martes, 4 de junio de 2013

Capitulos 66 y 67


CAPITULO 66
Lali había encendido todas las velas de los candelabros y llevaba el camisón blanco más corto y transparente que había visto en su vida. Sus largas piernas estaban cubiertas por unas medias, sujetas por un liguero de encaje blanco. Estaba de espaldas a él, inclinada sobre la cama, perfumando las sábanas con el aceite de aroma a rosas que solía usar después del baño. El contorno de su cuerpo alcanzaba la perfección bajo la luz de las velas.
Peter estalló en llamas mientras la observaba. Abrumado por sus emociones, se acercó a la cama y la abrazó por la espalda. La sujetó con fuerza y apoyó la cabeza sobre la de ella, temblando de alivio.
Lali estaba sana y salva.
Ella gimió de placer y Peter sintió que ese sonido le sacudía todo el cuerpo, intensificando el deseo.
–Tócame, Peter –jadeó ella, apartándole las manos de la cintura para llevárselas a los pechos–. Esta noche necesito sentirte.
Él también lo necesitaba. Después del miedo de pensar que la había perdido, necesitaba sentirla con tanta desesperación que la cabeza le daba vueltas si se paraba a pensarlo.
Bajó la cabeza para saborear la piel de ese cuello perfumado al tiempo que gruñía de satisfacción al sentir en las manos esos pezones erguidos, cubiertos por el camisón de gasa.
Ella se giró entre sus brazos, alzó las manos y le quitó las gafas de sol antes de reclamar sus labios.
–Lali –balbució él, mientras el aroma a rosas invadía sus sentidos, hechizándolo–. ¿Qué me has hecho?
Ella le contestó lamiéndole el mentón, descendiendo hasta la barbilla y de allí hasta el cuello. Miles de escalofríos le recorrieron el cuerpo mientras Lali le quitaba el abrigo, dejando que se deslizara por sus hombros y que cayera libremente al suelo. Tiró de la camisa para sacarla de debajo de la cinturilla del pantalón y metió la mano por debajo de ella, dejando un rastro de fuego en el torso de Peter.
Su instinto le decía que se alejara de ella, pero no podía hacerlo. Ni ahora, ni nunca.
Amaba a esa mujer. No había otro modo de explicarlo. Era la otra mitad de su alma; no podía seguir negándolo. Y, aunque sólo tuviera ese pequeño instante, disfrutaría del amor que sentía por ella. Disfrutaría del deseo que despertaba en él.
Con los ojos enfebrecidos por la pasión, Lali le desabrochó los pantalones y deslizó las manos por su endurecido miembro.
–Me encanta acariciarte –murmuró ella, comenzando a mover las manos–. Dime, Peter, ¿puedes leerme la mente?
Él cerró los ojos, extasiado ante sus caricias. Cuando sintió que Lali cubría los testículos con una mano se estremeció de la cabeza a los pies.
–No –jadeó–. Prescindí de ese poder cuando me pediste que no volviera a hacerlo.
La alzó y la sentó en el borde de la cama mientras él se quedaba de pie entre sus rodillas. Ella le sonrió de un modo que lo dejó flotando y comenzó a desabrocharse la parte delantera del camisón, ofreciéndole sus pechos desnudos.
Ardiendo de deseo, Peter le separó las piernas para poder mirarla. ¡Por los dioses! Cómo le gustaba contemplarla. Se puso de rodillas y la tomó con la boca.
Ella dejó escapar un grito ahogado al sentir la boca de Peter sobre su sexo. Él cerró los ojos, la acarició con la lengua y notó cómo le temblaban los muslos, a ambos lados de su cabeza, mientras la llevaba al orgasmo. Lo agarró del pelo y comenzó a mover las caderas, frotándose contra él.
–¡Oh, sí! –gimió.
Peter esperó hasta que pasó el último estremecimiento y, sólo entonces, se levantó.
