lunes, 6 de mayo de 2013

capitulo 18


CAPITULO 18

Recordaban algo, alguna pesadilla vivida por ambos de la que Mariana no sabía nada.


German tomó a Mili de la mano.
–Amor, éste es mi amigo Juan Pedro de Tracia. Peter, ésta es mi esposa.
Juan Pedro se puso en pie con la misma agilidad que una pantera negra, sosteniendo a Vanessa con mucho cuidado en sus brazos.
–Es un honor conocerte, Mili.
–Gracias –le contestó ella–. Lo mismo digo. German ha hablado tanto de ti que es como si ya te conociera.
Juan Pedro miró a German con los ojos entrecerrados.
–Teniendo en cuenta lo mucho que siempre ha censurado mi comportamiento, tiemblo al pensar lo que ha podido contarte.
Mili se rió.
–Nada malo. ¿Es cierto que en una ocasión incitaste a toda una casa de putas a
que…?
–¡German! –masculló Juan Pedro–. No puedo creer que le contaras eso.
Sin inmutarse siquiera, German se encogió de hombros e ignoró la irritación de su amigo.
–Siempre has sabido sacar a relucir tu ingenio bajo presión.
Mili jadeó y se llevó la mano hacia el voluminoso vientre. Su marido se acercó a ella y la agarró del brazo, observándola con preocupación.
Respirando entrecortadamente, Mili se frotó el vientre y los miró con una débil sonrisa.
–Lo siento. El bebé da patadas como una mula.
Juan Pedro miró el vientre de Mili y una extraña luz iluminó sus ojos. Por un instante, Mariana hubiese jurado que los había visto brillar.
–Es otro niño –les dijo en voz baja y distante.
–¿Cómo lo sabes? –le preguntó Mili, sorprendida, mientras continuaba frotándose arriba y abajo–. Sólo lo sé desde ayer mismo.
–Puede percibir el alma del bebé –le dijo German suavemente–. Es uno de los poderes protectores de un Cazador Oscuro.
Juan Pedro miró a su amigo.
–Éste va a tener un carácter fuerte. Generoso y tierno, pero muy imprudente.
–Me recuerda a alguien que conocí en una ocasión –comentó German.
Esas palabras parecieron torturar a Juan Pedro.
–Venga –dijo German, tomando a Vanessa de los brazos de Juan Pedro y poniéndola en el suelo, sin hacer caso a sus lloriqueos de protesta–. Necesito que me acompañes arriba para curarte esa herida.
Mariana se quedó en el pasillo, sin saber qué hacer. Un millón de preguntas bullían en su interior en busca de respuestas y, si no hubiese sido por la herida de Thiago, estaría de camino al piso superior para formularlas todas. Pero German tenía razón. Esa herida tenía un aspecto muy feo y necesitaba ser atendida. Tras echar una mirada pensativa a las escaleras, se dio la vuelta para hablar con Mili.
–Pareces asombrosamente tranquila, a pesar del caos que se ha formado aquí. Dioses desvaneciéndose, gente que llega cubierta de sangre y a la que lanzan un rayo en tu recibidor… Cualquiera pensaría que a estas alturas deberías estar de los nervios, sobre todo, teniendo en cuenta tu estado.
Mili rió mientras conducía a una llorosa Vanessa de vuelta a la salita de estar.
–Bueno, durante los últimos años casi me he acostumbrado a ver a dioses apareciendo y desapareciendo de repente. Y a otras cosas en las que no quiero ni pensar. Estar casada con German es, sin duda, un buen modo de aprender a mantener la calma.
Mariana se rió sin mucho entusiasmo y volvió a mirar hacia la escalera, preguntándose de nuevo acerca de su enigmático Cazador Oscuro.
–Thiago, o Juan Pedro, ¿es también un dios?
–No lo sé. Por lo que German me ha contado, siempre he creído que era un hombre; pero estoy tan a oscuras como tú.
Mientras Mili tomaba asiento, Mariana escuchó a los hombres hablar a través del transmisor colocado en la habitación de los bebés.
Mili extendió el brazo para apagar el receptor.
–Por favor, espera.
Mariana se sentó y jugueteó con Niklos mientras escuchaba la conversación que se desarrollaba en el piso superior.
–Joder, Peter –le dijo German tan pronto como éste le dio su camisa–. Tienes más cicatrices que mi padre.
Juan Pedro dejó escapar el aire lentamente mientras rozaba la quemadura que el rayo de Afrodita le había causado en el hombro.
Se encontraban en la habitación de los gemelos, al fondo del pasillo. Peter entornó los ojos, molesto por el brillo de la luz sobre el papel que cubría las paredes –amarillo y con ositos– y sacó las gafas de sol. German debió recordar parte de la antigua mitología griega, porque apagó la luz y encendió una lamparita pequeña que inundó la habitación con un suave resplandor.
Debilitado por el dolor, Juan Pedro notó que su reflejo en el espejo apenas si era perceptible. La capacidad de no reflejarse en los espejos era una de las medidas de protección de las que gozaba un Cazador Oscuro. Para conseguir verse en uno de ellos, tenían que proyectar una imagen mental, algo que resultaba muy duro estando herido o excesivamente cansado.
Peter se apartó un poco del armario pintado de blanco y se encontró con la interrogante mirada de German.
–Dos mil años de lucha suelen dejar huella en el cuerpo.
–Siempre tuviste más pelotas que cerebro.
Un espeluznante escalofrío recorrió la espalda de Juan Pedro al escuchar esas palabras tan familiares. Era imposible recordar las innumerables ocasiones en las que German las había pronunciado en griego antiguo.
Cómo había echado de menos a su amigo y mentor a lo largo de los siglos… German había sido el único al que había prestado atención. Y uno de los pocos hombres a los que había respetado de verdad. Se frotó el brazo y continuó hablando.
–Lo sé. Pero lo gracioso es que siempre escucho tu voz en mi mente pidiéndome que tenga paciencia. –Hablando con una voz más ronca, imitó el acento espartano de German–: «Maldición Peter, ¿es que no puedes pensar nunca antes de actuar?»
German no respondió.
Peter sabía lo que pasaba por la mente de su amigo. Los mismos recuerdos agridulces que le perseguían a él cada noche cuando se relajaba el tiempo suficiente como para dejar que el pasado regresara. Imágenes de un mundo desaparecido hacía mucho tiempo; de gente y de familia que no eran más que sombras difusas y sentimientos perdidos.
El suyo había sido un mundo muy especial, pero su elegancia primitiva aún caldeaba sus corazones. Peter todavía podía oler el aceite de las lámparas que iluminaban su hogar y sentir la brisa fresca y fragante del Mediterráneo que perfumaba su villa.
En una extraña contradicción con los pensamientos de Juan Pedro, German abrió el pequeño botiquín y buscó un moderno paquete de hielo. Cuando lo encontró, quitó el cierre para liberar el gel y lo sostuvo sobre el hombro de Peter. Éste siseó al sentir el frío sobre la herida.
–Siento mucho lo de la descarga astral –se disculpó German–. Si lo hubiese sabido…
–No tienes la culpa de nada. No había modo de que supieras que había entregado mi alma. No es precisamente el modo de comenzar una conversación. «Hola, soy Peter. No tengo alma. ¿Qué tal estás?»
–No tiene gracia.
–Claro que sí, lo que pasa es que nunca has entendido mi sentido del humor.
–Lo que pasa es que siempre salía a relucir cuando estábamos a un paso de la muerte.
Peter se encogió de hombros y deseó no haberlo hecho cuando el dolor le recorrió el brazo.
–¿Qué puedo decir? Vivo para fastidiar al viejo Apollyon. –Cogió el paquete de las manos de German y retrocedió un paso–. ¿Qué te ocurrió German? Me dijeron que Escipión te capturó junto a tu familia y que os asesinó.
German soltó un bufido.
–¿Y tú lo creíste? Fue Aro quien mató a mi familia. Cuando los encontré muertos me dejé llevar por un «momento Peter» y fui tras él.
Peter alzó una ceja. Que él supiera, German nunca había cedido a un impulso en toda su vida. El tipo era la calma y la reflexión personificadas, sin importar el caos que hubiera a su alrededor. Y eso había sido una de las cosas que más apreciara de su amigo.
–¿hiciste algo impulsivo?


