Sorry por el retrasoo esq me fui a ver el final de Juego Limpio(mi tercera nove favorita jaja)ahora si +10 y subo! si no lo dejamos para mañana!!
Y q para decir DIOS VIERON LAS ECENAS GERMILI!! eso es laliter!! para mi es uno de los amores mas fuertes q a existido!! no se porque las sacaron asi cuando me sonries si hubiera sido el exito q se merecia!! ahora sii me dejo de hablar jaja a leeerrrrr♥
Capitulo 6
—Beak,
¿hablabas con alguien? —preguntó Eugenia—. Me pareció oír...
—Sólo
visitaba a Fuego Fatuo —mintió Beak.
—Lali dijo
que debías de estar echando la siesta y que podríamos meternos aquí sin ser
vistas, tomar nuestros caballos y dar otra rápida carrera —confesó Eugenia.
—¡Eugenia,
no tenías por qué decírselo!
—Bueno, tú
dijiste...
—¡Qué vergüenza,
Lali! —la regañó Beak—. Yo nunca duermo la siesta, y tú no tendrías que estar
metiéndote en ningún sitio. —Le dirigió una sonrisa absurda—. No es propio de
una dama.
—Sí,
duermes la siesta —dijo Lali; la sonrisa del anciano le resultó contagiosa—. Hoy
estás de buen humor, ¿verdad?
—Así es
—admitió Beak. Intentó disimular la ansiedad pues no quería que Lali sospechara
que tramaba algo. Se preguntó si los señores escoceses aún estarían observando
a Fuego Fatuo. Y aunque el guerrero Lanzani no podía ver a Lali, Beak sabía que
la voz de la muchacha, suave y ronca, atraparía la atención del hombre.
—Me
pregunto qué estáis haciendo las dos en una tarde tan hermosa —quiso saber el
anciano.
—Queríamos
cabalgar —dijo Eugenia, mirando confundida a Beak—. Ya te lo hemos dicho. ¿Te
sientes mal, Beak? Lali, a mí me parece que está sonrojado.
Al
instante, Lali tocó la frente de Beak con el dorso de la mano.
—No tiene
fiebre —le dijo a la hermana.
—Deja de
preocuparte por mí —dijo Beak—. Estoy tan sano como de costumbre.
—Entonces,
¿nos dejarás cabalgar una o dos horas más? —preguntó Eugenia.
—Daréis
ese paseo caminando, y no se discute más —afirmó Beak, y cruzó las manos sobre
el pecho para demostrar que hablaba en serio.
—¿Por qué
no podemos cabalgar? —preguntó Eugenia.
—Porque
acabo de preparar a esas damiselas para dormir —dijo Beak—. Vuestros caballos
han sido alimentados, consentidos y arrullados.
Beak
acababa de pronunciar la mentira cuando recordó a los dos grandes potros que
estaban comiendo en los pesebres junto a las puertas del frente. Temió que Lali
o Eugenia pudiesen verlos. Con todo, por lo general las dos hermanas entraban
corriendo a los establos y había una buena posibilidad de que pudiera hacerlas
salir sin que los viesen.
—Tendríais
que prepararos para recibir a las visitas —barbotó Beak. Sujetó a Eugenia del
brazo derecho, a Lali del izquierdo, y comenzó a arrastrarlas hacia la salida.
—Eugenia
me convenció de que no me preocupara de esas visitas indeseadas en una tarde
tan hermosa —explicó Lali—. Beak, deja de tirarme del brazo.
—Tenemos
tres días enteros de libertad —dijo Eugenia—. Lali todavía tiene mucho tiempo
de arreglar la casa.
—Podrías
echarle una mano, señorita —dijo Beak—. Te haría bien.
—Beak, no
comiences a importunarla. Eugenia me ayudará si se lo pido.
Beak no
pareció creerle.
—Hablando
de pedir —intervino Eugenia—, hay algo que quisiera pedirte, Beak.
—Eugenia,
ahora no molestes a Beak.
—Sí, lo
voy a molestar —le dijo Eugenia a su hermana—. Aprecio sus consejos tanto como
tú. Además, quiero saber si lo que me dijiste es verdad.
