jueves, 18 de octubre de 2012

Capitulo 13

Se q tenia algo q decirles pero no me acuerdo q jaja bueno aqui tambien dejo la intro de mi nove!!! estoy emocioneda es la primera q escribo:) y bue yo AME este cap!! aparte del final es mi favorito jaja amo esta adaptacion!!! y vamos por mas! jaja Q se viene,se viene............!


Capítulo 13

 

Se había perdido.

La iba conduciendo por una carretera de tierra para llegar a una reunión que el consejo iba a celebrar en un lugar perdido de la mano de Dios. De repente, al bajar una colina, se vio envuelta en niebla. Conectó las luces correspondiente y empezó a avanzar muy lentamente. Había accedido a celebrar la reunión en aquel lugar porque la mayoría de los miembros del consejo tenían sus segundas residencias en Nueva Inglaterra, y aquel lugar estaba a mitad de camino para todos. Sin embargo, lo último que le apetecía hacer el día de Nochebuena era conducir por aquellas carreteras.

Por supuesto, Peter estaría presente en su calidad de presidente. Aquélla sería la primera vez que lo veía después de que regresaran de Bahamas. A pesar de las repetidas llamadas de teléfono que él le había hecho en los dos últimos días, no había hablado con él. ¿De qué serviría? Ya tenía las acciones. Ella había sido una estúpida y se había dejado engañar. Por lo tanto, no le quedaba más remedio que renunciar a su puesto en el consejo. Después de todo, jamás se había sentido cómoda con las personas que habían despedido a su padre. Dado que ya no tenía la mayoría, no había razón alguna para que ellos le pidieran que se quedara. No lo harían. Había llegado el momento de marcharse, pero lo haría con elegancia.

Desgraciadamente, le estaba resultando más fácil desprenderse de la empresa de su padre que de Peter. La noche anterior prácticamente no había dormido, pensando en que volvería a verlo. Decidió que sólo necesitaba tiempo para hacerse a la idea, pero no lo tenía. De hecho, la reunión debía de haber comenzado ya.

Decidió detener el coche y probar suerte una vez más con su teléfono móvil. Seguía sin cobertura.

Cuando volvió a arrancar, tuvo que admitir que los momentos que había pasado en Espósito no habían sido felices. Sólo había regresado a la empresa para cumplir la promesa que le había hecho a su padre. Jamás se había cuestionado sobre si deseaba trabajar allí por sí misma. Para ella, era una obligación. Algo que tenía que hacer. Efectivamente, su tía había estado en lo cierto.

Tal vez debería ser más optimista. Era muy posible que todo lo ocurrido fuera una bendición, aunque de momento ella no se diera cuenta. Podría fundar su propia empresa. Con un poco de suerte, conseguiría sacarla adelante.

Como si el destino hubiera decidido ponerse contra ella, el coche empezó a temblar. Como afortunadamente no iba muy deprisa, pudo detenerlo sin problemas. Al bajarse a inspeccionar los daños, vio que tenía un pinchazo en la rueda derecha.

Miró a su alrededor. La soledad que contempló la obligó a rebujarse un poco más con la bufanda. Aunque ya no había tanta niebla, había empezado a llover. Con resignación, abrió el maletero. Su única esperanza era que la rueda de repuesto estuviera en buenas condiciones. Y que consiguiera ponerla.

Peter había estado deseando asistir a aquella reunión. Desde que regresaron de las Bahamas, no había podido centrarse en su trabajo. La no dejaba de turbar sus pensamientos. Al menos, aquella reunión le proporcionaría la oportunidad de verla e intentar explicar lo sucedido. Tendría que esforzarse para no fallar. No quería que su relación terminara así.

No comprendía lo que le había ocurrido, el cambio que se había producido en él. Sin embargo, desde Karen, jamás había conocido a ninguna mujer como La.

Volvió a consultar el reloj y miró a su alrededor. El consejo se estaba agitando. ¿Dónde diablos estaba? ¿Y si le había ocurrido algo?

No podía ser. Debía de haber una razón lógica para tanta tardanza.

