domingo, 16 de diciembre de 2012

Final "La Esposa Del Jeque"


Capítulo 12

INSHALLAH, «si Dios quiere». Era la respuesta perfecta a una situación incómoda, pensó Lali. Soltó un suspiro de insatisfacción y atravesó la habitación para preparar la cama.En el cajón de la mesita de noche se apilaban los regalos que Evie había llevado de Behran. E ltest de embarazo la hacía temblar, de modo que se apartó para ponerse el pijama, se acostó y apagó la luz. El sueño no tardó en invadirla, después de un día tan largo.Cuando despertó, una hora después, no vio el cuerpo de Peter a su lado. Y entonces lo supo. No supo cómo, pero lo supo. Se levantó de un salto, se puso una bata y corrió hacia la puerta. El corazón le latía frenéticamente mientras bajaba las escaleras.Era el jeque. Ya fuera por instinto o premonición, sabía que algo malo había pasado.Corrió descalza por el pasillo y llegó a la puerta del jeque. Estaba abierta. Entró, y no vio a nadie. Entonces oyó un ruido que salía de la habitación contigua y el corazón le dio un vuelco.Allí habían instalado un equipo médico completo, destinado a cualquier emergencia, como la que en esos momentos Mariana presenciaba. No pudo ver al jeque, porque los médicos y las enfermeras se agrupaban a su alrededor. A quien si vio fue a Peter y también a Rafiq, los dos inmóviles como estatuas al pie de la cama.Sus rostros estaban tan blancos como los gutrahs que aún cubrían sus cabezas.Una frenética actividad llenaba la estancia. Podía oírse el angustioso sonido del monitor, que incrementaba el pulso a un ritmo escalofriante. Era una visión espantosa, como en una película de terror. Alguien sostenía una aguja hipodérmica... No, pensó Mariana. No podían hacerle eso. Aquella era la habitación del jeque Khalifa, donde tenía su diván, sus libros, sus cojines favoritos. Necesitaba rodearse de amor, de sus hijos, de música suave, no de aquellos horribles pitidos que le agotaban la vida.—¡Apagadlo! —exclamó—. ¡Apagadlo! No quiere oírlo...—Mariana —susurró Peter.Ella lo miró, y él a ella. La agonía podía palparse en el espacio que los separaba.—Diles que lo apaguen —le rogó.—El rostro de Peter pareció recobrar un poco de compostura, mientras que Rafiq ni siquiera parecía notar la presencia de Lali.Había que aceptarlo. A Lali se le hizo un nudo en la garganta, recorrió los metros que la separaban de la cama, y entonces vio a la figura fantasmal que allí yacía. No, no podían hacerle eso, pensó otra vez. Alargó un brazo para sujetarle la mano, y casi golpeó sin querer a una de las enfermeras.Estaba frío. Muy frío. Las lágrimas afluyeron dolorosamente a sus ojos.—Jeque... —balbució con voz temblorosa—. ¡No puedes hacerme esto!—Lali. ..Los dedos que sostenía en la mano intentaron moverse. Oh, Dios, él sabía lo que le estaba pasando...—¡Apagad ese ruido! ¡Apagadlo! —los dedos intentaron moverse de nuevo—. ¡No te atrevas a dejarnos ahora! —le dijo enérgicamente.—¡Lali! —la voz de Peter sonó con más fuerza. Estaba conmocionado, igual que todos.—Escúchame —exclamó ella, y se llevó la fría mano a la mejilla. Los dedos se movieron. La estaba escuchando. Podía oírla. Se acercó a más a él, derramando sus cabellos sobre la almohada—. Escúchame —repitió—. Voy a tener un hijo, jeque. Tu primer nieto. ¡Dime que me has oído!Los dedos se movieron, y ella rio entre sollozos y se los besó.