—¡Qué
cosas dices! —replicó Lali, pero la sonrisa le indicó a Beak que en realidad no
estaba ofendida.
—Lali me
ha contado todo acerca de esos horribles escoceses, Beak. Estoy pensando en
huir. ¿Qué opinas de ese plan atrevido?
Beak
disimuló la sonrisa pues lady Eugenia parecía muy sincera.
—Supongo
que depende de a dónde pienses huir.
—Oh,
bueno, aún no he pensado en eso...
—Eugenia,
me pregunto por qué quieres escapar —dijo Beak—. ¿Con qué clase de cuentos
espantosos te ha llenado la cabeza tu hermana? ¿Crees que son ciertos o no?
—Vamos,
Beak, ¿por qué supones que le mentiría a mi hermana? —preguntó Lali,
conteniendo la risa.
—Porque yo
sé cómo funciona tu mente, Lali —respondió Beak—. Has estado haciéndolo otra
vez, ¿no es así? ¿Con qué cuentos has asustado hoy a tu hermana? Veo que la has
hecho temblar de miedo. Y sucede que yo sé que lo ignoras todo acerca de los
escoceses.
—Sé que
tienen el cerebro de una oveja —replicó Lali, guiñándole un ojo a Beak mientras
Eugenia no la miraba, y añadió—: Claro que sólo los escoceses nacidos en las
Tierras Altas. Los nativos de las Tierras Bajas son muy inteligentes, Beak,
como tú.
—No trates
de halagarme con palabras bonitas —replicó Beak—. En esta ocasión no resultará.
Veo lo afligida que está Eugenia. Mira cómo se retuerce las manos. ¿Qué le has
dicho?
—Sólo le
he dicho que he oído decir que los escoceses son lujuriosos.
—Bueno, Eugenia,
eso no es tan malo —admitió Beak.
—De grandes
apetitos —dijo Eugenia.
—¿Eso es
un pecado?
—Lo es
—respondió Eugenia.
—Gula
—añadió Lali, riendo entre dientes.
—Lali me
dijo que pelean todo el tiempo.
—No, Eugenia,
dije que pelean gran parte del tiempo. Si vas a repetir todo lo que digo, hazlo
bien.
—¿Es
cierto, Beak?
—¿Qué
cosa, Eugenia?
—Que
luchan todo el tiempo.
—Yo sólo
dije que les gusta lanzar ataques —dijo Lali encogiéndose de hombros.
Beak vio
que los pómulos altos de Lali estaban cubiertos de rubor. No cabía duda de que
la avergonzaba lo que la hermana contaba de ella.
Desde
luego que Lali había cometido una travesura. Parecía tan culpable como aquella
ocasión en que convenció a Eugenia de que el padre había firmado la orden para
que el convento se hiciera cargo de ella.
Le
agradaba bromear. También, era un espectáculo digno de ver, vestida con el
color preferido de Beak, el azul intenso. Tenía el cabello suelto y los espesos
rizos caían en caótico esplendor por debajo de los hombros esbeltos. Tenía
manchas de tierra en la nariz y la barbilla.
Beak deseó
que el señor Lanzani pudiese ver a Lali en ese momento, pues los ojos violetas
chispeaban de alegría.
Eugenia
también tenía un aspecto atrayente. Tenía puesto un vestido rosado, salpicado
de manchas de barro. Beak se preguntaba en qué lío se habrían metido las dos
hermanas, pero luego comprendió que en realidad no quería saberlo.
Recordó el
tema de los escoceses cuando Eugenia exclamó:
—Lali me
ha dicho que los escoceses toman lo que desean cuando lo desean. También, que
tienen ciertas preferencias.
—¿Cuáles?
—preguntó Beak.
—Los
caballos fuertes, las ovejas gordas y las mujeres suaves —dijo Eugenia.
—¿Ovejas y
mujeres?
—Sí, Beak,
y en ese orden. Lali dice que prefieren dormir junto a los caballos que al lado
de las mujeres. Y bien, ¿es verdad? ¿Acaso las mujeres quedan en último lugar?
