Capítulo 4
Peter se
despertó sobresaltado con el grito de una mujer. Se quedó inmóvil un momento,
tratando de discernir entre el sueño y la vigilia. No estaba seguro de que no
fuera alguien que gritaba en un sueño.
Cuando oyó el
segundo grito, saltó de la cama. Se puso unos pantalones cortos y corrió hacia
la puerta de entrada.
Estaba oscuro
afuera. No se movía una hoja. Miró hacia el mar esperando encontrar a alguien
con dificultades, pero no había nadie. El grito había sido cerca. Más cerca de
la casa que del mar.
Luego, se oyó
otra vez. Se dio la vuelta para mirar en dirección a la casa de Lali y entonces
vio una silueta masculina bajando las escaleras del porche.
Era Lali
quien gritaba. Su corazón se aceleró.
—¡Eh! —gritó,
haciendo que la figura que bajaba los escalones se detuviera un momento.
Estaba muy
oscuro para verlo. Pero Peter sospechaba algo, y caminó hacia la pared que
separaba ambas casas. El nombre de Aidan Galloway sonaba en su cabeza.
—¿Qué sucede?
—preguntó.
Pero lo único
que logró fue que el hombre se diera la vuelta y huyese.
Peter tuvo el
presentimiento de que había sucedido algo. Nadie huía así por nada. Sin
pensarlo, Peter corrió detrás de la figura después de saltar la pared que
separaba las casas. Pero el personaje desapareció. Lo único que llegó a ver Peter
fueron las luces de un coche en la carretera.
Juró en
silencio y corrió a ver a Lali. Subió los escalones del porche y golpeó la
puerta.
—¿Lali?
¿Estás bien?
Ella no
contestó.
—¡Lali!
—gritó.
No hubo
respuesta.
La puerta
estaba entreabierta. Él no conocía la casa, así que tenía que moverse con
cuidado en la oscuridad. Se chocó contra algo duro. Era una lámpara de pie.
Encendió la luz. Los muebles del salón eran de mimbre. Había una cocina en un
extremo, y dos puertas que debían de llevar al cuarto de baño y al único
dormitorio de la casa.
—¿Lali?
—volvió a gritar.
Se acercó a
las otras puertas. Abrió una de ellas y la estancia se iluminó parcialmente con
la luz del salón.
Lo que vio lo
dejó petrificado.
La habitación
era un desastre. Lali estaba sentada en el centro, tirada en el suelo, como si
fuera un objeto más. La luz hacía brillar su cabello, una cortina de seda que
ocultaba su rostro. Estaba abrazada a sí misma y acurrucada. A su lado yacían
los restos de su vestido rosa hecho trizas.
—¡Dios santo!
—exclamó Peter cuando se dio cuenta de lo que había sucedido.
—Vete —le
dijo Lali con voz entrecortada por el llanto.
Peter no le
hizo caso y se acercó. Se agachó frente a ella y le preguntó:
—¿Estás
herida? —extendió una mano y le tocó levemente el cabello.
Su respuesta
fue sorprendente. Hizo un solo movimiento violento y se puso de pie. Le dio la
espalda y estalló en llanto. Todo su cuerpo temblaba.
Ethan se
levantó lentamente tratando de decidir cuál sería su siguiente movimiento.
Estaba claro que Lali había sufrido algún tipo de asalto, que estaba en estado
de shock y que tal vez...
—Te odio, ¿lo
sabes? —dijo ella de pronto—. Realmente... te odio por entrar aquí de este
modo.
—Oí un grito,
salí a ver qué sucedía, y vi que alguien salía de tu casa —explicó Peter—.
Había algo en su manera de moverse que me hizo... Lali... —de pronto cambió de
tema—. Estás temblando. Da la impresión de que te vas a derrumbar... Deja
que...
—¡No me
toques! —exclamó Lali. Luego, se le aflojaron las piernas y se derrumbó al
borde de la cama.
Peter no
sabía bien qué hacer. Lali no quería que él estuviera allí con ella, pero no
podía abandonarla en aquel estado. Sus ojos se fijaron en el vestido rosa, en
el sujetador tirado junto a él. El cuadro sugería una violación, o al menos un
intento de violación.
Miró
alrededor. La cama estaba deshecha y hecha un lío de sábanas. Tiró de una punta
y envolvió a Lali con una sábana. No estaba desnuda; cuando se había puesto de
pie había notado que tenía unas braguitas rosas, pero nada más.
