Chicas volvi! Gracias a @martm_15 por su ayuda TQ! ya las extrañaba gracias por desearme suerte en los examenes me fue bien:)al menos en la mayoria jaja bueno gracias por sus firmas!♥ como siguen bajando decidi q apartir de la proxima nove(q es la mia) abrir un grupo en face unance porfa subire la intro antes ahi! las quiero chau!
Capítulo 10
La llegó a su casa poco después de la
hora de almorzar. Se había dado menos de media hora para cambiarse de ropa para
la boda y echar en una bolsa de viaje algunas cosas por si acaso tenían que
pasar la noche en Florida. Además, sabía que su tía había quedado para comer,
por lo que decidió llegar a casa cuando la anciana ya se hubiera marchado para
posponer el enfrentamiento todo lo que le fuera posible. Después de todo,
tendría que confesarle su aventura amorosa a su tía. No podía mantener en
secreto algo tan importante.
Desgraciadamente para ella, Ginny había
tenido que cancelar su cita y estaba en casa cuando La llegó. Mientras ésta se
apresuraba para prepararlo todo, su tía se sentó en la cama y empezó con el
interrogatorio.
—¿Y bien? Quiero detalles.
—La fiesta fue un fiasco. Yo me esforcé
todo lo que pude, pero no parece que sirviera de nada —dijo, mientras se
quitaba el vestido azul que llevaba puesto—. Algunas veces, me parece que estoy
tratado de ganar una batalla que ya está perdida. Creo que nadie me considerará
nunca nada más que la hija de Howard Espósito.
—Tienes que probar tu valía.
—Hasta ahora no lo he conseguido. Un
miembro del consejo me acusó públicamente de destruir la empresa, y estuve a
punto de darle un puñetazo.
—Despídelo.
—No puedo ir despidiendo a la gente así
como así. Eso no resolvería nada. Creo que fue un error despedir a Peter.
—Estoy segura de que es eso lo que
crees. Sé que anoche llegaste a casa a las dos, completamente desharrapada. No
he nacido ayer, ¿sabes?
—Muy bien, te contaré lo que ocurrió.
Durante la fiesta, Peter se enteró de mis planes para comprar Mara del Ray. Se
disgustó bastante, por lo que decidí explicarle todo lo que había hecho al
respecto.
—¿En su casa?
—No podíamos venir aquí. Tú estabas
durmiendo. Además, la fiesta seguía en el trabajo.
—Y por eso te fuiste a su casa.
—Y... una cosa llevó a la otra.
—¿Ya no eres virgen?
—Tía, tengo veintiséis años. Hace ya
algún tiempo que no lo soy.
—¿Fue Tommy Winston?
—Claro que no. Cuando salí con él los
dos éramos unos niños —dijo La, entre risas. En realidad, había perdido la
virginidad a la madura edad de veintiún años, con un compañero de la
universidad.
—¿Y dices que ese Peter quiere llevarte
a que conozcas a su familia? Parece serio.
—No se trata de eso. Simplemente es lo
más cómodo. Quiero que vea ese hotel hoy mismo. Mira, tía, te aseguro que no
hay ninguna relación entre nosotros —dijo, al ver la cara de escepticismo de la
anciana—. No creo que él sea capaz, y sé que yo no lo soy.
—Eso no lo sabes. Jamás te has puesto a
prueba. Ese es el problema. Siempre me pareció que eras muy selectiva y que
estabas esperando al hombre apropiado. No al que menos te conviene.
—Lo siento, tía. Sé que todo parece muy
extraño. Me he pasado años tramando mi venganza, pensando en cómo librarme de
él. Lo odiaba a muerte.
—La línea que separa el odio del amor es
muy fina.
—Jamás pensé que esto ocurriría, pero
voy a intentar mantener la perspectiva. Tengo que hacerlo. Podría estar trabajando
mucho tiempo con él, y no me puedo permitir dejarme llevar por los celos ni
distraerme.
—¿Cómo demonios piensas evitar eso?
—No puedo consentirlo. Nada más.
—Mira, La, no quiero que te tomes esto a
mal, pero ¿cómo sabes que ese Peter no ha hecho todo esto para confundirte?
—¿Crees que se acostó conmigo sólo para
causarme dolor?
—Es una posibilidad, como también lo es
que no significara nada para él.