Beak no le
respondió. Observó a Lali con expresión severa, deseando que esa fuese una
respuesta para Eugenia. Le pareció que Lali tenía el semblante contrito, pero
no estaba seguro de que fuera a pedir disculpas o a reír.
Ganó la
risa:
—A decir
verdad, Eugenia, sólo estaba bromeando contigo.
—¡Mirad
cómo estais las dos! —exclamó Beak—. Cubiertas de tierra como los hijos de los
campesinos. Y tú, señorita —agregó, señalando a Lali—, ¡riéndote como una
tarambana! ¿Qué es lo que estabais haciendo las dos en el prado, me pregunto
yo?
—Está
tratando de cambiar de tema —le dijo Eugenia a su hermana—. Lali, no me moveré
de aquí hasta que me pidas disculpas. Y si pienso que no eres sincera, se lo
diré al padre Charles. Él te castigará con una penitencia que no olvidarás muy
pronto.
—Es culpa
tuya, no mía —replicó Lali—. Eres tan fácil de convencer como una marioneta.
Eugenia
giró hacia Beak.
—Ya podría
comprender mi hermana mi problema. Ella no tiene que presentarse ante los
guerreros escoceses y rogar a Dios no ser la elegida. Papá piensa ocultarla.
—Porque no
se me menciona en la orden del rey —le recordó Lali.
—Yo no
estoy tan seguro de que no fueses mencionada —replicó Beak.
—Papá no
mentiría —arguyó Lali.
—En cuanto
a eso, Lali, yo no diría si estás equivocada o no —dijo Beak— Eugenia, por lo
que veo, Lali no te ha dicho nada terrible acerca de los escoceses. Te
preocupas en vano, chica.
—Me contó
otras historas, Beak —dijo Eugenia—. Por su puesto que yo sospeché, pues esos
cuentos eran demasiado fantásticos. No soy tan crédula, Beak, a pesar de lo que
piense mi hermana.
Beak miró
otra vez a Lali con gesto severo.
—¿Y bien,
milady?
Lali soltó
un suspiro suave.
—Admito
que inventé algunas de las historias, Beak, pero muchas son verdaderas.
—¿Cómo
puedes saber qué es verdadero y qué es falso? De cualquier modo, no tendrías
que dar crédito a las habladurías. Yo te he enseñado a no hacerlo.
—¿Qué
habladurías? —preguntó Eugenia.
—Los
escoceses tienen un juego que consiste en arroja troncos de árboles.
—Pinos, Eugenia
—respondió Lali.
Eugenia
soltó un resoplido muy poco señorial.
—No es
cierto.
—Sí
—repuso Lali—. Y si eso no es un ritual, no sé qué puede serlo.
—De verdad
piensas que yo creo todo lo que me dices, ¿no es cierto?
—Es
verdad, Eugenia —admitió Beak—. Arrojan troncos, pero no unos contra otros.
Eugenia
movió la cabeza.
—Beak, por
el modo en que sonríes, sé que estás burlándote de mí. ¡Oh, sí, estás
burlándote! —insistió, al ver que iba a discutirle—. ¿Y crees que es verdad que
los escoceses usan ropa de mujer?
—¿Qué...?
—Beak ahogó una tos. Esperaba que los guerreros ya se hubiesen marchado del
establo y no estuvieran escuchando esa lamentable conversación—. Creo que
tenemos que salir fuera para seguir la conversación. Es un día demasiado bello
para estar dentro.
—Es cierto
—le dijo Lali a su hermana, sin hacer caso de la sugerencia de Beak—. Usan
vestidos de mujer, ¿no es así, Beak?
—¿Dónde
has sacado semejante blasfeEugenia? —preguntó Beak.
—Me lo
dijo Cholie.
—¿Cholie?
—preguntó Eugenia—. Bueno, si me lo hubieses dicho, yo no habría creído ninguno
de tus cuentos. Sabes tan bien como yo que la ayudante de cocina está todo el
día con la jarra de cerveza. Es probable que estuviese ebria.
—¡Diablos!
—¡De
verdad, hablas igual que Beak!