Peter se
agachó un poco para quedar a la altura de ella. Lali estaba aferrada a la
sábana, con el rostro oculto aún, y los hombros temblando.
—¿Qué ha
sucedido, Lali?
—¿Tú que
crees? —respondió ella amargamente—. ¡Supongo que piensas que me lo merezco!
—No.
—Mientes
—sollozó y se cubrió la cara con la sábana.
—Lali,
ninguna persona cuerda puede creer que una mujer se merece lo que parece que ha
sucedido aquí —insistió él.
—Estoy borracha
—admitió ella.
Él olía el
alcohol.
—Ha sido
culpa mía.
—No —contestó
él. Le habría gustado tocarla, pero no se atrevió.
—No siento
las piernas. Ni siquiera sé cómo he llegado aquí. Creo que puso algo en la
última copa que bebí.
—Posiblemente.
Lali se pasó
la sábana por el rostro, luego la bajó. Peter, finalmente, pudo ver su cara.
Tenía los labios hinchados y la piel irritada por el roce de una barba áspera.
Lali soltó la
sábana y se echó el pelo hacia atrás. Luego se agarró la cabeza y empezó a
hamacarse hacia adelante y hacia atrás.
Peter apretó
los dedos en un puño. Ella lo notó.
—Estoy bien
—dijo Lali, temblorosa—. Solo necesito...
—¿Qué te ha
hecho? —preguntó él.
Sabía que
ella no querría contestar. Pero tal vez necesitase un médico o una declaración
ante la policía.
Pero Lali
agitó la cabeza, y no quiso contestar. Luego se estremeció violentamente, y
estalló en un compulsivo llanto.
—Oye, Lali,
¿me dejas que te abrace? Necesitas que alguien te abrace, pero no quiero...
—Tú me odias
—sollozó ella.
—No, no es
verdad —Peter suspiró—. Iré a llamar a la policía —Peter se irguió.
—¡No! —gritó
ella y se derrumbó.
Él la sujetó
con dificultad. Entonces ella lloró desesperadamente en su hombro. Luego se
aferró al cuello de Peter. La sábana empezó a caerse, y Peter la sujetó y se la
colocó encima de los hombros, luego la rodeó con sus brazos.
Sus lágrimas
comenzaron a humedecer su hombro y su cuello mientras lloraba y temblaba. Lali
olía a alcohol y a algo más sutil, y él deseó que no se diera cuenta de que sus
pechos desnudos se estaban apretando contra su igualmente pecho desnudo. Lali
estaba tibia y era suave, y parecía tan infinitamente frágil que era como
abrazar una obra de arte. Peter miró el desastre alrededor, y pensó que era el
escenario menos adecuado para estar abrazando a la mujer perfecta.
Aquel
pensamiento lo sobresaltó. Tal vez él también estuviera en estado de shock por
la situación.
Lali fue
dejando de llorar lentamente, y poco a poco fue soltándose de su cuello. Las
viejas tensiones entre ellos comenzaron a erigirse; aparecieron las barreras
defensivas de siempre... Llegó el silencio y con él la desesperación de Lali se
transformó en incomodidad.
Lali bajó las
manos de su cuello y apartó el rostro del hombro de Peter. Luego se apartó de
él sujetando firmemente la sábana para taparse. No podía creer que hubiera
hecho aquello, que hubiera llorado en el hombro de Peter, y menos con los
pechos desnudos contra su pecho viril.
¿Qué haría
ahora?, se preguntó.
Peter no dijo
nada. Ella no sabía qué decir.
—Lo siento
—dijo Lali por fin débilmente.
—No digas eso
—respondió él seriamente, apartándose un poco.
Ella se
atrevió entonces a mirar aquel pecho lleno de vello, que había sentido, tibio y
áspero, contra sus senos.
Pero, ¿qué le
estaba sucediendo?, reflexionó Lali. Confusa, se tapó nuevamente el rostro con
la sábana. ¿Qué pensaba realmente él? ¿Querría marcharse? Lali sabía bien qué
pensaba Peter de ella.
Ella era una
libertina a los ojos de Peter, una vampiresa sin escrúpulos.
—¡Di algo!
—exclamó ella de repente. No podía soportar el silencio.
—Dime qué ha
sucedido.
