizó y acarició
los rizos de su sexo hasta encontrar la humedad de su centro. Ella gimió de
placer de la cabeza a los pies. Él murmuró algo que ella no escuchó, podría
haber sido su nombre o un juramento, porque ella sabía que estaba perdiendo el
control.
Pero la animó
a que siguiera en su camino de placer. Era un maestro. Daba placer sin esperar
nada... ¿O sabría que aquella era su primera experiencia?
Las últimas
prendas de Lali desaparecieron, y ella notó que él se despojaba de las suyas.
La acarició
con las manos y la boca: el ombligo, los pechos, los muslos...
Ella se
incendió por dentro. Se movió como reacción, y un nudo de miembros se deshizo y
se volvió a formar. Rodaron por la cama. Él se puso encima de ella; ella lo
rodeó con sus brazos. Fue entonces cuando Lali sintió la profunda fuerza de su
masculinidad, y pronunció su nombre en un suspiro sensual.
A él le
gustó. Ella lo notó en el lLali estremecimiento de su cuerpo. A ella le gustó
su reacción, y reaccionó moviendo sus caderas.
—Lali,
bésame.
Ella lo besó,
hambrienta. Le entregó todo su ser. Y él lo tomó.
Como si fuera
un hombre a punto de entregarse a su diosa, él se entregó por entero.
Se rompieron
todas las barreras. Ella gimió. Él dejó de moverse, le tocó la mejilla con
dedos temblorosos, y le retiró el pelo de la cara.
—Lali...
Ella abrió
los ojos y se quemó con su mirada. Él parecía diferente, más moreno, más viril,
más el hombre de su vida que nunca.
—Sí...
—suspiró ella.
Ella cerró
los ojos, luego se estiró y quedó aferrada a él, mientras esperaba que él la
volviera a penetrar y la hiciera esclava de su placer.
Él la llevó a
un mundo que ella no sabía que existía. Junto a él conoció cosas sobre sí misma
que no conocía... La hizo llegar al borde del éxtasis con la fuerza de sus
embestidas. Ella aprendió lo que era desprenderse de la realidad y sumergirse
en un mundo donde lo único que podía sentir era el goce salvaje de sus sentidos
en todo su cuerpo.
Cuando todo
acabó, se abrazó a él, mientras Peter se desplomaba encima de ella. Se quedaron
inmóviles un momento. Los latidos de sus corazones resonaban en sus cuerpos.
Peter fue a
moverse.
—Espera
—susurró Lali.
No quería
perderse ni una sensación de aquel momento tan importante. ¡Había esperado
tanto tiempo para que sucediera aquello! Nunca había tenido la tentación de
experimentarlo, porque había decidido que solo lo haría con el hombre adecuado,
aquel que ella sintiera instintivamente que era el hombre de su vida.
El
matrimonio, el vestido de novia, el papel de tímida novia virgen, jamás había
entrado en sus planes. Lo único que contaba era que fuera el hombre adecuado.
Acababa de encontrar a ese hombre y ningún otro momento de su vida sería tan
especial como aquel.
Chicas no me desasparesco jaja pero yo subo como dia x medio o asi como siempre jaja
Bueno las dejo,besos q haigan disfrutado el cap ♥
Mil gracias x sus firmas!
@Angie_232alma
Oh Mi Dios!!!!!! Creo que la mayoria esperaba esto, quiero ver que pasa despues de "EL MOMENTO"
ResponderEliminar@ROCHI16TA
:O Woooow jajaj quiero massss !! me enxanto el capiiiii
ResponderEliminarasdfghjlk me encantann!
ResponderEliminarmas novee
me encanta encanta encanta encanta besos Naara
ResponderEliminar++++++++++
ResponderEliminarmas mas mas mas mas mas mas mas mas mas
ResponderEliminarmasssss noveeeeeeee
ResponderEliminarmaaaaaaaaaaassssssss
ResponderEliminarN
ResponderEliminarO
ResponderEliminarV
ResponderEliminarE
ResponderEliminarPeter se dio cuenta k el fue el primero.
ResponderEliminarMe encanta más!!
ResponderEliminaramiga para la proxima dejame revisar el cap antes de publicarlo porque como te dije mi sistemita tiene algunos inconvenientes jajajja despues lo hablamos
ResponderEliminarmas me encanta!!!!!
ResponderEliminarotro otro otro otro otro otro
ResponderEliminar=/ =O =) =D mis caras iban cambiando a medida que leía el capítulo =Þ
ResponderEliminartiernos Mas!
ResponderEliminarQuiero otro capi ya pero entiendo que no subes seguido por estudios :)
ResponderEliminarYa podre firmar xq a mi cel puse aplicación q lo permite
@Masi_ruth
se enojara peter con ella por no haberle dicho que era su primera vez? Quiero otro quiero ver las reacciones!
ResponderEliminarno te desaparezcas! JajajaJaja
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