miércoles, 29 de mayo de 2013

Capitulo 42 y 43


Foto Laliter del evento de ayer! =)
CAPITULO 42
La risa de Peter reverberó por su garganta.
–No, amor. Voy a devorarte.


Girando hasta quedar de espaldas sobre el colchón, lo miró a los ojos y descubrió que el verde era aún más intenso que antes. Un verde claro y devastador. Alzó la mano y le acarició la mejilla derecha con un dedo.
–¿Por qué han cambiado de color?
–Al perder mis poderes de Cazador Oscuro, mis ojos volvieron a ser humanos.
Lo miró con el ceño fruncido e intentó recordar el color de sus ojos durante el sueño.
–¿Éste era su color antes de que perdieras el alma?
Él asintió y bajó la cabeza para darle un lametón en el hueco de la garganta.
–Se supone que no deberías estar haciendo esto –lo reprendió, pasándole la mano por la espalda–. Paul dijo que tenías que descansar.
–Estoy descansando.
Lali contuvo el aliento, sobresaltada al sentir que Peter separaba los tiernos pliegues de su sexo y la acariciaba con los dedos, largos y fuertes.
–No estás descansando. Estás jugando.
La buscó con la mirada.
Quiero jugar contigo.
–¿Y si te debilitas más?
–No veo cómo.
–Pero, ¿y si…?
La hizo callar con un beso tórrido y abrasador y, al instante, los pensamientos de Lali perdieron toda cordura.
Peter le mordisqueó los labios y tironeó de ellos con suavidad mientras sus ojos verdes buceaban en el cuerpo de Lali, tratando de llegar a su corazón.
–Ya no puedo sentir lo que hay en tu interior, Lali. Dime que no me deseas y te dejaré ir.
–Te deseo Peter. Ni te imaginas cuánto.
Él le sonrió y se hundió en ella, que gimió al sentir cómo la llenaba por completo.
Para Peter, todo comenzó a dar vueltas, allí, inmerso en la calidez del cuerpo de Lali. ¿Cómo era posible que fuese aún mejor que horas antes? La miró fijamente y le encantó ver sus ojos nublados por el deseo y las mejillas cubiertas por el rubor. Era realmente hermosa.
Lo asaltó una oleada de posesividad; un sentimiento intenso que había olvidado hacía siglos. No acababa de entender de dónde había salido, pero le estaba retorciendo las entrañas. Y, en comparación, dejaba a la altura del betún lo que una vez sintiera por Tanya. No lo comprendía y, si era sincero consigo mismo, no se atrevía a profundizar en las razones. Saber con exactitud cuáles eran sus sentimientos sólo le haría más daño.
Lali entrelazó las piernas con las de Peter mientras saboreaba cada una de sus profundas y delirantes embestidas. Ni en sus sueños más atrevidos se había imaginado que hacer el amor pudiese ser algo así. Jamás había soñado con experimentar un placer tan intenso.
Gritó cuando alcanzó el orgasmo.
Peter cubrió sus labios con los suyos y con tres poderosos envites se unió a ella.
La miró, con la respiración agitada.
–Creo que soy un adicto a tu cuerpo.
Ella sonrió y el corazón de Peter dio un respingo.
–¡Oye, Peter!
Sin apenas tiempo para alzar las sábanas y cubrirse, la puerta de la habitación se abrió de par en par y un hombre alto y apuesto, de no más de veinticinco años, entró en la estancia. Lali se quedó helada al encontrarse con la atónita mirada azul-verdosa de Seth. Llevaba el pelo, de color castaño oscuro, recogido en una coleta y, cuando sonreía, aparecían un par de hoyuelos en sus mejillas.
–Joder, ¿no me digas que te he pillado en la cama?
–Seth –rugió Peter–. Sal de aquí.
–Vale, pero las noticias que tengo sobre Cayo te van a encantar. ¿Por qué no te pones algo de ropa y te reúnes conmigo en el despacho dentro de unos minutos? –Con actitud desvergonzada, los miró de arriba abajo sin ocultar lo divertida que le resultaba la escena, y salió rápidamente de la habitación.
–Recuérdame luego que es urgente que lo mate.
Lali se rió hasta que se encontró con sus ojos.
–Pareces muy distinto con los ojos verdes –susurró mientras le colocaba la mano sobre la mejilla, áspera por la barba.
Como respuesta, Peter volvió a capturar sus labios para entregarse a otro tórrido beso. Su lengua la atormentaba con burlonas caricias, pero de forma tan posesiva que la dejaba débil y casi sin aliento.
–¿Qué es lo que tienes que me resulta imposible resistirme a ti?
–¿Mi encantadora personalidad? –bromeó ella.
Riéndose, Peter depositó un ligero beso sobre su nariz. Lali lo observó mientras salía de la cama y se dio un festín con esa espalda desnuda mientras atravesaba la habitación, camino del cuarto de baño.
Se acurrucó en la cama y escuchó cómo caía el agua de la ducha. No dejaba de recordar lo bien que se había sentido entre los brazos de Peter. Le había dejado su olor impregnado en el cuerpo y la sensación era fascinante, como si ella le perteneciera por completo… aunque sabía que eso jamás podría suceder.
Él era un Cazador Oscuro y ella era una simple contable. Jamás habían nacido dos personas más dispares. Pero su corazón se negaba a escuchar. Una parte de ella lo deseaba a un nivel que no había conocido hasta entonces.
Y, en el fondo de su mente, no podía evitar pensar en lo maravilloso que sería poder liberarlo del juramento que lo había convertido en Cazador Oscuro
CAPITULO 43
Peter atravesó el pasillo, abrió la puerta de su despacho y se encontró a Seth sentado tras el antiguo escritorio de caoba, de espaldas a la puerta. El sillón reclinable de cuero negro crujió cuando se movió su Escudero, cuyos dedos volaban sobre el teclado del ordenador.