—No creo que lo hiciera por venganza. Sé
que te debe de sonar muy mal, pero no es mala persona. Bajo su apariencia dura,
creo que es un hombre dulce y sensible.
—Espero que tengas razón, La. De verdad
que lo espero.
—Ya soy una mujer hecha y derecha, tía.
Sé cuidarme de mí misma.
—Vas a tener que hacerlo si insistes en
jugar con fuego.
En circunstancias normales, Peter se
habría sentido aliviado al levantarse y ver que la mujer con la que había
pasado la noche se había marchado. Sin embargo, aquella vez no fue así. Ese
hecho sólo la empujó a desearla más.
¿Cómo había ocurrido? Después de todo, La
era una mujer testaruda y frustrante, aunque también cálida y tierna. Ella le
había hecho experimentar una vez más sensaciones que nunca hubiera pensado que
volvería a tener.
A pesar de todo, sabía que ella tenía
razón. Debían dejar atrás lo ocurrido y olvidarse de ello. Era la única
solución. Después de todo, Peter estaba a punto de recuperar su empresa y de
despedirla. Por mucho que deseara que fuera de otro modo, La no debía estar en Espósito
Enterprises. Casi todos los empleados desconfiaban de ella. El consejo no
volvería a otorgarle independencia alguna.
Aunque seguro que se enfurecería con él
cuando descubriera que había perdido la empresa, a Peter no le quedaba la menor
duda de que, al final, ella sería mucho más feliz. Tendría el dinero que Peter
le pagara por sus acciones y podría empezar su propia empresa. Seguiría con su
vida como él haría con la suya.
Sin embargo, antes de que todo esto
ocurriera, iba a presentarla a toda su familia. Debía de estar loco. Sólo un
hombre que hubiera perdido la cabeza podría hacer algo tan ridículo. Sin
embargo, era lo más práctico. Tenían que repasar los detalles de la compra del
hotel en el avión.
La verdad del asunto era que, le gustara
o no, sentía algo por La. Aunque se habían prometido mutuamente que se trataría
exclusivamente de una noche, Peter anhelaba el momento en el que pudiera volver
a tocarla, hacerle el amor una vez más.
—Hola Peter —dijo ella, cuando abrió la
puerta de su apartamento. Estaba muy hermosa, como siempre—. Entra.
—¿Está tu tía?
—No. Ha salido a almorzar con unas
amigas.
Peter entró y cerró la puerta. En el
vestíbulo, observó que había muchas fotografias colgadas de la pared. En muchas
de ellas aparecía La con su padre. En lo más alto, había una foto de Howard
abrazando a una mujer que se parecía mucho a La.
—Era mi madre —dijo La.
—Era muy hermosa. Se parece mucho a ti.
—Gracias —replicó ella, mostrándole otra
fotografia—. Mira, ahí están los dos conmigo delante del despacho de mi padre.
Peter se sintió algo incómodo observando
aquellas fotografias. Le parecía que su antiguo jefe lo miraba con
desaprobación.
La se puso el abrigo y agarró la pequeña
maleta.
—Lista.
—¿Estás pensando quedarte allí un
tiempo?
—No —respondió ella, avergonzada de que
él pudiera pensar que estaba planeando quedarse con él a solas—. Después de lo
que ocurrió en nuestro último viaje, prefiero no dejar nada al azar. Me gusta
utilizar mi propio traje de baño y mis propias cosas.
—A mí me pareció que el que te dejó
Sabrina te sentaba muy bien...
—Gracias —dijo ella, algo incómoda.
No volvieron a hablar hasta que no
estuvieron sentados en el interior del coche de Peter.
—¿Te cae bien el hombre con el que se va
a casar tu hermana? —le preguntó ella.
—Claro —respondió Peter. encogiéndose de
hombros.
—Pues no lo parece.
—Es asunto suyo.
—No me parece que sea un comentario muy
romántico cuando vamos de camino a su boda.
—Tal vez no lo sea, pero es práctico. Mi
hermana ya ha estado casada antes, pero nadie lo diría. Prácticamente aún no se
había divorciado de su primer marido cuando se prometió con éste.
—Eso significa que no ha renunciado al
amor.
—O tal vez le gusta sufrir. Debería
haber aprendido la lección la primera vez.
—¿Te parece feliz?
—Así es como empiezan la mayoría de las
relaciones, ¿no?
Por supuesto, había excepciones, como la
suya con La. Habían empezado tan tristemente como terminan la mayoría de los
matrimonios.