Lali lo miraba con los ojos cargados de deseo. Se incorporó hasta quedar de rodillas en la cama y acabó de desvestirlo. Una vez estuvo desnudo, bajó del colchón y se colocó delante de él, dándole la espalda.
Sin necesidad de explicaciones, Peter supo lo que quería. De su garganta escapó un gruñido al tiempo que se introducía en ella desde atrás con un poderoso envite.
Ella gimió de placer, se alzó hasta quedar de puntillas y volvió a descender para recibir su verga hasta el fondo.
Peter temblaba de arriba abajo.
La besó en el hombro y deslizó la mano por la tersa piel de su vientre antes de buscar los rizos de su entrepierna para acariciarle el clítoris. Comenzó a mover la mano muy despacio y dejó las caderas inmóviles. Quería que fuese ella la que tomara el control de la situación.
Y ella se encargó de moverse hasta que volvió a correrse de nuevo, gritando su nombre.
Peter salió de ella al sentir que sus poderes se desvanecían ante la proximidad de su orgasmo. El dolor del deseo insatisfecho era tan grande que tuvo que concentrarse en seguir respirando para no doblarse en dos.
Pero, por una vez, Lali no parecía estar dispuesta a compadecerse de él; al contrario, se dio la vuelta y lo besó con avidez.
–Lali –jadeó él, intentando alejarse.
–Shhh, Peter –murmuró sobre sus labios–. Confía en mí.
En contra de todos sus instintos, lo hizo. Dejó que lo tumbara en la cama, que se subiera sobre él y volvió a estremecerse cuando guió su verga de nuevo al interior de su cuerpo. Era tan maravilloso estar dentro de ella… sentir el placer de Lali mientras lo montaba.
Cuando sintió que su orgasmo era imparable, se dejó guiar por ella y dio la vuelta en el colchón hasta que la tuvo debajo, con sus piernas alrededor de la cintura. Sintiéndose un poco mejor en esa posición, comenzó a penetrarla con embestidas fuertes y rápidas.
Y, esta vez, cuando estaba a punto de retirarse, ella lo envolvió con todo su cuerpo y lo abrazó con fuerza. Peter frunció el ceño al sentir que Lali movía las caderas, introduciéndose su miembro hasta el fondo y gimiendo mientras su vagina se cerraba a su alrededor.
–Lali, para –jadeó sin aliento. Si seguía haciendo eso, estaría perdido.
Intentó retirarse otra vez y, de nuevo, ella se lo impidió, frotándose contra él. Peter apretó los dientes intentando detener el orgasmo. Y lo consiguió hasta que sintió que ella se corría de nuevo. Los gritos de Lali, combinados con los espasmos de su cuerpo, fueron más de lo que podía soportar.
Y, en contra de su voluntad, alcanzó el clímax. Echó la cabeza hacia atrás y gritó por la intensidad del placer. No había nada mejor que estar entre los brazos de Lali. En su cuerpo.
Por primera vez en dos mil años, se sintió en casa.
Mientras esos sentimientos lo embargaban, notó que sus poderes de Cazador Oscuro se desvanecían.
¡No!
Lali le dio un beso ligero en los labios y se giró, con él en los brazos, hasta que lo dejó apoyado sobre el colchón, con ella encima. Estaba demasiado débil para protestar. Lo único que podía hacer era mirarla.
Ella salió de la cama y se puso una bata.
–¿Lali? –la llamó.
Regresó al momento con una copa de vino.
–No pasa nada. Estoy aquí, amor mío –le dijo.
Le acercó la copa a los labios y él bebió, totalmente confiado. Tras unos minutos, la habitación comenzó a girar a su alrededor.
–¿Qué estás haciendo? –preguntó Peter, consumido por el terror.
Pero lo sabía. Como Tanya hizo, tantos siglos atrás, Lali lo había drogado.
Lo último que alcanzó a ver fue cómo ella abría la puerta de la habitación para dejar pasar a Cayo

