Capítulo 9
—Lo siento —dijo La, apartándose
rápidamente de él. ¿Qué había hecho? ¿Qué le había empujado a besarlo de
aquella manera?—. No sé lo que me ha pasado...
Sin embargo, Peter no parecía ofendido.
Cuando la miró, el ambiente pareció cargarse de electricidad.
—Quédate conmigo esta noche —susurró.
Se acercó a ella y extendió la mano para
acariciarle suavemente el cuello. La contuvo el aliento y cerró los ojos, como
si estuviera disfrutando con aquella deliciosa sensación. Peter la obligó a
levantar ligeramente la cabeza, como si fuera a besarla, y La sintió que toda
posibilidad de resistencia se desvanecía. El la besó dura y apasionadamente lo
que provocó que cada parte de su cuerpo pareciera estar en llamas. No pudo
hacer otra cosa más que entregarse a él.
Peter se tomó su tiempo. Le exploró
íntimamente la boca. La lengua recorría todos los recovecos, como si estuviera
estableciendo su dominio. La se arqueó contra él, deseando mucho más. Le
recorrió la espalda con los dedos, sintiendo la fuerza de sus músculos bajo la
almidonada camisa de algodón. Hacía mucho que el cerebro había dejado de
funcionarle.
Al sentir que Peter le deslizaba las
manos por debajo del vestido, contuvo el aliento. El le fue subiendo las manos
por piernas y costados, tocándole ligeramente el sujetador de encaje. La arqueó
la espalda, suplicando en silencio mucho más. A los pocos segundos, él había
conseguido desabrocharle el sujetador. Entonces, con una mano, comenzó a
masajearle los pechos mientras que, con la otra, le sacaba el vestido por la
cabeza. Cuando el vestido cayó al suelo, Peter se colocó de rodillas delante de
ella para poder besarle la piel del vientre. Entonces, muy suavemente, la tumbó
sobre el sofá y se colocó encima de ella, centrando de nuevo su atención en los
senos. Escogió uno de los dos pezones y se lo metió en la boca, chupando y
besando suavemente mientras le iba retirando el sujetador. La vio que no dejaba
de mirarla, como si estuviera memorizando todo su cuerpo.
A continuación, metió los dedos por
debajo de la cinturilla de las medias y se las quitó cuidadosamente. Sin dejar
de mirarla a los ojos, le deslizó los dedos entre las piernas y por debajo de
las braguitas. El deseo se apoderó de La arqueó las caderas. Las caricias de Peter
eran tan ligeras como una pluma mientras las iba dirigiendo al punto más
sensible. Prosiguió con aquel masaje tan íntimo, incrementando lentamente la
presión. La sintió que su cuerpo empezaba a rendirse.
—Déjate llevar... —susurró él—. Déjate
llevar...
Cuando el orgasmo llegó por fin, Peter
silenció sus gritos de placer con un beso y la tomó entre sus brazos, besándole
la oreja y apartándole el cabello del rostro.
Sin embargo, si Peter se había creído
que un clímax era suficiente, estaba muy equivocado. Uno sólo no bastaba para
aplacar el deseo que sentía hacia él. Se moría de ganas por sentirlo dentro de
ella, por notar los dos cuerpos desnudos, el uno sobre el otro. Porque Peter le
hiciera el amor.
—Ahora te toca a ti —susurró ella con
los ojos llenos de fuego.
Le desabrochó la camisa, besándole el
torso a medida que iba dejándolo al descubierto. Mientras él se quitaba la
camisa, La se centró en besarle el cuello, al tiempo que le recorría el torso y
el vientre con las manos. Le deslizó los dedos por encima de la columna que le
abultaba los pantalones y centró sus esfuerzos en la cremallera.
—¿Estás segura? —le preguntó él,
sujetándole las manos.
La jamás había estado más segura de nada
en toda su vida.
—Quiero que me hagas el amor —respondió,
mirándolo fijamente a los ojos. Entonces, le dio un tirón de los pantalones y
permitió que Peter se los quitara de una patada.