—¡No lo
recuerdo! —sollozó y se puso de pie. Pero sus piernas estaban débiles aún.
Peter le
sujetó el brazo para ayudarla y la llevó al borde de la cama para que se
sentase.
Lali estaba
en estado de shock, pero parte de ella se daba cuenta de que Peter no sabía qué
hacer en aquella situación.
—Lo siento
—volvió a decir—. No puedo pensar con claridad... —respiró profundamente—.
Estábamos... Estábamos todos en la casa de la playa de Aidan... Era la fiesta
de mi cumpleaños, y supongo que estábamos todos un poco borrachos. Aidan estaba
preparando un cóctel... —su voz se debilitó.
Después ya no
recordaba nada, hasta el momento en que se vio allí, en su casa, con Raoul, y a
este desvistiéndola.
«Tranquila, Lali.
Estás en casa... Te voy a acostar...», recordó las palabras de Raoul.
«A
acostar...», pensó Lali, y el estómago se le revolvió. Se aferró al brazo de Peter
para no caerse. Estaba mareada y no sentía las piernas.
Y lo peor era
que no quería soltarse de Peter. No comprendía por qué aquel hombre de gesto
frío y actitud distante, que censuraba su comportamiento, la reconfortaba y le
inspiraba confianza.
—Yo le creí
—dijo Lali mirando a Peter—. ¿Cómo he podido hacerlo? —exclamó—. ¿Cómo no supe
que tenía otras intenciones?
—Te puso algo
en la bebida —le recordó Peter—. No te atormentes con algo sobre lo que no has
tenido control.
Lali tragó
saliva y se aferró más firmemente al brazo de Peter.
—Debo de
haberme desmayado —continuó diciendo ella—. Lo siguiente que recuerdo es que me
estaban besando... Yo pensé que era un sueño... —se llevó temblorosamente los
dedos a sus labios y puso gesto de dolor al descubrir que no había sido un
sueño—. Creo... Creo que grité. Creo... que le pegué. Pude... levantarme de la
cama. Sé que grité otra vez porque aún escucho el grito dentro de mi cabeza...
—dijo con un hilo de voz.
Peter la
abrazó. Aquel abrazo fue como un regalo para ella.
Pero Peter no
estaba pensando en regalos, sino en que le hubiera gustado dar un puñetazo a
Aidan Galloway. Estaba pensando en cómo una mujer orgullosa y alegre como
aquella había podido ser reducida a eso por un energúmeno incapaz de controlar
su libido. También estaba pensando en el modo en que Lali se había abrazado a
él, sin dudarlo.
—Creí que era
mi amigo.
Peter notó la
pena en sus palabras.
—Podemos
equivocarnos al juzgar a la gente...
Ella asintió,
apoyada en el pecho de Peter. Él hubiera deseado que no lo hiciera, porque
empezaba a sentir la respuesta en otras partes de su cuerpo. No lo comprendía,
pero aquella mujer lo hacía reaccionar de una forma que jamás había
experimentado antes. No era solo cuestión de sexo, pensó. Le gustaba el modo en
que había confiado en él a pesar de lo que acababa de vivir, la forma en que se
había aferrado a él con aquellos brazos delgados y largos.
—Eres
demasiado amable conmigo.
—¿Preferirías
que te hubiera advertido contra los riesgos de coquetear con muchos jóvenes
sexualmente saludables?
—Como lo
acabas de hacer, ¿quieres decir? —ella alzó la mirada, atemorizada.
Era
vulnerable, pensó Peter. Demasiado vulnerable. Le hubiera gustado besarla para
borrar sus temores. ¡Lo que no hubiera esperado era que Lali le rodease el
cuello y comenzara a besarlo! ¡Algo que sucedió en realidad!
Peter se
sorprendió, pero se entregó al placer de sentir sus labios... Hasta que se dio
cuenta de lo que estaba sucediendo y se separó de ella.
—¿Qué
diablos...? —exclamó Peter.
Lali se
apartó de él y lo miró.
Peter estaba
tan alterado, que no podía seguir.
—¡Dios santo,
Lali! ¿A qué juegas?
Ella pareció
volver en sí. Lo miró horrorizada.
—¡Oh! —gimió,
estremecida, y quiso alejarse, pero sus piernas le fallaron otra vez.