CAPITULO 67
Peter se despertó maniatado, con las manos sobre la cabeza. Estaba de pie, sobre un muro oscuro y húmedo en una casa desconocida. La habitación, que parecía antigua, estaba iluminada por velas cuya luz proyectaba sombras danzarinas a su alrededor. Se escuchaban murmullos de voces. Por el aspecto del lugar, suponía que se trataba de una vieja mansión, probablemente no muy lejos de su propia casa, en el Garden District.
Al observar con más atención la estancia, se dio cuenta de que Lali y Cayo estaban muy cerca de él. El Daimon la abrazaba por los hombros.
La incredulidad de la situación lo dejó abrumado.
Otra vez no. ¡Dioses del Olimpo! Otra vez no.
¿Cómo podía haber sido tan imbécil?
Su mente había intentado decirle que algo iba mal. Había sabido, desde un principio, que Cayo sería capaz de atraparla. Pero no había hecho caso de sus instintos. Había dejado que su amor por ella, y la necesidad que despertaba en él, lo cegaran.
Cerró los ojos con fuerza.
Lo que más dolía era saber lo que el Daimon planeaba hacer con ella una vez acabara con él. Sin su protección, Lali estaba a merced del vampiro.
Le ocurriría lo mismo que a Tanya. Cuando Felix lo ejecutó, arrojó a su esposa a la calle diciéndole que no quería a una puta en la cama que, algún día, pudiera entregarlo impasiblemente a sus enemigos.
Puesto que Tanya había traicionado al líder del ejército macedonio y había sido la causante de su derrota, le resultó imposible regresar a casa. La villa que tanto había amado había sido incendiada, sólo quedaron los cimientos. Todas sus posesiones fueron confiscadas. Perseguida por sus compatriotas, huyó de Grecia a Roma y acabó como prostituta, cayendo cada vez más bajo.
Murió, de una enfermedad venérea, apenas dos años después que él. Al final, se enfrentó al destino que tanto había intentado evitar.
Al abrir los ojos, Peter miró a Lali. Llevaba unos vaqueros y un jersey negro de cuello vuelto. El pelo peinado hacia atrás dejaba su perfil bien a la vista. Agarraba con fuerza una muñeca.
¿Cómo había sido capaz de hacerle esto?
Pero, en ese momento, supo la verdad. Los poderes de Cayo habían sido demasiado para ella. A pesar de los esfuerzos de D'Alerian, el Daimon había invadido sus sueños y ahora controlaba su mente.
La ira le oscureció la visión. No iba a permitir que la matara. Así no. Olvidando la debilidad que lo invadía, agarró las cuerdas y tiró con toda la fuerza de la que fue capaz.
–Vaya, estás despierto.
Cayo y Lali se acercaron hasta quedar frente a él. Con una mirada burlona, el Daimon colocó una mano sobre el hombro de Lali.
–Duele, ¿no es cierto? Saber que voy a acostarme con ella antes de matarla, y que no podrás hacer nada para detenerme.
–Vete al infierno.
Cayo rió.
–Tú primero, comandante; tú primero. –Pasó un dedo ahusado y de aspecto diabólico por el mentón de Lali; no obstante, ella no reaccionó. Daba la sensación de estar sumida en una especie de trance–. La poseería delante de ti, aunque nunca me ha gustado tener espectadores. Nunca he sido tan retorcido. –Se rió de su propia broma.
Peter sintió que la cuerda cedía un tanto. Concentrándose en eso, se esforzó por soltarse.
Las ataduras volvieron a tensarse al instante.
Cayo soltó otra carcajada.
–¿De verdad piensas que soy tan estúpido como para dejarte libre? –Dio un paso adelante y se colocó delante de él hasta quedar nariz con nariz–. Esta vez no correré el riesgo de que sobrevivas.
Peter lo miró con una sonrisa satisfecha, como si el vampiro no fuese más que un mosquito zumbando alrededor de su cabeza.
–¡Ooooh! Mira cómo tiemblo…
Cayo lo observó con incredulidad.
–¿Es que no hay modo de asustarte?
Peter le lanzó una escueta mirada.
–Me he enfrentado a una legión romana con sólo una espada para protegerme. ¿Por qué iba a asustarme un Daimon de tres al cuarto, que no pasa de ser un semidiós con complejo de inferioridad?
Cayo siseó y le enseñó los colmillos. Agarró una ballesta que había en la mesa y la cargó con una flecha de acero.
–Aprenderás a no burlarte de mí. Soy un enemigo demasiado poderoso.
–¿Y por qué? ¿Qué te hace tan especial?
–Mi padre es Baco. ¡Soy un dios!
Peter resopló. La primera regla de la guerra: haz que el enemigo pierda la paciencia. Las emociones nublan la razón y hacen que uno cometa estupideces. De ese modo, tendría la oportunidad de liberarse y salir de allí con Lali.