HOLA YO OTRA VEZ....andaba medio aburrida terminando un trabajo de la U y quise subirles cap...An esta muy ocupada y a ella le dan el doble de trabajos que a mi asi que yo publico hoy. GRACIAS ENORMES A LAS QUE NOS RECOMIENDAN Y PLIS A LAS QUE NO LO HAN HECHO POR FAVOR NECESITAMOS PUBLICIDAD (porque me da para postear aquí pero no en mi blog CARADURA) Bue quiero saber un poco mas de ustedes asi que si son amables de junto con su coment dejar de donde son y cuantos años tienen seria la maravilla, Bue me voy a terminar mis trabajos espero que les guste el cap si hay 15 firmas subo otro 

9 comentarios:

  1. TODOS CAMBIAMOS EN ALGUN MOMENTO no se cual es mi obsecion con escribir en mayuscula jajajajjaja jum estos dos tienen mas secretos q el libro de los 7 guardianes jajajajaj y mas pasado que el reloj ¿NO? bue me voy

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  2. mas mucho mas yo hago los 15 altiro

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  3. mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas

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  4. me encanto!!! que buenos amigos

    novelas laliters: http://morithalaliter.blogspot.mx/

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  5. hay q capitulonnnnn!!!
    lali ni chusma era jajaja
    yo soy de santa fe, argentina y tengo 22 años
    amo leer noves
    espero el proximo cap
    beso @ari_Stafe

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  6. Muchos misterios los d German t Peter.Lali no pudo resistirse a escuchar.Cartagena España.Edad 48.

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