Peter juró
entre dientes y la sujetó nuevamente. Luego, la tumbó en la cama. La miró como
si se tratase de una extraterrestre. Ella gimió y se llevó una mano a la boca. Peter
realmente tomó consciencia de que el desgraciado le había puesto algo muy
potente en la bebida, y que le seguía haciendo efecto.
—Lo siento
—seguía diciendo ella—. No sé qué me ha pasado. Yo no...
—Hay que
llamar a un médico... —decidió Peter.
—¡No!
—Hay que
llamar a la policía para que atrapen a ese desgraciado. Así podremos saber qué
le ha puesto a la bebida.
—No —gimió
ella.
Pero Peter no
la escuchó. Buscó un teléfono y se dirigió hacia él. Cuando Lali lo vio, se
levantó de repente.
—¡No, Peter,
por favor...! —le rogó—. ¡La policía, no! No llames a un médico... ¡Estoy bien!
Lali se
interpuso, implorante, entre el teléfono y Peter. Este la miró.
—¡En pocos
minutos, estaré bien! —exclamó.
Vio que Peter
daba dos pasos más y sintió el calor de las lágrimas en sus párpados.
—Por favor...
—le rogó—. No comprendes. El escándalo... Mi abuelo... Se va a culpar a sí
mismo... ¡No podría soportarlo! ¡No podría soportar que no me volviese a mirar
como antes! —agregó Lali, angustiada—. Mira...
Al menos, Peter
se había detenido, y eso hacía que el pánico cediera y le permitiese mover las
piernas.
—Estaba
borracha. Ha sido culpa mía...
—No hay
excusa que justifique una violación, Lali.
—Pero... No
llegó a eso. Pude... detenerlo antes de que pudiera... —Lali no pudo continuar.
No podía pronunciar aquella palabra. Tragó saliva—. Lo superaré —insistió—.
Pero solo si podemos mantener el secreto entre tú y yo... ¡Por favor, Peter,
por favor...! —repitió Lali penosamente.
Lali le
rogaba como quien ruega por su vida. Pero él veía el horror en sus ojos, el
dolor, el daño y el sentido de traición, los labios hinchados, y la piel
marcada, y los efectos de una sustancia que le hacía perder el control.
¿Esperaba que
se olvidara de ello?
Peter miró la
habitación. Era evidente que aquel era el escenario de un delito. Aquel hombre
era peligroso. Había que detenerlo y hacer que pagase sus culpas.
Peter volvió
a mirar a Lali para decirle aquello, pero vio sus ojos llenos de lágrimas, la
desesperación en su rostro, la angustia y el temblor en sus labios... Y se
calló.
Lali no
estaba en condiciones de pasar por otro trance aquella noche. Peter finalmente
cedió a sus ruegos.
—De acuerdo
—dijo, reacio—. Dejaremos el resto para mañana. Pero ahora no puedes quedarte
aquí sola...
No quiso
agregar: «Por si vuelve». Pero supo que Lali lo había pensado al verla temblar.
—Gracias
—susurró ella.
Él no quería
las gracias. Quería saber qué hacer ahora. Miró a Lali para ver si encontraba
la respuesta y volvió a ver una flor estremecida, solo que aquella vez era una
azucena, cubierta con aquella sábana blanca.
Peter se
sintió conmovido ante aquella imagen.
—¿Cómo te
sientes? ¿Crees que puedes vestirte?
—Sí —susurró
ella.
—Bien. Hazlo.
Luego te llevaré a la casa principal —dijo, pensando en que allí habría
personal doméstico que pudiera cuidarla.
—No, a la
casa, no. Los criados se lo contarían a mi abuelo y... —su voz se interrumpió.
Lo miró abriendo los ojos y agregó—: ¿Puedo quedarme contigo? Solo el resto de
la noche. Te prometo no causarte más problemas. Sólo...
Él se sintió
conmovido por sus ruegos. Mentalmente trató de buscar una alternativa, pero no
la encontró.
—Por supuesto
—contestó.
Al ver que
ella iba a darle las gracias nuevamente, Peter agregó:
—No lo digas.
—No iba a
decir «gracias» —balbuceó ella—. Iba a decir «lo siento».
Peter se
sintió irritado.
—Tampoco
digas eso. No quiero tus gracias ni tus disculpas —replicó, dirigiéndose hacia
la puerta.
Lo que quería
era matar a Aidan.
