jueves, 3 de enero de 2013

Capitulo 7


Aca otro cap seguimos con la maraton despues dale!! besos descansen!! y pregunto de nuevo alguien tiene la nove su inocencia?? plis la habian subido a un blog la ocupoo♥♥ bye ahora a ver dulce amor♥♥


Capítulo 7

Lali no se enteró de la llegada anticipada de los escoceses hasta que Merlin, el pastor la buscó para decirle que en la casa principal había una gran conmoción, y que el padre queria que ella lo ayudase.
Merlin se olvidó de mencionar a los escoceses mientras tartamudeaba. No cabía culparlo pues la bella señorita lo miraba de frente al tiempo que el muchacho hablaba. Esos ojos violáceos lo perturbaban. Luego, la joven sonrió y el corazón de Merlin comenzó a palpitar como el de una tonta doncella. La mente del muchacho, en cambio, no palpitó se vació de todo pensamiento que no fuese este: Lady Lali le prestaba su completa atención.
Por supuesto el tartamudeo empeoró, pero de todos modos no importaba. Lali no podía acudir de inmediato, ya que había un herido que necesitaba ser atendido con urgencia. El pobre viejo Silas, de vista tan débil como sus manos, debía de tener algo grave pues berreaba de una manera que hasta los cerdos chillaban al unísono.
Silas se había cortado accidentalmente el antebrazo mientras intentaba cortar un cuero para transformarlo en una silla de montar. La herida no era seria y no era necesario cauterizarla con un cuchillo al rojo, pero Lali tuvo que pasar largo rato tranquilizando al viejo, después de haber limpiado y vendado la herida. El anciano necesitaba consuelo, ¡y eso era todo!
Durante el escándalo, Merlin permaneció junto al cocinero. Estaba un poco celoso de la atención que Silas recibía de la señorita. Y también muy ansioso, pues no podía recordar la otra parte de la información que tenía que darle.
Por fin, Lali terminó y dejó a Silas en las diestras manos de Cholie. Sabía que los dos criados compartirían al menos una jarra de cerveza, pero no creyó que eso fuese pecaminoso, pues Silas necesitaba serenarse y Cholie darle el único tipo de consuelo que conocía.
—Sólo puedo apagar un incendio al mismo tiempo —le dijo a Merlin, cuando éste le recordó el jaleo que había en la casa principal.
Sonrió para suavizar el comentario, y dejó al cuidador de rebaños con su aire afligido. Lali corrió colina arriba con la falda por encima de las rodillas. Tres sabuesos juguetones corrían junto a ella. Ni Lali ni las mascotas aminoraron el paso hasta precipitarse por las puertas abiertas y entrar en el salón grande.
En ese momento, la joven se detuvo bruscamente. De inmediato, los dos guerreros apoyados al descuido contra la repisa de la chimenea atrajeron su atención.
Lali estaba demasiado atónita para ocultar su reacción. ¡A decir verdad, eran los hombres más grandes que había visto! No pudo apartar la vista de ellos.
Por desgracia, las primeras palabras que escaparon de la boca de Lali no fueron propias de una dama.
—¡Dios!
Fue sólo una exclamación ahogada, pero a juzgar por el modo en que el más grande de los guerreros alzaba la ceja derecha, supo que la habían oído.
No se atrevió a hacer una reverencia por temor a caerse de cara al suelo si lo intentaba. Al parecer, tampoco podía apartar la mirada del más alto de los dos hombres, el que trataba de mirarle las rodillas. Era el hombre de expresión más malvada que había visto jamás.
Se dijo que no estaba asustada; no, estaba demasiado furiosa para asustarse. Lali se mantuvo firme y sostuvo la mirada del guerrero largo rato antes de recobrar cierta compostura pero luego pensó que jamás lo lograría si seguía contemplandolo.
Por fin, Lali advirtió el silencio que inundaba el gran salon.
Miró por encima del hombro y vio a sus hermanas. Estaban las tres alineadas, como si fuesen vulgares delincuentes, y tenían el aspecto de esperar que las ejecutaran a flechazos.
En cuanto Agnes captó la mirada compasiva de Lali, comenzó a llorar. Alice pasó el brazo por los hombros de su hermana en un evidente intento de consolar pero ella también estalló en lágrimas. En un parpadeo las dos estaban histéricas. Eugenia estaba de pie junto a Agnes y también parecía a punto de llorar. Tenía las manos apretadas ante sí, y tras susurrar a Lali “ Dios querido, míralos”, bajó la mirada.
Había que hacer algo. No se podía permitir que las gemelas avergonzaran a toda la familia ante los escoceses.
—Agnes, Alice, dejad de llorar inmediatamente.
Las dos hermanas se secaron los ojos y trataron de controlarse. En ese momento Lali vio a su padre. Estaba sentado a la mesa y se servía bebida de una de las dos jarras que tenía ante él.
Lali pensó que le correspondía a ella ofrecer una bienvenida correcta, inglesa. Sabía cuál era su deber. Sin embargo, el deseo de gritarles a los extranjeros que se habían adelantado tres días era casi incontenible. El deber se impuso. Por otra parte los escoceses debían de ser demasiado estúpidos para lo descortés de su propio comportamiento.
Lali caminó con lentitud y se detuvo ante los dos hombres. Recordó a los perros que estaban junto a ella, al oír que les gruñían a los extraños, los despidió con un rápido gesto e hizo una reverencia ante los invitados, estableciendo así su categoría de dueña de la casa. Cuando inclinó la cabeza, un mechón de pelo le cayó sobre la cara, estropeando el señorial efecto que intentaba lograr. Lali apartó el cabello sobre el hombro y trató de componer una sonrisa.
—Quisiera darles la bienvenida a nuestro humilde hogar pues, al parecer, nadie es capaz de brindarles ese gesto mínimo de cortesía —comenzó—. Y espero que disculpen que no estemos preparados para recibirlos, pero deben recordar que se han adelantado tres días. Eso ayudará a tolerar nuestra falta.
Mientras hablaba, contemplaba las botas de los hombres, y luego se atrevió a lanzar una rápida mirada, al tiempo que añadía:
—Mi nombre es...
—Lady Lali —afirmó el más bajo de los dos.
Lali tenía la mirada perdida en el espacio entre los dos hombres, y se volvió de inmediato hacia el que había hablado.
No tenía un aspecto tan feroz como el otro, concluyó Lali al ver que le sonreía. Al sonreír, se le formaba un atractivo hoyuelo en la mejilla derecha, y los ojos verdes tenían una expresión vivaz y maliciosa.
De inmediato, Lali se tornó suspicaz. El hombre parecía demasiado contento dadas las amargas circunstancias, pues Alice y Agnes seguían llorando como niñas pequeñas. Pensó que quizá fuese demasiado simple para darse cuenta de la conmoción que estaba causando. A fin de cuentas, era escocés.
—¿Cuál es su nombre, milord? —preguntó Lali con voz fría.
—Nicolás —respondió el hombre—. Él se llama Peter —dijo, señalando al compañero.
La sonrisa de Nicolás resultó contagiosa. “Desde luego, éste es un seductor”, pensó Lali. No pudo evitar una sonrisa, pues el sujeto hablaba con un acento que le resultaba casi imposible de comprender. En realidad no quería hablar con el otro, pero sabía que tendría que hacerlo. Lali mantuvo la sonrisa y se volvió hacia el otro guerrero.
El hombre estaba esperando que lo mirara y Lali sintió que la sonrisa se le congelaba. La mirada del guerrero, ardiente como el sol del mediodía, la intimidó al instante.