Además, le gustaba el modo en que palpitaba esa vena en la sien de Cayo. Era una forma de saber que no había perdido su «toque» a la hora de burlarse del enemigo.
–Eres patético; además de un psicópata y un matón. No me extraña que papaíto no quisiera ni verte.
Cayo chilló de furia y golpeó el rostro de Peter con la ballesta. El golpe le provocó un terrible dolor. Sentía el sabor de la sangre en los labios. Se lamió el corte y chasqueó la lengua.
–No sabes nada de mi vida, Cazador Oscuro. No sabes lo que se siente cuando estás destinado a morir desde el día que naces.
–A todos nos ocurre eso.
–Sí, claro. A los humanos con sus vidas mortales, que son tres veces más extensas que las nuestras. ¡Cómo los compadezco! –Agarró a Peter por la garganta y le empujó la cabeza contra la pared–. ¿Sabes lo que se siente cuándo ves a la mujer que amas desintegrarse delante de tus narices? Eleanor sólo tenía veintisiete años. ¡Veintisiete! Hice todo lo que estuvo en mis manos para salvarla. Incluso le llevé un humano, pero se negó a quedarse con el alma que la hubiese salvado. Fue un ser puro hasta el final.
La mirada de Cayo se ensombreció por los recuerdos.
–Era tan hermosa… tan dulce. Le supliqué a mi padre que me ayudara y él me dio la espalda. Así que vi cómo mi bella esposa se convertía en una anciana en unas cuantas horas. Vi cómo su cuerpo envejecía hasta que se desintegró entre mis brazos.
–Lo siento por ti –le dijo Peter en voz baja–. Pero eso no te exime de lo que has hecho.
Cayo gritó, enfurecido.
–¿Y qué es lo que he hecho? No he hecho otra cosa que nacer dentro de una raza maldita y ver cómo los humanos malgastan el regalo que les ha sido concedido. Les hago un favor al matarlos. Los libero de sus insípidas y aburridas vidas. –Los ojos azules se oscurecieron peligrosamente.
»No sé si sabes que conseguí una copia de vuestro manual cuando maté a uno de tus compañeros, hace noventa años. Lo que más me sorprendió fue la recomendación de ir siempre a por el corazón de un Daimon; golpearlo en el lugar más vulnerable. –Apuntó a Lali con la ballesta–. Tu corazón es ella, ¿verdad?
Peter enmascaró el terror que sentía. Aunque estaba muy débil, se aferró a las cuerdas y alzó las piernas para golpear a Cayo con las pocas fuerzas que le quedaban antes de que pudiera hacer daño a Lali. El Daimon se tambaleó y la ballesta dejó de apuntarla.
–¡Corre, Lali! –le gritó.
Ella no se movió.
Peter volvió a apoyarse en la pared.
–Joder, Lali. Por favor, corre. Hazlo por mí.
Ella no parecía siquiera oírlo. Se limitaba a permanecer de pie, mirando al infinito mientras sostenía la muñeca y le tarareaba una canción.
Cayo soltó una carcajada y se enderezó. Lamió la sangre que le corría por el labio y miró socarronamente a Peter.
–Es mía, Cazador. Puedes morir sabiendo que haré un buen uso de ella antes de quedarme con su alma y con sus poderes.
Compuso una diabólica sonrisa segundos antes de disparar la flecha directa a su corazón. La fuerza del golpe hizo que su cuerpo se aplastara contra el muro. Jadeó al sentir el dolor del acero que le desgarraba la carne.
El vampiro se acercó hasta que, de nuevo, estuvo delante de él. Con una mirada alegre, pasó el dedo sobre la sangre que rodeaba la herida.
–Una pena que la sangre de los Cazadores resulte venenosa. Estoy seguro de que es más sabrosa y espesa que la que tomo normalmente.
Peter apenas oía sus palabras; su corazón se esforzaba por seguir latiendo. Le zumbaban los oídos. Era el dolor más intenso que había sufrido jamás. Con la mirada borrosa, giró la cabeza para contemplar a Lali por última vez.
Parecía muy pálida mientras lo miraba y, por un momento, Peter imaginó que lo recordaba. Que sabía que estaba muriendo y que le importaba.
Si hubiese sido ella misma, habría corrido para estar a su lado. Al contrario que su esposa, habría llorado al saber que iba a morir. Y, de un modo extraño, saber eso lo reconfortaba.
Cayo se apartó de él y se acercó a Lali para darle unos golpecitos en el hombro.
–Ve, Mariana. Dale un beso de despedida a tu amante.
Peter luchó por seguir respirando al tiempo que la veía aproximarse. Había tantas cosas que quería decirle… tantas cosas que deseaba haberle dicho mientras ella podía escucharlo…
Al menos no moriría solo.
–Te quiero, Lali –le susurró, deseando que, de algún modo, lo recordara más tarde y supiera que había sido sincero.