—Empecemos la votación —dijo Ward—. Creo que, de todos modos, existe consenso entre nosotros. No necesitamos que esté presente para despedirla.

—No vamos a despedirla —afirmó Peter.

—No puedes hablar en serio —declaró John—. Ciertamente, no la vamos a mantener en el consejo. Después de todo, gracias a ti, tiene minoría. Además, todos hemos visto el daño que le ha hecho a esta empresa. Casi nos ha conducido a la ruina.

Era cierto. El mismo Peter había pensado en idénticos términos en el pasado. Sin embargo, todo eso había sido cuando no la conocía.

—Os olvidáis todos de que ahora yo tengo la mayoría. Y digo que se queda.

—No puedes hablar en serio —le espetó Ward.

—Claro que sí.

—Esa mujer ni siquiera tiene la educación de presentarse a tiempo.

—Tal vez le ha ocurrido algo —sugirió Betty, poniendo voz a los temores de Peter. Éste palideció inmediatamente.

Sin dudarlo, se levantó de la silla. Ya no podía soportarlo más. Se dirigió inmediatamente hacia la puerta.

—¿Adónde vas, Peter? —le preguntó Betty.

—Voy a encontrar a La —respondió. Antes de que nadie pudiera protestar, se marchó.

La observó el barro que rodeaba la rueda. ¿Cómo iba a poder cambiarla sin ensuciarse? Para proteger el traje que llevaba puesto, se quitó el abrigo y lo colocó sobre el barro. Entonces, se arrodilló y trató de hacer girar las tuercas.

Nada.

Volvió a intentarlo, pero sus esfuerzos fueron en vano. Desesperada, se apoyó contra el coche. La lluvia helada le caía con fuerza sobre el rostro y le calaba la ropa.

De repente, le pareció escuchar el sonido del motor de un coche. Al ver las luces, se levantó inmediatamente e hizo señales para que el conductor se detuviera. Cuando reconoció el vehículo, sintió que se le paraba el corazón. ¿Peter?

Con un repentino ataque de vanidad, se estiró el traje, que, a pesar de todo, se le había manchado de barro, se atusó el pelo y se humedeció los labios.

Cuando Peter se bajó del coche, permaneció observándola durante unos instantes. De repente, seguramente por el estrés al que había estado sometida, La sintió ganas de llorar. Se mordió el labio inferior y trató de controlarse

—¿Qué te ha pasado? —le preguntó él.

—Se me ha pinchado un neumático.

—¿Y por qué no has llamado?

—No tenía cobertura.

Al ver que ella había colocado su abrigo sobre el barro para cambiar la rueda, Peter se quitó el suyo y trató de colocárselo alrededor de los hombros

—No lo quiero —le espetó, apartándose de él.

Peter se sintió como si ella le hubiera abofeteado. Entornó inmediatamente los ojos.

—Métete en mi coche; tenemos que irnos a la reunión.

Dada la situación en la que se encontraba, La no mostró remilgo alguno a la hora de meterse en el coche de Peter. Recogió su abrigo y se montó. El hizo lo mismo. Cuando volvió a arrancar el coche, tomó de nuevo la palabra.

—He estado tratando de hablar contigo. Necesito tu número de cuenta —dijo—, para poderte transferir las acciones.

—No las quiero.

—En ese caso, para pagártelas.

De repente, La comprendió tanta insistencia. Temía que lo demandara. No tenía que preocuparse. No era una mujer histérica, e iba a demostrárselo. Pensaba marcharse con dignidad.

—La, contéstame. Tenemos que comunicarnos si vamos a trabajar juntos.

—No vamos a trabajar juntos, Peter. Yo soy una accionista minoritaria. No puedo mantener mi posición en el consejo.

—Te estoy dando mi apoyo, La. Nadie puede hacer nada al respecto.

—¿Me estás diciendo que, tanto si al consejo le gusta como si no, yo seguiré siendo presidenta?

—Así es.

—No deseo trabajar en un lugar así, Peter.