Realizaron el resto del trayecto en
silencio, hablando sólo cuando era necesario. Cuando llegaron a la capilla, Peter
pasó por delante de su familia con La sin molestarse en presentársela. Tras
dejarla en uno de los bancos, se entregó a sus labores como ayudante, colocando
a los invitados en los bancos de la iglesia.
Después de la ceremonia, casi no tuvo
tiempo de hablar con ella, dado que tuvo que marcharse con su familia para
realizar la sesión de fotos. Por fin, una hora más tarde, todos se dirigieron
al lugar en el que se iba a celebrar el banquete nupcial. Al llegar, Peter
buscó a La, pero muy pronto resultó evidente que ella no se encontraba allí. La
encontró en el pasillo, ayudando a una anciana a salir del tocador de señoras.
—Este es Peter —dijo ella,
presentándoselo a la mujer.
—Su esposa ha sido muy amable al
ayudarme —dijo—. No sé qué habría hecho sin ella. Mi hija se ha retrasado y...
Justo en aquel momento, la hija de la
anciana entró por la puerta y, tras darles las gracias profusamente, se marchó
con su madre. Cuando los dos estuvieron por fin solos, Peter dijo:
—¿Esposa?
—Ha sido un malentendido. Ella vio que
vine contigo y lo dio por sentado. No vi razón alguna para corregirla.
—Bueno, ¿quién es esta señorita?
Peter se dio la vuelta y se encontró
cara a cara con sus padres.
—Es La Espósito —respondió.
—Espósito —dijo el padre de Peter—.
¿Alguna relación con Howard Espósito?
—Soy su hija.
Peter sintió la necesidad de explicar la
presencia de La en la boda.
—Los dos tenemos una reunión más tarde.
Era mucho más práctico que me acompañara.
—Entiendo —dijo el padre—. Bueno,
bienvenida, La. Me alegro mucho de conocerte. Eres mucho más joven y bonita de
lo que me había imaginado. Peter, no le has hecho nunca justicia —añadió,
guiñándole un ojo a su hijo—. Me dijo que eras guapa, pero no que eras una
belleza.
Ella sintió que el corazón le daba un
vuelco al tiempo que Peter realizaba un gesto de desaprobación. ¿Que Peter les
había dicho a sus padres que era guapa?
Cuando los dos se marcharon, Peter miró
el reloj.
—Creo que es hora de marcharnos.
—No seas tonto —dijo ella—. Después de
todo, aún no hemos comido. Además, no tienes por qué estar siempre conmigo.
Estoy muy bien sola. Ve con tu familia.
De repente, una mujer vestida con el
traje rojo de las damas de honor se acercó a ellos.
—¿Peter? ¿Peter Lanzani? ¿Cómo estás?
Soy Jane Turner. Te acuerdas de mí.
Peter miró a la mujer y le sonrió de un
modo que La reconoció enseguida. Peter no tenía ni idea de quién era aquella
mujer.
—¿Quieres bailar conmigo? —le preguntó
ella. Peter miró a La, buscando ayuda—. Oh... ¿Es tu pareja? Lo siento. Creía
que tu hermana había dicho que ibas a venir solo.
—No soy su pareja —se apresuró a decir La.
Entonces, se volvió a Peter—. Adelante. Tómate tu tiempo. Yo estoy bien.
Tras dedicarle una mirada de
sufrimiento, Peter se marchó a la pista de baile con la muchacha. La aprovechó
el momento para ir al tocador. Allí, se encontró con la novia, que parecía
tener problemas con el vestido.
—Déjame que te ayude.
—Tú eres la pareja de Peter —dijo Susan
con una sonrisa—. Me alegro mucho de que te haya traído. ¿Cuánto tiempo lleváis
viéndoos?
—En realidad, no somos pareja, sino
compañeros de trabajo. Tenemos una reunión a última hora de hoy y parecía más
sensato irnos directamente desde aquí, pero me alegro de haber venido. Ha sido
tina boda preciosa.
—Entonces, ¿no sois pareja?
—Técnicamente, no.
—¿Técnicamente, eh? —repitió Susan,
riendo—. Pues yo vi el modo en el que te miraba. Parece que le gustas mucho.
—Sólo hemos pasado juntos un par de
días.