Ella se inclinó hacia delante, con una mirada perdida, y lo besó en los labios mientras presionaba una mano sobre su hombro. En ese momento sintió la proximidad de la muerte, la negrura que se cernía sobre él y, mientras moría, escuchó el murmullo de Lali:
–Te amaré eternamente, mi guerrero oscuro.
Y, en ese instante, todo se desvaneció.

Continuara...

Holaaaa.bueno no me maten con los caps jajajaj CHICAS SON UN AMOR!!! NO SABEN LO LINDO Q ES LLEGAR Y VER TODOS SUS COMENTS!!!,Mar tenia razon ME ENCANTO! LAS AMO!! y bienvenidas a las nuevas lectoras!!! son unas lindas todas♥

Bueno vengo a acabar la nove,a ver si podemos hoy,ya casi el FINAL!!,firmen mucho y publico,estare aca un rato haciendo una carta,y bueno si no me estare fijando desde el cel y cuando esten vengo y subo,eso si me esperan un poquitin jaja

LAS AMO!!

An

@Angie_232alma 

18 comentarios:

  1. Ya el final? ufaaaa!! che vos sola decis que te tendriamos que matar che.. quiero saber que pasa ahora! Despues me decis a mi que dejo con la intriga!!!!Espero mas nove!beso!Giu

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  2. Naaah! Como la vas a dejar asi?! Me encanta, Peter va a recuperar su alma y matar al hijo de puta de Cayo!!
    @TeenCaMaria

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  3. Asffjfkf no firmo haxe mucho pero si leo jajaja
    Cayo es un HDP!
    Espero mas!
    Besos.
    @soficris21

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  4. No nos dejes asiiiiiiiii!!!!!!!!!! quiero mas!!!!!!!!

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  5. Noooooooo quiero que se termine la.nove ajajajajaja me encanta!!De todas las novelas que he leido y creeme que he leido muchas esta es en mi top five jajajME ENCANTAaaaaaa!!Espero quPeter no se muera por que voy cago a trompadad a todos de Cayo hasta a Zeus jajaja

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  6. Hmmm tengo una teoria de que puede pasar,ehh ahi va:Cayo no es tan malo como parece o si lo es pero negociaron algo con el para que los ayude¿pero que estoy hablando i les ayude esta firmando su muerte jaja¿bueno seguro no pasara esto pero ahora que empeze voy a terminar mi teoria jaj y. Los ayude para que mate a Peter pero actuan como que es en trans para que no revivir el dolor de lo que le paso con Tanya para despues meterle el medallon para devolverlee la alma!!juhuuuuu re genia yo solo que no tiene nada de sentido pero bueh jaja

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  7. Ooooooo otra teoria Lali lo esta engañando a Cayo para poder devolverle el alma a Peter!(aplauso para mi chicas jaja)lo sace de una!!Esto es mas probable de pasar,no?

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  8. Mas mas soy muy persistente asi que voy a poner como minino cien firmas

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  9. Y de a paso les digo que hago novela,asi que nah mientras que esten esperando para el otro cap,pasen a mi blog a ver,para que no estan aburridae ehh nada mas jjajya se que estoy pesada pero es lo que,somos lo que somos jaja Maaaaaas novelaaa yvoy por mas y mas

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  10. Dale dale dale dale dale dale dale dale dale dale dale dale maaaaaaaaaaaaaas

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  11. Y vamos si a la novela
    si a los capitulos
    juntos podemos hacer maaas firmaaas
    jajaja

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  12. otro mas dos por favor

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  13. nooooooooooo porque lo dejas asi.... ojala todo sea un teatro de lali y haya logrado engañar a cayo y poder salvar a peter.... mas nove xfissssss

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  14. amiga no sabes jajajaja es de madrugada y yo aqui sufriendo jajajajaj visye

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