—¿Qué crees que estás haciendo? —le espetó Peter agarrándola por el hombro.Estaba furioso, pero ella no podía contestar. Todo había ocurrido como tenía que ocurrir.
 Inshallah.
—Puede oírme —dijo finalmente—. Entiende lo que le digo —le ofreció a Peter la mano de su padre—. Háblale —le rogó—. Háblale de nuestro hijo —las lagrimas caían por sus mejillas. Nunca había visto a Peter tan furioso—. Necesita oírtelo decir. Díselo, Peter. Por favor. ..Entonces los pitidos del monitor aumentaron frenéticamente de ritmo. Los médicos y enfermeras se abalanzaron sobre el jeque. Peter soltó la mano de su padre y apartó a Mariana.—Más vale que le hayas dicho la verdad, o nunca te lo perdonaré —la amenazó.Lali miró el monitor, luego a Rafiq, y entonces se soltó de Peter y corrió hacia su habitación.Cruzó los pasillos y las escaleras a toda velocidad, sin prestar atención a los criados que la miraban ansiosos. Entró en su dormitorio y abrió el cajón de la mesita de noche. Con manos temblorosas sacó el test de embarazo y rasgó el envoltorio de celofán. Desplegó el folleto de instrucciones e intentó leer a través de una cortina de lágrimas.Tenía razón. Seguro que tenía razón. Nunca en toda su vida se había sentido más segura.Cinco minutos más tarde volvía a bajar corriendo las escaleras.—¡Mira! —exclamó cuando entró de nuevo en la habitación del jeque—. ¡Mira! —tenía la voz rasgada por la agonía de las lágrimas y al mismo tiempo por la sensación de triunfo.— ¡Y ahora díselo! —le dijo a Peter mostrándole la tira de plástico—. ¡Por favor!—Lali. ..—le susurró él con tranquilidad.Entonces lo oyó. El silencio. El espantoso silencio vacío. Miró el monitor. La pantalla estaba negra.—No... —negó lentamente con la cabeza—. No... —y se desmayó en el suelo.Peter no podía creer lo que estaba pasando. Miró a su padre, a su esposa, al resto de caras que había en la habitación, y por un momento creyó que él también iba a desmayarse.—Cuidad de la esposa de mi hijo —dijo una voz débil, que pilló a todos por sorpresa—. Creo que se merece algo de atención.Antes de que Peter pudiera moverse, un grupo de médicos rodeó a Lali, mientras él se quedaba de pie, mirando el plástico que ella le había puesto en la mano.Estaba embarazada.—Valor —murmuró. Siempre había creído que Lali tenía valor—. ¿Y dónde estaba yo cuando ella necesitaba el mío?—Ven —dijo otra voz—. Siéntate —era Rafiq, ofreciéndole una silla. La habitación empezaba a parecer una zona de guerra.Peter rechazó la silla. Quería guardar algo de dignidad. Se acercó a Lali y se agachó para tomarla en brazos.—Pero, señor —dijo un médico—, tenemos que...—Dejad que lo haga él —ordenó el anciano jeque—. Él es todo lo que ella necesita, y él lo sabe.Peter la llevó hasta el diván de su padre, la acostó y se sentó a su lado. Parecía tan pálida y delicada que él no pudo pensar con claridad. Entonces hizo lo que ella había hecho con su padre,y le tomó la mano.—No te atrevas a dejarmos ahora, pequeña tirana, aunque creas que nos lo merecemos.—¿Nos? —murmuró ella.—Está bien, yo concedió él—. Por cierto, mi padre está vivo y está bien. Creo que es mejor decírtelo antes de que te desmayes de nuevo.—¿Está bien? —abrió de golpe los ojos.—No se sabe si por las drogas o por tus gritos, pero, un segundo después de que te fueras, abrió los ojos y me preguntó de qué estabas hablando.—Está bien... —un estremecimiento de alivio la recorrió, y volvió a cerrar los ojos. Peter la arropó con una manta—. ¿Dónde estoy? —preguntó al cabo de un momento.—En el diván de mi padre —le informó él—. Conmigo a tus pies, en todos los sentidos —ella abrió los ojos de nuevo y lo miró—. ¿Por qué lo hiciste?Ella frunció el ceño, pero enseguida suspiro e intentó sentarse. No pudo hacerlo, pues aún estaba mareada.—No quería que se fuera. Pero si tenía que irse, quería que lo hiciera sabiendo que tras él dejaba todo lo que siempre quiso dejar.—Entonces le mentiste —Lali puso una mueca ante aquella verdad—. Si hubiera sobrevivido y tú hubieras estado equivocada, ¿habría sido justo apartar a un hombre de su destino?—Estoy embarazada —dijo ella—. No me des sermones ahora.Él se echó a reír. ¿Qué otra cosa podía hacer?—Siento haberte gritado —le dijo muy serio.

—Estabas traumatizado, y no necesitabas los gritos de una histérica.

—Pero tenías razón. Él podía oírte.

—Lo sé.

—Toma —le dio la tira de plástico. Ella se quedó mirándola sin decir nada.

—Ahora no parece tan importante —murmuró al fin.