—¿Y qué? Sólo hace tres meses que
conozco a mi esposo. Mi madre se casó con mi padre sólo seis semanas después de
conocerlo. Los noviazgos rápidos parecen ser una tradición familiar. Cuando Peter
estuvo prometido, le pidió en matrimonio sólo... Sabías que estuvo prometido
antes, ¿verdad?
—Sí.
—¿Ves? Yo sabía que eras especial. Debe
de apreciarte mucho si te ha contado lo de Karen. Todos estuvimos muy
preocupados por él después del fallecimiento de Karen. Pareció perder interés
en todo. Afortunadamente, encontró justo el trabajo que necesitaba. O, al menos,
eso nos pareció. Como siempre estaba viajando a lugares tan exóticos, nos
pareció que no tardaría en regresar con una esposa. Sin embargo, no ha salido
con nadie en serio desde entonces.
—¿De verdad? Pues tiene la reputación de
un Don Juan.
—Sí, y lo es, no me malinterpretes, pero
no creo que todas esas relaciones tan breves sean lo que él está buscando. Es
como un nómada. Jamás viene a cumpleaños ni fiestas familiares. Se dedica al
cien por cien a su trabajo. Un momento. ¿Has dicho que te llamas La Espósito?
¿No eres tú la que lo despidió?
—Sí —admitió, de mala gana—. No me gustó
mucho lo que le ocurrió a mi padre.
—Peter sufrió mucho con lo de tu padre.
No creo que tuviera mucho que ver con lo que ocurrió, si eso hace que te
sientas mejor. Nos dijo que iban a despedirlo tanto si él se hacía cargo como
si no.
—No estoy muy segura de lo que ocurrió
—dijo La, que no quería seguir hablando al respecto.
—Estoy segura de que podrías
descubrirlo. Muchos de los miembros del consejo siguen siendo los mismos, ¿no?
Así era. La había hecho todo lo posible
por comprobar la historia de Peter. Los miembros del consejo con los que había
hablado le habían contado lo mismo. Si Peter no hubiera estado en la empresa,
ellos no habrían despedido a su padre.
—Me gustaría creer que él no tuvo mucho
que ver en el asunto, pero la verdad es que tampoco hizo demasiado por
evitarlo.
—¿Crees que hubiera podido? Por lo que
yo recuerdo, los miembros del consejo ya habían tomado su decisión cuando se lo
dijeron. En cualquier caso, no se lo tengas en cuenta. Estoy segura de que
jamás quiso hacerle daño a tu padre o a ti. El aún lo estaba pasando muy mal
por lo de la muerte de Karen. Tal vez no debería haber aceptado el trabajo,
pero todos cometemos errores, ¿no? Yo desde luego he cometido los míos. Estuve
casada antes, pero no salió bien. ¿Has estado casada alguna vez?
—No —respondió La, riendo.
—¿Qué te hace tanta gracia?
¿Que por qué se reía? Porque ni siquiera
había tenido un novio formal. No podía pasar de no salir con nadie a estar
casada.
—Supongo que la noción de que yo pueda
tener novio formal.
—Pues a mí me parece que Peter y tú sois
perfectos el uno para el otro.
—Yo no soy como Peter. Casi nunca salgo
con nadie...
—Pero estás saliendo con Peter.
—No creo que se pueda definir así...
—Claro que estás saliendo con él. Estás
aquí, ¿no? Me apuesto algo a que Peter siente más por ti de lo que está
dispuesto a admitir. Jamás trae a nadie con él...
—Bueno, ya te he dicho que tenemos una
reunión. Es en Florida y...
—Tonterías. También ha tenido reuniones
cuando había obligaciones familiares, pero jamás se ha traído a nadie.
De repente, alguien empezó a llamar a la
puerta.
—¿Susan?
—Ése es mi marido —dijo con un hermoso
brillo en la mirada—. Es tan mono... ¿Lo conoces?
—Sí. Parece muy agradable.
—¿Susan? —repitió él—. ¿Qué diablos
estás haciendo?
Susan sonrió y agarró a La de la mano.
—Vamos. Te presentaré al resto de la
familia.
Peter estaba sentado a la mesa, buscando
con la mirada a La. Le daba la sensación de que ella podía estar metida en un
lío. Sus temores se vieron confirmados cuando la vio del brazo de su hermana.
Vio cómo Susan, le presentaba uno a uno a un grupo de primos.
El hermano menor de Peter se percató de
lo que estaba ocurriendo y se echó a reír.