Su cuerpo era como el de un dios griego.
Los músculos eran largos y elásticos, y su cuerpo entero parecía estar poseído
por el deseo. La le pasó un dedo por los labios, haciendo a continuación lo
mismo con cuello y torso. Poco a poco, fue bajando más y más y notó que Peter
tragaba saliva. Entonces, le agarró el miembro entre las dos manos, envolviéndoselo
con los dedos.
—Te quiero dentro de mí. Ahora mismo.
Sin dejar de mirarla a los ojos, Peter
la tumbó y se colocó encima de ella. La abrió las piernas y, suavemente, Peter
la penetró. Empezó a moverse lentamente, profundizando cada vez un poco más. Ella
le hundió las manos en el espeso cabello mientras Peter la besaba posesiva y
apasionadamente. La jamás había experimentado nada igual. Su cuerpo se llenó
con una gozosa sensación de placer.
Sin dejar de moverse dentro de ella, Peter
dejó de besarla y se levantó un poco para poder mirarla directamente a los
ojos, lo que resultó aún más íntimo que un beso. Era casi como si pudiera verle
el alma. Trató de contener el orgasmo que parecía estar a punto de producirse,
desesperada por mantener la gloriosa tensión que había entre ambos. Como si le
estuviera leyendo el pensamiento, Peter sonrió, y ella sintió que los músculos
se le tensaban. Era un desafio para ver cuál de los dos perdía el control en
primer lugar. Entonces, dio un empujón final y los dos perdieron juntos el
control, entregando sus cuerpos al placer.
Cuando La se despertó, eran casi las dos
de la mañana. Estaba tumbada sobre la cama de Peter, atrapada entre sus brazos.
Se sentía inundada por una maravillosa sensación de gozo que, en un abrir y cerrar
de ojos, convirtió en remordimiento. ¿Qué diablos había hecho?
Se había acostado con Peter Lanzani, no
una, sino dos veces.
El se movió suavemente en sueños. La
mano le rozó de nuevo los senos desnudos, lo que provocó que el deseo volviera
de inmediato. La sintió la tentación de volver a deslizar la mano entre las
sábanas y volver a empezar. Sin embargo, decidió no hacerlo. Si no llegaba
pronto a su casa, su tía empezaría a preocuparse. Por supuesto, podía llamarla
por teléfono, pero le pareció una mala idea. Además, si se quedaba, tendría que
enfrentarse a la horrible situación de <la mañana después. Era mejor dejarlo
como estaba.
Se deslizó de entre los brazos de Peter
y se levantó lentamente de la camna. Agarró sus ropas de puntillas, se dirigió
al salón. Allí, llamó a un taxi y se vistió tan rápidamente como pudo. Cuando
llegó a casa, se alegró de ver que su tía estaba profundamente dormida. Cuando
se metió en la cama, la cabeza le daba vueltas.
Se había pasado tanto tiempo odiando a Peter
Lanzani... ¿Cómo había podido cambiar todo tan rápidamente?
Después de dormir un rato, se levantó y
se dio una ducha. Entonces, se dirigió a su trabajo, ansiosa por recuperar la
normalidad del día a día. Eran las seis de la mañana, pero sabía que un largo y
duro día de trabajo era precisamente lo que necesitaba para devolverla a la
realidad.
Al llegar a su despacho, se quedó
completamente atónita. Allí, apoyado contra su escritorio, estaba Peter, como
si estuviera esperándola. Tenía el cabello revuelto e iba sin afeitar, con unos
vaqueros y un jersey de cuello alto. Sin embargo, a La le pareció que nunca
había estado tan guapo.
—Buenos días —dijo.
—¿Qué estás haciendo aquí tan temprano?
—He venido a buscarte. Tengo una reunión
y quería hablar contigo antes de que llegaran los demás.
