CAPITULO 19
–Sí.
Y lo pagué muy caro –dijo, cruzando los brazos sobre el pecho y mirando a Peter
a los ojos–.Aro me maldijo y me encerró en un pergamino. Pasé dos mil años como
esclavo sexual antes de que mi esposa me liberara.
Peter
soltó un silbido de incredulidad. Había oído hablar de tales maldiciones. El
sufrimiento era agónico, y su orgulloso amigo debía haberlo pasado realmente
mal. German nunca había permitido que nadie dirigiese su camino. Ni siquiera
los dioses.
–Y
tú me llamas loco a mí… –dijo Peter–. Yo me limité a provocar el odio de los
romanos. Tú fuiste tras el panteón griego al completo.
German
le pasó un tubo de crema para las quemaduras. Cuando habló, su voz sonó ronca.
–Me
estaba preguntado… cuando me marché, ¿qué sucedió con…?
Peter
lo miró a los ojos y vio la agonía reflejada en ellos. Descubrió que para su
amigo era demasiado doloroso el hecho de mencionar lo sucedido. Él todavía
sentía el dolor al recordar las muertes de los hijos de German. De cabellos
rubios y mejillas sonrosadas, habían sido dos niños preciosos y vivaces;
resultaba imposible hacerles justicia con simples palabras. Su simple presencia
hacía que el corazón de Juan Pedro se encogiera de envidia.
¡Por
los dioses! Cómo había deseado poder tener su propia familia, sus propios
hijos. Cada vez que visitaba el hogar de German, anhelaba poder vivir una
existencia como la de su amigo. Era lo único que había querido siempre. Un
hogar acogedor, unos hijos a los que amar y una esposa que lo quisiera. Cosas
sencillas, en realidad, pero que siempre habían resultado imposibles para él.
Y
ahora, como Cazador Oscuro, esos deseos no eran más que sueños irrealizables.
Peter
no podía ni imaginarse el horror que German debía sentir cada vez que recordara
a sus hijos. Dudaba mucho de que cualquier otro hombre pudiera amar a unos
niños tanto como su amigo. Recordaba el día en que Atolycus, con cinco años,
había cambiado la cola de caballo del yelmo de German por unas plumas, como
regalo para su padre antes de cabalgar a la batalla. German había sido uno de
los generales más temidos de todo el ejército macedonio, pero por no herir los
sentimientos de su hijo, había llevado su regalo con orgullo delante de todos
sus hombres.
Nadie
se atrevió a reírse. Ni siquiera Peter.
Se
aclaró la garganta y desvió la mirada de la de su amigo.
–Enterré
a Calista y a Atolycus en el huerto desde el que se veía el mar, donde solían
jugar. La familia de Penélope se hizo cargo de su cuerpo, y envié el cadáver de
Jasón a casa de su padre.
–Gracias.
Peter
asintió con la cabeza.
–Era
lo menos que podía hacer. Eras un hermano para mí.
German
se rió con tristeza.
–Supongo
que eso explica por qué tenías esa fijación por hacerme la vida imposible.
–Alguien
tenía que hacerlo. Con veintitrés años eras demasiado duro y serio.
–No
como tú.
Peter
apenas recordaba al hombre que una vez fue y del que German estaba hablando.
Despreocupado y siempre listo para la batalla. De sangre caliente y con cabeza
de chorlito. Era un milagro que German no lo hubiese matado. La paciencia de
ese hombre no tenía límites.
–Mis
gloriosos días de desperdiciada juventud –dijo Peter con melancolía.
Mirándose
el hombro, comenzó a extender la crema sobre la quemadura. Dolía, pero ya
estaba acostumbrado al dolor físico. Y se había enfrentado a sufrimientos mucho
peores que ese minúsculo dolor.
German
arqueó una ceja y lo miró de forma inquisitiva.
–Los
romanos te capturaron por mi culpa, ¿no es cierto?
Peter
se detuvo al ver el remordimiento en los ojos de su amigo. Después, siguió
extendiéndose la crema.