—¿La prueba o el bebé?—Las dos cosas, supongo. Peter suspiró, la tomó en sus brazos y se levantó.

—¿Qué vas a hacerme ahora? —le preguntó ella.

—Voy a llevarte a la cama, preferiblemente desnuda, para que pueda tenerte a ti y a nuestro hijo tan ceca de mí que nunca podáis separaros.

—Pero tu padre.. .

—Ya tiene a Rafiq —la interrumpió—. Y tú me tienes a mí. Al salir al pasillo vio todas las caras ansiosas, esperando las noticias.

—Mi padre se ha recuperado —anunció—. Y mi esposa está embarazada. Todos se pusieron de rodillas y le dieron las gracias a Alá por haber matado dos pájaros de un tiro. En breve los teléfonos empezarían a sonar, y por la noche no habría ni una sola persona en Rahman que no lo supiera.

—Podrías haberme dejado que se lo contara a mi propio padre —protestó Lali.

—Ya lo sabe, o al menos lo sospecha. Se lo dije cuando lo llamé para pedirle que viniera a la fiesta —respondió él mientras caminaba, con ella en brazos, entre dos filas de cuerpos postrados—.Rashid me avisó a instancias de Evie. Y si te cuento esto es porque quiero liberarme del sentimiento de culpa antes de llegar a la cama.

—¿Quieres decir que Evie sabía que tú lo sospechabas cuando la llamé ayer, y que no me dijo nada?

—Estos al-Kadah son bastante astutos. ¿De dónde crees que he sacado mi cautela?

—¿Y tu arrogancia?

—De la familia al-Qadim Lanzani —respondió él—. Y debo advertirte que nuestro hijo también será arrogante. Más que yo, puesto que también heredará tus genes.

—Tal vez por eso te quiero.

—Y tal vez por eso te quiero yo a ti.

Ella le sonrió y se aupó lo suficiente para besarlo en los labios. Y siguieron caminando hacia el dormitorio sin dejar de besarse, a la vista de cincuenta criados.

¿Por qué no permitirles mirar?, pensó el jeque Peter. Lali era su mujer, su esposa y la madre de su futuro hijo. La besaría donde fuera y cuando fuera.


FIN
***

Hola!! gracias a todas por acompañarme en esta nove!! yo la ame♥ perdon por no subir ayer pasa q andaba muy mal,ahora les hago una pregunta!! a esta nove le sigue otra,no la e leido pero como es de esta autora debe ser genial,ella escribio varias de las que e subido,quieren q la suba? es la historia de Ethan Rayes pero obvio yo la haria laliter jaja diganme y la subiria mas adelante va!! mañana dejo la intro de la nueva nove!! asi q besos a todas!! q pasen bien el dia♥
 

11 comentarios:

  1. Excelente final!Me gustó mucho!

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  2. AAHHHH no pudo haber final mas perfecto para esta novela la q la escribo es una genia jajajaja por poco y pienso q el viejito no aguanta pero ay q amor no me muero si no fuera pq los jeques no son tan guapos como lanzani ya te digo voy por uno jajajjajaj y tu sabes q yo siempre voy a estar leyendo cuando quieras publica
    bye besos tk (espero q el remedio te haya funcionado)

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  3. Hola soy una nueva lectora :)
    Me encanto eta nove :))
    Espero la proxima :)
    Besos

    PD: Si quieres puedes pasarte por mi blog que pronto voy a subir una adaptacion Laliter :))
    http://laliteritaly.blogspot.it/

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    1. La que tu has subido es parecida a esta trata sobre la cultura arabe y un jeque, espero que no sea la misma que va a subir angie aqu[i en el blog, si es asi las firmare a las dos no me queda de otra jaja :)
      Masi_ruth

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  4. me encantó esta nove!!!!! fue muy linda :D gracias por compartirla y de la otra te digo, subela ajajajaj

    Besos y espero la próxima, Angie!

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  5. Me encant[o la Nove, Gracias por compartirla y si sube la otra
    @Masi_ruth

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  6. ME ENCANTO!! FUE RE LINDA! SUBI LA OTRA.. TE ESPERAMOS!

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  7. AME AME AME AME AME AME AME AME AME AME AME AME AME AME AME AME AME AME LAAAAAA NOVELAAAAAAAAAAAAAAAAA ♥♥♥♥♥♥ !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

    ME ENCANTOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!

    Me hubiera gustado un epilogo pero aun asi es perfecta, me encantooooooooooooooooooooooooooooo!!

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