—Es cierto
—dijo Beak, intentando frenar la discusión en ciernes.
—¿Qué cosa
es cierta? —preguntó Eugenia.
—Usan ropa
que les llega hasta las rodillas —aclaró Beak.
—¿Lo ves, Eugenia?
Te lo dije.
—Esa
vestimenta se llama manto, Eugenia. Manto —repitió Beak en tono gruñón— Es un
atuendo sagrado y creo que no les agradaría oír que lo llaman ropa de mujer.
—Ahora no
me extraña que tengan que pelear todo el tiempo —intervino Lali. En realidad,
no había creído el cuento de Cholie, pero Beak parecía tan sincero que
comenzaba a convencerse de que era verdad.
—Sí —confirmó
Eugenia—. Tienen que defender sus vestidos.
—¡No son
vestidos!
—¡Mira lo
que has conseguido, has hecho que Beak nos grite! —De inmediato Lali se puso
triste—. Beak, lamento haberte hecho enfadar. ¡Caramba, qué nervioso estás hoy!
Miras constantemente por encima del hombro. ¿Imaginas que alguien te va a
empujar desde atrás? ¿Qué...?
—No he
descansado —exclamó Beak—. Por eso estoy irritado.
—En ese
caso, tendrías que descansar —le aconsejó Lali—. Vamos, Eugenia. Beak ha sido
muy paciente con nosotras, y yo creo que no se siente del todo bien.
Tomó a Eugenia
de la mano y se dirigió hacia la salida.
—¡Dios, Eugenia,
de verdad usan ropa de mujer! No creí a Cholie, pero ahora estoy convencida.
—Me
escaparé, y no se hable más —dijo Eugenia en voz alta para que Beak la oyese.
De pronto se detuvo y giró— Una última pregunta por favor.
—¿Sí, Eugenia?
—Beak,
¿sabes si los escoceses detestan a las mujeres gordas?
El anciano
no pudo responder esa pregunta absurda. Se encogió de hombros, y Eugenia fue
tras Lali. Las dos hermanas se alzaron los vestidos y corrieron hacia el patio
superior. Mientras las observaba, Beak dejó escapar unas suaves carcajadas.
—Tiene un
nombre raro.
El jefe de
los establos casi se desmayó de susto. No había oído acercarse a Peter Lanzani.
Se volvió, y se encontró cara a hombros con el guerrero gigante.
—Inusual,
Lali es diferente a las demás. El barón Jamison no es el verdadero padre de Lali,
aunque la reconoció como hija. Le concedo que fue un gesto bondadoso. ¿Ha
podido verla bien, entonces? —agregó precipitadamente.
Peter
asintió.
—La
llevará consigo, ¿verdad?
Lanzani
contempló largo rato al anciano antes de responder.
—Sí, Beak.
La llevaré conmigo.
La
elección estaba hecha.
Continuara........................................................................................diganme si no se murieron de ternura con Peter al final jaja al menos a mi me paso!! +10
mas mas mas mas mas!!!
ResponderEliminarmas noveeeeeeeee!!!!!!!
ResponderEliminarsubi mas porfa!
ResponderEliminarHola! Soy de españa y acabo de empezar a leer tu nove y la verdad me encanta sube mas porfavor estoy muy intrigada por saber que pasara
ResponderEliminara no, no lo podes dejar asi subi mas ya!
ResponderEliminarmaaaaaaaaaassssssss
ResponderEliminarvas a postear mas hoy verdad, pq no lo podes dejar asi
ResponderEliminarno seas mala y subi mas porfavor te lo ruego!
ResponderEliminarno me dejes asi nesesito saber que pasa con lali y peter
ResponderEliminarmas nove mas nove mas nove
ResponderEliminarsubi mas nove, quiero saber como continua esta historia :)
ResponderEliminarMás!! me encanta!!
ResponderEliminarme encantaaa :D
ResponderEliminarOtro otro!!
ResponderEliminarawww bueno ya quedo claro q lali es tremenda jajaj no tengo mas q decir me esta doliendo la cebeza sigo leyendo
ResponderEliminar