—Mira, Peter —le dijo La, temiendo que
iba a empezar a presentar excusas por lo ocurrido la noche anterior—. No
hagamos una montaña de un grano de arena. Ha ocurrido. Olvidémonos de ello.
La vio que Peter dudaba. Aquello era lo
que él le iba a decir, ¿o no? Deseó no haberle interrumpido.
—¿Olvidarte de ello? Es eso lo que
quieres?
—Sí —afirmó ella, con tanta seguridad
como pudo—. Había pensado que podíamos ir hoy a echar un vistazo a Mara del
Ray. Creo que, con el vuelo, tardaríamos unas ocho horas.
—Creo que no va a ser posible.
—Peter, si te preocupa lo que ocurrió
anoche, no tienes por qué. Fue tan sólo una aventura de una noche. Nos lo
sacamos de dentro y ahora podemos seguir con nuestras vidas —comentó, tratando
de sonar tan despreocupada como deseaba sentirse.
—No se trata de eso.
—Creía que anoche ya habíamos limado
todas nuestras asperezas sobre lo de Antigua. Me djiste que estabas dispuesto a
ir a echar un vistazo al hotel de Florida, y tenemos que hacerlo hoy mismo. No
quiero arriesgarme a perder a los compradores del hotel de Antigua.
—Mira, La, tengo... otro compromiso hoy.
Se trata de algo personal. No puede ser hoy.
La sintió que el alma se le caía a los
pies. ¿Otro compromiso?
—¿Cómo se llama? —preguntó
tranquilamente.
—¿Que cómo se llama? Si te crees que
tengo irna cita con una mujer estás equivocada. Si ése fuera el caso, créeme
que lo cancelaría. Se trata de una obligación familiar.
La sintió un profundo alivio. Peter
sonrió y siguió hablando.
—Se casa mi hermana.
—¿Un miércoles?
—Sí. Quería casarse en Navidad, y era el
único día en el que podía disponer del salón en el que quería celebrar el
banquete. Se trata de... bueno, de algo de última hora. Tal vez deberías
acompañarme.
—¿Cómo dices? —preguntó ella. ¿Quería
presentarle a su familia?
—A mí me parece que tiene sentido. La
boda es en White Plains a las dos en punto. Hay un aeropuerto en Westchester.
Después, podemos marcharnos directamente a Florida. Deberíamos llegar antes de
que se ponga el sol.
—Me encantaría, pero... ¿A ti te parece
que es una buena idea? ¿Qué le va a parecer a tu hermana que lleves a una
colega del trabajo a su boda?
—Que no hubiera celebrado su boda en un
día laboral. Además, se pondrá muy contenta de que yo haya podido asistir.
La se vio rodeada de la familia de Peter.
Todos querían saber quién era ella y qué estaba haciendo con Peter.
—Se trata de lo más conveniente para el
trabajo —dijo él.
Lo hacía parecer tan sencillo... Como si
el hecho de que La conociera a su familia fuera el hecho más intranscendente
del mundo.
Me encantó salvo por esa actitud defensiva de ella!Q se relaje un poco!
ResponderEliminarLALITER k mal k el momnto lindo k vivierobn este empañado x sus miedos ojala pronto cambien x el bien de ambos.
ResponderEliminarME ENCANTOOOOOOOOOOOOOOO
NASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Uff q capitulo por Dios jajaja ash pense q se iban a "amigar"de una vez por todas pero ya q todavía hay tiempo te comento q el jueves y viernes no voy a estar en mi casa por lo cual tendre restringido internet pero cualquier cosa me dices por twitter y trato de comunicarme espero el sig cap pronto tendras recomendacion besos
ResponderEliminarLali se puso la coraza ,antes d escucharlo ,como protegiéndose d lo k el pueda llegar a decir.Buenísimo k el quiera k lo acompañe a la boda d su hermana.
ResponderEliminarMe encanto el cap!!! Masssss
ResponderEliminarWow!! Me encanto más!!!
ResponderEliminarEstoy en exam y no había podido leer esta súper genial esta nove me encanta quiero mas
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