El guerrero no sonreía.
De súbito Lali se sintió incómoda sin saber por qué. En toda su vida, jamás se había sentido tan vulnerable. Percibió el calor en las mejillas y supo que estaba ruborizada. En la mirada de ese hombre había un matiz tan posesivo una expresión de propietario que la joven no comprendió.
De repente, Lali advirtió que lord Peter no la contemplaba de la manera en que un verdadero caballero debía mirar a una auténtica dama de cuna. No, la del hombre era una expresión lujuriosa.
Esa actitud era escandalosa e insolente: le dedicó una inspección lenta, minuciosa e insultante, comenzando en la cabeza y terminando mucho después del borde del vestido de Lali. La mirada se demoró en los labios, los pechos y las caderas de la joven.
Lali lo odió.
La hizo sentir como si estuviera desnuda, y Lali se enfureció con él. Le pagaría con la misma moneda. Si bien no podía reprimir el rubor, rogó parecer tan insolente como el hombre cuando lo inspeccionó de la misma manera ofensiva.
Por desgracia el guerrero no se inmutó ante la imitación de Lali, más bien parecía divertido. Lali creyó ver que los ojos adoptaban una expresión más cálida, y advirtió que otra vez alzaba una ceja ante la inspección de la muchacha.
En esa mirada había algo que le oprimía el corazón. No pudo definirlo, pero comenzaba a pensar que si no tuviese una expresión tan severa, le resultaría apuesto. Claro que eso era ridículo, puesto que ya había decidido odiarlo. Era un hombre demasiado duro para que le agradase. Además, tenía gran necesidad de un corte de pelo. Sí, las puntas del cabello castaño rojizo caían por debajo del cuello de la chaqueta negra. Los suaves rizos le recordaron a Lali a los guerreros griegos que había visto en pinturas pero no alcanzaban a suavizar el rostro anguloso ni el mentón cuadrado. La boca parecía tan dura como el resto de su persona.
¡Oh, tenía una apariencia demasiado feroz para convencerla! Aun así, no comprendió por qué el corazón le latía con tanta fuerza. Cuanto más lo contemplaba, más le faltaba el aliento.
Un solo pensamiento evitó que se sintiera como una tonta. Una de sus pobres hermanas tendría que casarse con este guerrero del infierno.
Comenzó a temblar. El hombre sonrió.
De pronto, el barón Jamison invitó a los dos guerreros a unirse a él para beber vino. De inmediato Nicolás se apartó de la chimenea y caminó hasta la mesa. Sólo se detuvo un instante para guiñarle un ojo a Eugenia.
Peter no se movió. Tampoco Lali. La joven no pudo dejar de contemplarlo.
—¿Ustedes tienen un sacerdote aquí?
La voz sonó áspera. Peter pensó que no podía evitarlo, pues trataba de reaccionar ante la esplendorosa belleza de la mujer que estaba ante él con aire desafiante. Los ojos de la joven tenían un intenso tono violeta. Era magnífica, pero Peter también estaba impresionado por la veta de rebelión que percibía en ella.
A esta mujer no sería fácil intimidarla. Pensó que no se doblegaría ante él. Y ninguna otra había podido sostener la mirada de Peter tanto tiempo con tanto valor.
La sonrisa de Peter se ensanchó. Era desde luego una adversaria digna. Sabía que lo temía pues la vio temblar. Sin embargo, en un esfuerzo valeroso, intentó ocultar su temor ante él.
Con los cuidados y atenciones apropiadas, sobreviviría a la dura vida en las Tierras Altas, pero Peter tendría que tomar todas las precauciones. Tenía un aspecto muy delicado. Debería sofocar esa rebeldía sin abatir el espíritu de la muchacha. En realidad, sería todo un trabajo, pero a Peter no le importaba. Para ser sincero, ya estaba ansioso por iniciar la domesticación.
Y al final, él la conquistaría y ella se sometería.
Lali no tenía la menor idea de lo que el guerrero estaba pensando. Por fin, recobró la voz y respondió la pregunta.
—Sí, milord, tenemos un sacerdote en la casa. —¡Qué el Cielo la amparase, ahora le temblaba la voz!— ¿Ya ha elegido, pues?
—Sí.
—Debe de haber sido una decisión difícil.
La sonrisa también asomó a los ojos:
—No ha sido difícil en absoluto.
A la muchacha no le agradaron ni el tono ni el modo como la miraba.
—Estoy segura de que ha sido difícil —insistió— A fin de cuentas, mis hermanas son todas muy hermosas, y haber elegido tan rápidamente significa que no ha dado al asunto la debida consideración. Por ese motivo, le sugiero que espere, que vuelva a nuestro hogar dentro de un mes, después de haber tenido tiempo de reflexionar. ¿Qué le parece mi idea, milord?
El hombre movió lentamente la cabeza.
—Entonces, ¿se casará usted mañana? —preguntó Lali.
—Mañana estaremos a mitad de camino de nuestra patria.
—¿En serio?
—Sí.