—No puedes dejar Espósito. Es lo que tu padre quería. El trabajo que hiciste en el asunto Antigua/Florida fue muy bueno. Tomaste las decisiones adecuadas sin mi ayuda. Yo necesito gente así.

—Te repito que dimito, Peter. Ese será mi regalo de Navidad para el consejo.

—La... He comprado Mara del Ray. Puedes encargarte tú de la remodelación...

—Has hecho bien. Es una buena inversión. Ya lo verás.

—Piénsalo. Llevas años queriendo estar al mando de Espósito. No dejes que la ira que sientes hacia mí se interponga en tus sueños.

Resultaba muy tentador, pero no podía aceptar. No podría soportar la idea de trabajar junto a Peter sabiendo que él no sentía nada hacia ella.

—No deseo volver. Ahora he comprendido que, aunque esta empresa sigue usando el apellido de mi padre, ya no le pertenece. Es tuya, Peter. Tú has trabajado muy duro para conseguirla. Te la mereces.

—No hagas esto, La —dijo Peter, deteniendo por fin el coche ante el edificio en el que se estaba celebrando la reunión—. Uno no puede escapar de lo que ama.

—Creía amar esta empresa, pero estaba equivocada.

—No voy a permitir que hagas esto. ¿Qué tengo que hacer para impedírtelo?

—¿Por qué insistes tanto, Peter?

—Porque... siento algo por ti —dijo él, tomándole las manos entre las suyas.

La quedó prendada de aquellas palabras. Deseaba tan desesperadamente creerlas... Peter se acercó a ella y la besó dulcemente. Ella sintió que sus defensas se iban debilitando. Ansiaba creerle, y así era, pero no bastaba.

Hicieran lo que hicieran y por mucho que se esforzaran, jamás podrían ser socios en Espósito Enterprises. A pesar de que La había echado el resto, había perdido, y si había algo que supiera hacer bien era aceptar con elegancia una derrota. Se apartó de Peter y salió del coche. Mientras se dirigía al pequeño hotel, sintió que el corazón se le rompía.

«Te echaré de menos, Peter Lanzani. Te echaré mucho de menos», pensó.---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Argumento “Refugiada en sus brazos”
Lali destrozada por la muerte de su marido se ve obligada a huir de Argentina,sola y asustada empieza su nueva vida en España donde no solo empezara una nueva vida sino que superara el pasado y volvera a abrir su corazon,sin embargo algo pondra en peligro su felicidad podra Lali luchar contra los fantasmas de su pasado??...

Autora:Angie Jimenez(osea yop)jaja
 



9 comentarios:

  1. AH!BUENO q paso...de adaptadora(q no es tarea simple!)a escritora!Felicitaciones !Aquí estaremos!

    ResponderEliminar
  2. Asadas me morí !!!!!!! Amo esta adaptación es lo mas !! Y k te puedo decir del prologo amiguchis !!! Mejor no puede estar !!

    ResponderEliminar
  3. NOOOOOOOO...porque !!! yo esperando romanticismo y este par de tontos me arruinan la noche jajajaja agh ojala se arreglen pq esto me deprime jajaja ando medio bipolar no se q me pasa...bueno en realidad si se pero no quiero aceptarlo jajaj otra historia...x...me gusto la intro q bn ya tu historia la voy a esperar tk un beso buenas noches y gex por subir

    ResponderEliminar
  4. LALI x mas k amara a PETER sentia k no podia estar con él no confia.

    PETER haga algo para k LALI pueda creer en sus sentimientos.

    ME ENCANTOOOOOOOOOOOOOOOOO

    MASSSSSSSSSSSS

    ResponderEliminar
  5. El argumento de tu nueva nove me parece muy interesante espero k pronto empiece.

    LALITER ♥

    CUIDATE

    ResponderEliminar
  6. Peter se decide,pero no le aclara del todo ,y LAli parece k ha tomado una determinación ,y le va a costar a Peter traspasar esa barrera.Pero lo logrará!!.

    ResponderEliminar
  7. No!! Me rompe le corazón lali más!!

    ResponderEliminar