Estaba
enfadado, pensó Lali. No lo culpaba. Seguramente acababa de estropearle las
vacaciones con todo aquello.
Lali se dio
la vuelta para vestirse. Estaba mareada y confusa aún. No llegaba a comprender
totalmente lo que le había sucedido aquella noche. Pero al verse reflejada en
el espejo se sobresaltó y gimió.
Peter se
detuvo y la miró.
—Parezco una
prostituta —susurró ella, alzando una mano para quitarse la flor del cabello.
Una
prostituta muy bella, especial, pensó él.
—Recoge la
ropa. Vayámonos de aquí —dijo.
Aún
estremecida por su imagen, Lali apenas se movió. Él se acercó y la alzó en
brazos.
—¡Puedo
caminar! —protestó ella.
—Disfruta del
paseo —respondió él mientras la sacaba de la habitación y de la casa.
Desde las
sombras, una figura los observó ir de una casa a la otra.
Lali estaba
demasiado fascinada por Peter y su increíble fuerza masculina como para darse
cuenta. Miró su rostro, su pelo. Sintió el urgente deseo de probar sus labios,
como lo había hecho antes.
Se estremeció
al recordarlo. ¿Por qué lo habría hecho? ¿Qué le habría puesto Raoul en la
bebida?
—En cuanto al
beso de antes... —empezó a decir ella.
—Olvídalo —le
dijo él, desviando la mirada.
Era un gran
esfuerzo no querer ser consciente del cuerpo que llevaba. No necesitaba además
mirarla a los ojos, ni que le recordase aquel inesperado beso.
Así que
intentó concentrarse en las diferentes maneras de hacerle pagar a Aidan lo que
había hecho. Violación y uso de drogas... pensó.
El beso de Lali
era producto de ese estado. Nada más. Pero él sentía aún la huella de sus
labios contra los de él.
Lali
representaba un peligro, la tentación, la atracción sexual. Y solo un tonto no
se habría dado cuenta de que ella sentía lo mismo por él. Aunque posiblemente
el efecto de la droga había potenciado la reacción hacia él.
Lali era un
riesgo y un atractivo peligro. De todos modos, era un riesgo que no podía
asumir, pensó mientras atravesaba el umbral de su casa.
Entonces,
¿qué estaba haciendo?
No quería
responderse esa pregunta.
Niñas cap larguitoooo,vieron?? muchas acertaron jaja y a la q pregunto soy de Costa Rica y ayer mas bien hacia mucho calor aca jaja pero si no subi es xq no estaba.
Buenoss firmennn y subo! jaja
Las quierooo
Que hdp ese aidan o no se que! Que valla y lo c*gue a trompadas Peter!!!
ResponderEliminarMe encanta tu nove!!!!!!
Besos! Aby:)
Ahora peter la ayudara a superar todo esto! Más!
ResponderEliminarAMIGGAAAA jaajjaja me mato el cap no te la puedo menos mal si estaba peter sera q ahora el abuelo le va a decir q se case con el???
ResponderEliminarPeter ya debe estar cambiando d opinion respecto a ella.La va a querer proteger y pobre Roulan cuando Peter se entere k fue el,se merece una buena paliza y la carcel
ResponderEliminarMas mas mas!!!!
ResponderEliminar@belteje
Pobre Lali felizmente Peter escuchó los gritos
ResponderEliminar@Masi_ruth
capitulazo!!! Me encanto quiero saber como sigue ahora todo en casa de peter :D besos Naara
ResponderEliminarmás más más más más más
ResponderEliminarEspero que peter la proteja y la cuide
ResponderEliminarSuuubi maas!
te espero http://amorporcasiangeless.blogspot.mx/
besos!
otro otro please
ResponderEliminarmmmmmmaaaaaaaaasssss
ResponderEliminarotro cap por fa! Más más más más más quiero saber que va a hacer peter a partir de ahora seguro la va a cuidar :p costa rica que lindo lugar!Aunque no conozco sólo por fotos!
ResponderEliminarotroooooooo en un momento me angustie pensé que la había lastima encima el idiota de raoul le gusta lali pero la droga para otro? Es un enfermos peter se hace pasar por el novio para que no vuelvan a inventar lastimarla besos
ResponderEliminarsubí otro!
ResponderEliminarmás otro capítulo!
ResponderEliminar+++++++++++++++++++++
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