18 comentarios:

  1. Alfin se vieron hahaha que emocion

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  2. de la que buscas de inocencia solo encontré http://mx.fotolog.com/mundolalipitence/102400180/ y el fuego de la inocencia http://expresandolyp.blogspot.mx/2012/08/nueva-novela-el-fuego-de-la-inocencia.html

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  3. mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove

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  4. Siiiiii uno de regalooooo

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  5. huuu la qe les espera alas elejidas jajjaaj masssss! ya qeiro ver la reaccion

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  6. esta muy buena ya me estoy poniendo al dia
    @arimurb

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  7. mas mas mas mas mas mas mas mas mas por favor!!!!!!!
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  8. http://imaginelaliter.blogspot.com/
    Hay esta la nove su inocencia

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  9. jaajaj ya me imagino la cara de Lali y del papa cuando Peter disraque se quiere casar con ella! jajajaj
    Sube mas por faa!!!!!
    Besos

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  10. Te das cuenta? Eres de Costa Rica y Peter pasara parte de sus vacaciones en tu pais!!! No sabes como te estoy envidiando!!! Mira solo por eso nos tenes que publicar el capitulo o, mas bien, los capitulos! jajajaja

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  11. jajajajaj me dan risa los comentarios no se como vamos de audiencia solo se q tengo hambre y no puedo comer ahora ire por el pote de helado y ya quiero imaginarme la cara de la reaccion cuando le diga q la escogio a ella

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