–Siempre
fuiste muy duro contigo mismo, German. No fue por tu culpa. Tras tu
desaparición continué con la sangrienta cruzada contra sus ejércitos. Me forjé
mi propio destino en ese aspecto, y tú no tuviste nada que ver.
–Pero
si hubiese estado allí, podría haber evitado que te cogieran.
Peter
resopló.
–Eras
muy bueno sacándome de los problemas, no hay duda. Pero ni quisiera tú podrías
haberme salvado de mí mismo. Si hubieses estado allí, los romanos habrían
tenido a otro general macedonio al que crucificar. Créeme, estabas mucho mejor
en ese pergamino que enfrentándote al destino que Escipión y Felix tenían en
mente para nosotros.
A
pesar de sus palabras, Peter aún veía la culpa reflejada en el rostro de su
amigo, y quería librarlo de ella.
–¿Qué
sucedió? –preguntó German–. Según los historiadores Felix te capturó en plena
batalla. Pero no puedo creerlo. No luchando como luchabas.
–Y
la historia dice que tú fuiste asesinado por los hombres de Escipión. Los
ganadores escriben su versión de los hechos.
Por
primera vez desde hacía siglos, Juan Pedro dejó que los recuerdos lo
transportaran de vuelta a aquel aciago día del pasado. Apretó los dientes
cuando una oleada de angustia y rabia lo invadió al recordar vívidamente por
qué había encerrado esos recuerdos en el fondo de su mente.
–Ya
sabes que las Parcas son unas putas traicioneras. No fui capturado por
Valerius; me tendieron una trampa y me ofrecieron a él como un regalo.
German
frunció el ceño.
–¿Cómo?
–Mi
pequeña Clytemnestra. Mientras tú y yo luchábamos contra los romanos, mi esposa
los recibía en su lecho, en nuestra casa.
El
rostro de German perdió el color.
–No
puedo creer que Tanya hiciese algo así, después de todo lo que sacrificaste por
ella.
–Toda
buena acción tiene un precio.
German
miró a Peter con el ceño nuevamente fruncido ante la amargura de sus palabras.
Éste no era el mismo hombre que había conocido en Macedonia. Juan Pedro de
Tracia siempre había estado lleno de alegría, generosidad y ternura. El hombre
que se alzaba ante él carecía de entusiasmo. Se mantenía en guardia. Era muy
suspicaz y su comportamiento rayaba en la frialdad.
–¿Te
convertiste en un Cazador Oscuro a causa de la traición de tu esposa? –le
preguntó German.
Holaaaaa,volvi le agradesco a Mar q me ayudo a subir,gracias amiga!,bue chicas no llegaron a las firmas pero igual subo,les sigue gustando la nove?? porq si no la cambiamos,se q muchas siempre estan pero ya no es como antes y si seguimos asi no creo q se pueda sostener el blog,les pido q porfa nos recomienden plis ayudenme,se q no e subido muy seguido pero es por tres cosas el cole no me deja,me anda mal el internet y encima las firmas bajan mucho :( prometo q si me ayudan con eso,yo subo mas rapido si? pronto se viene lo mejor en la nove.
Vieron el fondo? lo hizo Irene,le quedo hermoso!
Buenooo gracias a todas,las quiero!
Y ya q les preguntamos de donde eran y eso,gracias a las q respondieron me gusta saber mas de ustedes,como muchas saben yo soy de San Jose,Costa Rica y tengo 16 años.
Besos
@Angie_232alma
Me encanta!! Más!
ResponderEliminarTodas andan con examenes.E internet nos falla a todas,en algun momento.A mi me gusta.En estos caps sabemos mas d Peter y d German
ResponderEliminarAMIGA YA SABES Q PARA LO Q SEA ESTOY jajajaja perdon que a veces me cuelgo y me pasa siempre jajajja esperar a ver si funciona una genia la amiguchis con el fondo esta genial
ResponderEliminarEl fondo me re gusta y la nove tambien..lo que pasa es que con todo eso de los examenes, del estudio y el colegio se complica leer, subir, comentar y toda la rutina!Espero mas nove, beso!Giu
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