—A todos nos intriga esa mujer tan
misteriosa. ¿Por qué no dijiste que ibas a venir acompañado?
—Porque no lo supe hasta esta mañana.
Además, no es mi pareja. Sólo es una colega.
—Claro —replicó su hermano con ironía—.
Mira, soy Russell, tu hermano. A mí no tienes que engañarme. ¿Cuánto tiempo
llevas con ella?
—Es la presidenta del consejo.
—Parece algo joven...
—Eso es precisamente lo que yo pienso.
—También es hermosa. Inteligente. Rica.
¿Y dices que no es tu pareja?
—Ya te he respondido a esa pregunta.
—Entonces, ¿no te importa que la invite
a bailar?
—No —dijo Peter, tensando la mandíbula.
En aquel momento, Susan se acercó con La
de la mano.
—La y yo nos estamos conociendo.
—Creo que me toca a mí —anunció Russell
con una sonrisa—. ¿Te gustaría bailar?
—Me encantaría —dijo ella, tomándole del
brazo. Mientras su hermano se la llevaba a la pista de baile, Peter se fijó en
el modo en el que La sonreía a su hermano. Parecía que se estaba divirtiendo
mucho. En cuanto a Russell... Parecía imposible que pudiera estar más contento.
¿Y por qué no? Resultaba muy agradable tener a La entre los brazos.
De reojo, vio que su hermana no le
quitaba ojo.
—Bonita boda —dijo.
—Espero que te haya gustado, porque va a
ser la última vez que yo me case.
—No sé... —bromeó él—. Parece una pena
parar ahora que estás adquiriendo práctica. Esta ha sido mucho mejor que la
primera.
—Muy gracioso, pero ahora te toca a ti.
—Creo que no —replicó Peter, riendo.
—Bueno, La es una mujer muy hermosa.
—¿Cómo dices? Sí. Es muy atractiva.
—A Russell le ha gustado mucho.
—Eso parece.
La orquesta empezó a tocar una canción
lenta. En vez de abandonar la pista de baile, Russell tomó a La entre sus
brazos y apoyó la mejilla contra la de ella.
—Sólo una compañera de trabajo, ¿eh?
—comentó Susan, al ver cómo Peter apretaba los puños.
¿Qué diablos estaba haciendo? Relajó los
puños. No tenía razón alguna para estar celoso. La Espósito no era suya ni lo
sería nunca.
—Más que una compañera. Es la presidenta
de Espósito Enterprises.
—Humm —susurró Susan con una sonrisa.
—¿Qué se supone que significa eso?
—Bueno, te conozco y he visto cómo la
miras. No puedes dejar de pensar en ella, ¿verdad? Y doy por sentado que...
habéis hecho manitas, por decirlo de algún modo.
—Mira, Susan, te garantizo que esta
relación no va a ninguna parte. Ella ha accedido a darme la mitad de sus
acciones cuando podamos abortar la amenaza de absorción que pende sobre la
empresa. Lo que ella no sabe es que entonces tendré más acciones que ella.
—¿Significa eso que vas a despedirla?
—preguntó Susan, horrorizada.
—Sí.
—Peter, es Navidad...
—Mira, si hubiera otro modo... pero no
lo hay.
—Pero tú sientes algo hacia ella. Lo veo
en tus ojos. ¿Por qué no podéis trabajar juntos?
—Resulta algo complicado —dijo él, que
no deseaba seguir hablando del tema.
—Es tan típico de ti... Sólo sales con
las personas a las que consideras seguras. ¿Se te ha ocurrido alguna vez dejar
de pisar el freno? Tal vez entonces consiguieras por fin vivir tu vida.
—Mira, creo que es mejor que dejes el
champán...
Susan hizo un gesto de frustración al
escuchar el comentario de su hermano.
—¿Vas a ir a la casa de mamá y papá por
Navidad?
—Creo que no. Ya sabes lo que pienso de
las Navidades.
—Significaría mucho para todos que tú
estuvieras presente. Yo había pensado que tal vez este año fuera diferente.
—No ha cambiado nada. Ya sabes que en mi
opinión...
—La Navidad es para las familias y para
los niños —completó Susan—. Sí. Ya sé que es eso lo que dices, pero tú formas
parte de una familia. Nos encantaría que vinieras.
—Eh, Susan —dijo Russell, mientras La se
sentaba junto a Peter—. La no tiene planes para Navidad. Le he dicho que su tía
y ella deberían venir a casa.