Era una imagen cotidiana.
Seth era un dios en Internet, lo que en terminología hacker significaba que podía entrar en cualquier sitio, sin importar lo seguro que fuese el servidor. Gracias a sus habilidades, Seth, junto a Chris Eriksson y Daphne Addams habían sido encargados del diseño y mantenimiento la web de los Cazadores Oscuros, lugar utilizado por los Cazadores y por los Escuderos para guardar todos sus archivos y comunicarse unos con otros.
Era bueno saber que a Seth le servía la Universidad para algo más que para conocer a mujeres de moral cuestionable.
–Dime, ¿por qué has entrado a mi habitación sin permiso?
Seth lo miró de soslayo con una sonrisa maliciosa.
–Tío, te habías quedado dormido. Era tarde.
–¡Vamos, hombre!
Con un bufido, Seth volvió a prestar atención al ordenador, ya que acababa de recibir un mensaje.
–Eres el único hombre que conozco que puede tener un humor tan desagradable diez minutos después de haber echado un polvo con una mujer tan estupenda. Joder, ¿no sabes que el sexo sirve para que te sientas mejor?
Peter puso los ojos en blanco ante los comentarios de su insolente Escudero; las normas e instrucciones le resbalaban y jamás había logrado intimidarlo. Ni siquiera la noche que le confesó qué tipo de criatura era en realidad.
–Seth… –lo increpó a modo de advertencia.
El Escudero abrió el correo.
–Vale, vale. Aquí está el mensaje de los Oráculos:
«De apolita y Daimon nacido será el que os mantenga en vilo. Sangre de dioses corre por sus venas y la ira es su mejor compañera. Si queréis a este ser controlar, un Cazador Oscuro con alma debéis encontrar.»
Peter frunció el ceño al escuchar el acertijo; la típica basura de los Oráculos. Por los dioses, cómo los odiaba. ¿Es que no podían, por una sola vez, decir lo que tuvieran que decir hablando en cristiano? Claro que no. No quisiera Zeus que los Oráculos los ayudaran de verdad a proteger a los humanos…
–¿Qué coño significa eso? –le preguntó a Seth.
Su Escudero giró el sillón para quedar de frente.
–Según Alec, lo que quiere decir es que sólo un Cazador Oscuro con alma puede acabar con Cayo. Por eso ninguno de vosotros ha logrado matarlo antes. Es una simple profecía, ya sabes cómo funciona esto.
–No existe ningún Cazador Oscuro con alma. Al menos, no con el alma en el cuerpo.
–Entonces, de acuerdo con los Oráculos y con Alec, Cayo es invencible.
Peter dejó escapar un profundo suspiro.
–Eso no es lo que quería oír esta mañana.
–Sí; lo único que tengo que decir es que me alegro de no estar en tu pellejo. –Seth frunció el ceño–. Tienes los ojos verdes. ¿Qué te ha pasado?
–Nada.
Seth ladeó la cabeza y lo miró con suspicacia.
–Algo sucede –dijo antes de coger el móvil–. ¿Tengo que llamar otra vez a Alec?
Peter le quitó el teléfono de las manos y lo miró con una furia asesina.
–No metas a Alec en esto. Puedo arreglármelas solo.
–Más te vale. Eres un coñazo, pero no me gustaría nada tener que empezar a trabajar para otro Cazador Oscuro.
Peter soltó un bufido.
–¿Y eso qué significa? ¿Es una declaración de amor?
–No, de lealtad. No quiero verte caer como le sucedió a Streigar.
La idea hizo que Peter dejara las bromas a un lado. Streigar había sido un implacable Cazador Oscuro al que atraparon unos humanos, fanáticos de la caza de vampiros, que lo expusieron a la luz del sol. Su muerte había sobrecogido a Cazadores Oscuros y a Escuderos por igual.
–No te preocupes –le dijo a Seth para tranquilizarlo–, no voy a acabar dándole los buenos días al sol. Sé cómo arreglármelas.
–¿Qué te apuestas a que ésas fueron las mismas palabras de Streigar?
Peter dejó escapar un gruñido.
–¿No tienes clase hoy?
Seth soltó una carcajada.
–Tío, soy un Cajun de los pantanos, no necesito ir a clase, cher. –Se aclaró la garganta y dejó de utilizar el acento cajun–. Y no, hoy hay que hacer la matrícula. Tengo que pensar las asignaturas que voy a coger el próximo semestre.
–Genial, pero necesito que hagas unas cuantas cosas.
–¿Y qué tiene eso de nuevo?
Sarcasmo, tu nombre es Seth Gautier.
–Quiero que lleves de compras a Lali; necesita ropa. Los Daimons quemaron su casa y no tiene nada, excepto lo puesto.
Seth alzó una ceja.
–En ese caso, sus pertenencias son escasas porque me ha parecido que puesto, puesto… llevaba más bien poco.
Peter miró a su Escudero con los ojos entrecerrados.
–No te pongas histérico –dijo Seth, alzando las manos en señal de fingida rendición–. Ya sé que es tuya y jamás se me ocurría invadir tu terreno, pero tío, tampoco soy ciego.
–Un día de éstos… te convertiré en aperitivos para caimanes…
–Ya, ya. La amenaza tendría más peso si no supiera lo mucho que te gusta darme órdenes. Si no pudieses mangonearme a cualquier hora de la noche, te volverías loco.
No podía negarlo. Las noches se hacían especialmente tediosas y largas cuando no había Daimons que perseguir, y fastidiar a Seth a las tres de la mañana hacía que fuesen algo más entretenidas.
El Escudero sacó su Palm Pilot y comenzó a tomar notas.
–Vale. Misión secreta: llevar a la chica de compras. –Cuando acabó de escribir alzó la cabeza y miró a Peter–. Por cierto, quiero un plus de peligrosidad este mes. Odio los centros comerciales.