—Tal vez sería mejor que no lo hiciera
—comentó La, al ver el gesto de Peter—. Después de todo, Peter y yo trabajamos
juntos...
—De todos modos, él nunca viene por
Navidad. Cuantos más mejor. Además, si el club de tenis está abierto —sugirió
Russell—, has prometido jugar un partido conmigo.
Peter se volvió para mirar a La y dijo:
—Sé que a mi madre le encantaría que
vinierais...
—Russell, ven conmigo —le pidió Susan de
repente—. Tengo que mostrarte una cosa.
—¿El qué? —preguntó Russell, algo
molesto.
—Vamos, Russell.
—Mi hermano es un chico fantástico
—comentó Peter, cuando sus dos hermanos se hubieron marchado.
—¿Chico, dices? Pero si es un año mayor
que yo.
—Parece que le has gustado mucho. Bueno,
¿lo vas a hacer?
—¿El qué?
—Venir a pasar la Navidad en casa de mis
padres. El te lo ha pedido, ¿no?
—No me pareció que tú quisieras que
aceptara su invitación.
—Como ellos te han dicho, yo no estaré
aquí. No me importa lo que hagas. Es decir, fuera de tu despacho.
La se quedó muy callada. Inmediatamente,
Peter lamentó lo que acababa de decir. ¿Cómo podía decirle que sí que le
importaba? ¿Que no quería que se acercara a su hermano ni a ningún otro hombre?
¿Que le pertenecía a él?
—¿Qué es lo que quieres que haga? ¿Que
no hable con nadie? Por eso te has disgustado, ¿verdad?
En ese momento, los camareros empezaron
a servir la comida. La mesa se llenó muy pronto de más invitados. Mientras
trataba de disfrutar su comida, Peter no dejaba de mirar a La. Aparentemente,
estaba relajada y feliz y estaba contando a los presentes algunas de sus
hazañas en el tenis. A él lo miró en varías ocasiones y sonrió.
Mientras todos los presentes brindaban
por la felicidad de los recién casados, Peter se preguntó si algún día él
seguiría aquel camino. No había descartado por completo la idea del matrimonio,
pero le parecía algo muy lejano. La, por el contrario, era la clase de mujer
que no permanecería soltera mucho tiempo. Algún afortunado se la quedaría para
siempre.
¿Qué diablos le estaba ocurriendo?
Habían compartido tan sólo una noche, una noche que no había podido olvidar.
Decidió que sólo le quedaba una opción. Iría a Florida con ella tal y como
habían acordado y luego se alejaría de ella para siempre.
Me encanta más!!
ResponderEliminarMe encanta cómo se van sucediendo los hechos y como poco a poco Peter se esta enredadando en algo de lo q no podra escapar#SR SEGURIDAD!
ResponderEliminarmasssssssssssssssssssssssssssssssss
ResponderEliminarLALI paso un momneto agradable con la familia de PETER.
ResponderEliminarPETER estaba celos de su Hermano y no lo queria
reconocer.
LALITER ojala se animen a reconocer susu sentimientos.
ME ENCANTOOOOOOOOOOOOOOOOO
MASSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Peter se niega al amor de pareja y familia, pero ya va a caer jaja :)
ResponderEliminar@masi_ruth
ME ENCANTA♥ Maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas!!
ResponderEliminar@Camhii_Infante
Vamos avanzando a pasos de tortuga pero vamos jajjajajaja ojala ya pronto acepte lo que le pasa se q cuando lo haga lali no se va a negar a nada esta mas dispuesta a que todo pase aunq no se vea...DENADA me gusto mucho ayudarte yo tambien te quiero es divertido hablar contigo a ratos cuando puedo y las chicas tambien son divertidas...si por fin tu nove wiii...me alegra q te haya ido bn yo esta semana voy a andar un poco ocupada pq tengo parciales y otros compromisos y me voy a poner a hacerle campaña a la nove jajaja un beso espero el prox cap
ResponderEliminarmuy buena
ResponderEliminar@arimurb
Peter estaba necesitando el empujoncito k le da su hermana y ,pasar celos viendo a LAli ,bailar con otro,en este caso su propio hermano ,k ya la había halagado ,y k se muestra atento ,y la invita a pasar la navidad.Peter está lento,y más sintiendo lo k siente x ella.
ResponderEliminar