Peter se rió.
–No hay más que mirarte para darse cuenta.
Seth fingió que el comentario le había dolido y lo miró simuladamente ofendido.
–Perdóneme, señor Armani. Es que me gusta la moda grunge.
–Lo siento, siempre se me olvida que ahora está de moda vestirse como si acabases de salir de debajo de un contenedor de basura.
Seth continuó haciéndose el ofendido y le contestó con un fingido tartamudeo.
–¿Por qué no te vuelves a la cama de una puñetera vez y utilizas todo ese encanto con tu mujer? Porque si sigues fastidiándome voy a acabar clavándote una estaca… –y en voz muy baja añadió–…mientras duermes.
Peter cruzó los brazos delante del pecho.
–Vale, te daré una paga extra, pero no te pases con Lali. Los comentarios sarcásticos los reduces al mínimo.
–Sí, ¡oh gran Amo y Señor! –dijo al tiempo que añadía otra nota–: Ser agradable con la chica; mantener la boca cerrada. –Y volvió a mirarlo–. Por cierto, ¿algún límite de dinero para las compras?
–No. Todo lo que ella quiera gastar.
–Visitar tiendas pijas y Lord and Taylor. Muy bien, ¿algo más?
–Tráela de vuelta antes de que oscurezca o voy a usar tu pellejo cajun para dar de comer a los caimanes de Paul.
El miedo chispeó en los ojos de Seth. El muchacho odiaba a los caimanes, aunque Peter no sabía por qué.
–Vale, eso sí me ha asustado.
–También quiero que vayas a casa de Paul y recojas un srad. Cayo no se imagina la sorpresa que vamos a darle.
Seth tembló ante la mención de las dagas circulares de Paul. Eran armas muy antiguas y, a su lado, un Ginsu parecía un simple cuchillo para untar mantequilla.
–¿Sabes cómo usar esas cosas?
–Sí –le contestó Peter, respirando hondo–. Necesito dormir. Seth, lo más importante es que cuides de Lali.
Seth apagó la Palm Pilot y la colocó en la funda del cinturón.
–Te gusta, ¿verdad?
Peter no contestó; no se atrevía. Ninguno de los dos necesitaba saber la respuesta. Dándole la espalda a su Escudero, salió del despacho y se dirigió al dormitorio.
Tras darse una ducha rápida, Lali regresó en silencio a la habitación para vestirse, mientras Peter dormía en la enorme cama con dosel. El lugar estaba completamente a oscuras, la única luz provenía del baño. Resultaba imposible saber si era de día o de noche, aunque Peter siempre parecía saber el momento exacto en que salía el sol.
Se acercó a la cama para observarlo; la sábana le tapaba hasta la cintura, ocultando su desnudez. Ufffff, ese hombre tenía un cuerpo… Podría pasarse todo el día mirándolo, sin cansarse de observar esa piel bronceada y exquisita que ansiaba explorar con los labios y las manos. ¿Qué había en él que le resultaba tan adictivo?
Estaba deseando volver a besar esos labios exuberantes y enterrar las manos en ese pelo rubio, pero no quería perturbar su sueño. Peter necesitaba recuperar fuerzas.
Salió de puntillas de la habitación y bajó las escaleras, camino de la cocina.
La luz del día se reflejaba sobre las superficies de mármol blanco, dando a la estancia un aspecto alegre y luminoso. Carmen estaba friendo beicon y Seth ojeaba unos folletos informativos de la universidad, sentado en un taburete.
De cuerpo esbelto y muy apuesto, el muchacho no aparentaba tener más de veinticuatro años. No le vendría nada mal un corte de pelo, pero había que reconocer que la melena a la altura de los hombros le sentaba muy bien a ese rostro de rasgos cincelados. Llevaba una sudadera ancha que había visto mejores días y unos vaqueros desgastados con un agujero en la rodilla.
–Oye, Carmen –increpó a la mujer sin levantar la vista del folleto–, si cojo español para el próximo semestre, ¿me ayudarás a estudiar?
, e imagino que Peter también te echará una mano.
–Genial –dijo con ironía–. Entre eso y la Historia de la Antigua Grecia me lo voy a pasar de puta madre.
–¡Seth! –lo reprendió Carmen–. Ese lenguaje no es propio de un caballero.
–Lo siento.
La mujer puso un plato con beicon, huevos y tostadas delante de Seth y, al darse la vuelta, vio a Lali de pie en la puerta.
–Aquí está, señorita. ¿Tiene hambre?
–Un poco.
–Venga –le dijo, señalándole el taburete vacío junto a Seth–. Siéntese y le prepararé el desayuno.
–Gracias, Carmen.
La mujer le contestó con una sonrisa.
Lali se sentó junto al Escudero, que se limpió la mano en los pantalones y se la ofreció.
–Seth Gautier –se presentó, con una sonrisa encantadora y llena de hoyuelos–. Más conocido como Seth-mueve-el-culo-necesito-que-hagas… y ahí es donde la cosa varía.
Lali soltó una carcajada.
–Es un poco mandón, ¿verdad?
–No lo sabes muy bien. –Seth cogió el móvil, que llevaba en una funda sujeta al cinturón, y se lo ofreció–. Y hablando de él, me ha dicho que tienes que llamar al trabajo.
–Gracias.
Mientras Carmen le preparaba el desayuno, Lali llamó a su jefe y le explicó lo ocurrido. Afortunadamente, el director se mostró muy comprensivo y le dio dos semanas libres para que se hiciera cargo de la situación.
Tan pronto como colgó, comenzó a sentirse mal por la pérdida de su hogar.
–No puedo creer que incendiaran mi casa.
–¿Su casa? –preguntó Carmen–. ¿Quién ha hecho eso?
–Las autoridades lo están investigando –contestó Peter desde el salón.
Lali se giró y lo vio de pie en la puerta. Estaba muy pálido y parecía incómodo.

Hola mis amores!! como estan??? espero q les este yendo bien!
Bienvenida a Tefy la nueva lectora ,Ana gracias x siempre estar ahi!! capitulo dedicado a ustedes chicas =)
Les gusta el nuevo Header?? me gusto como me quedo jaja
Y recuerden q vamos a hacer otro maraton como dijo Mar (y si ya te apoderaste de mi blog jajaj)
Me pueden encontrar en:
Twitter:@Angie_232alma / @WeLoveYagoCR 
Face:Angie Lanzani / Rochii Igarzabal Lanzani

Besos,hasta mañana
Las quiere
                An



8 comentarios:

  1. que asco que este ese idiota que empieza con B en la foto. Gracias por los capítulos estuvieron geniales acabó de terminas de leer la novia rebelde y me encanto pobre todo el final. Besos. Naara

    ResponderEliminar
  2. Más!! Me encanta!! Peter podrá con Cayo??

    ResponderEliminar
  3. quiero mas ya tengo mi blog pero quiero segir leyendo

    ana

    ResponderEliminar
  4. me encantoooo
    pero me parecio cortito los cap
    jaja bueno espero mass.
    tefy

    ResponderEliminar
  5. bueno un pequeño cambio en el cursos de las cosas da risa lo que hablan jajajajajjajaj

    ResponderEliminar