Aca otro cap seguimos con la maraton despues dale!! besos descansen!! y pregunto de nuevo alguien tiene la nove su inocencia?? plis la habian subido a un blog la ocupoo♥♥ bye ahora a ver dulce amor♥♥
Capítulo 7
Lali no se
enteró de la llegada anticipada de los escoceses hasta que Merlin, el pastor la
buscó para decirle que en la casa principal había una gran conmoción, y que el
padre queria que ella lo ayudase.
Merlin se
olvidó de mencionar a los escoceses mientras tartamudeaba. No cabía culparlo
pues la bella señorita lo miraba de frente al tiempo que el muchacho hablaba.
Esos ojos violáceos lo perturbaban. Luego, la joven sonrió y el corazón de
Merlin comenzó a palpitar como el de una tonta doncella. La mente del muchacho,
en cambio, no palpitó se vació de todo pensamiento que no fuese este: Lady Lali
le prestaba su completa atención.
Por
supuesto el tartamudeo empeoró, pero de todos modos no importaba. Lali no podía
acudir de inmediato, ya que había un herido que necesitaba ser atendido con
urgencia. El pobre viejo Silas, de vista tan débil como sus manos, debía de
tener algo grave pues berreaba de una manera que hasta los cerdos chillaban al
unísono.
Silas se
había cortado accidentalmente el antebrazo mientras intentaba cortar un cuero
para transformarlo en una silla de montar. La herida no era seria y no era
necesario cauterizarla con un cuchillo al rojo, pero Lali tuvo que pasar largo
rato tranquilizando al viejo, después de haber limpiado y vendado la herida. El
anciano necesitaba consuelo, ¡y eso era todo!
Durante el
escándalo, Merlin permaneció junto al cocinero. Estaba un poco celoso de la
atención que Silas recibía de la señorita. Y también muy ansioso, pues no podía
recordar la otra parte de la información que tenía que darle.
Por fin, Lali
terminó y dejó a Silas en las diestras manos de Cholie. Sabía que los dos
criados compartirían al menos una jarra de cerveza, pero no creyó que eso fuese
pecaminoso, pues Silas necesitaba serenarse y Cholie darle el único tipo de
consuelo que conocía.
—Sólo
puedo apagar un incendio al mismo tiempo —le dijo a Merlin, cuando éste le
recordó el jaleo que había en la casa principal.
Sonrió
para suavizar el comentario, y dejó al cuidador de rebaños con su aire
afligido. Lali corrió colina arriba con la falda por encima de las rodillas.
Tres sabuesos juguetones corrían junto a ella. Ni Lali ni las mascotas
aminoraron el paso hasta precipitarse por las puertas abiertas y entrar en el
salón grande.
En ese
momento, la joven se detuvo bruscamente. De inmediato, los dos guerreros
apoyados al descuido contra la repisa de la chimenea atrajeron su atención.
Lali
estaba demasiado atónita para ocultar su reacción. ¡A decir verdad, eran los
hombres más grandes que había visto! No pudo apartar la vista de ellos.
Por
desgracia, las primeras palabras que escaparon de la boca de Lali no fueron
propias de una dama.
—¡Dios!
Fue sólo
una exclamación ahogada, pero a juzgar por el modo en que el más grande de los
guerreros alzaba la ceja derecha, supo que la habían oído.
No se
atrevió a hacer una reverencia por temor a caerse de cara al suelo si lo
intentaba. Al parecer, tampoco podía apartar la mirada del más alto de los dos
hombres, el que trataba de mirarle las rodillas. Era el hombre de expresión más
malvada que había visto jamás.
Se dijo
que no estaba asustada; no, estaba demasiado furiosa para asustarse. Lali se
mantuvo firme y sostuvo la mirada del guerrero largo rato antes de recobrar
cierta compostura pero luego pensó que jamás lo lograría si seguía
contemplandolo.
Por fin, Lali
advirtió el silencio que inundaba el gran salon.
Miró por
encima del hombro y vio a sus hermanas. Estaban las tres alineadas, como si
fuesen vulgares delincuentes, y tenían el aspecto de esperar que las ejecutaran
a flechazos.
En cuanto
Agnes captó la mirada compasiva de Lali, comenzó a llorar. Alice pasó el brazo
por los hombros de su hermana en un evidente intento de consolar pero ella
también estalló en lágrimas. En un parpadeo las dos estaban histéricas. Eugenia
estaba de pie junto a Agnes y también parecía a punto de llorar. Tenía las
manos apretadas ante sí, y tras susurrar a Lali “ Dios querido, míralos”, bajó
la mirada.
Había que
hacer algo. No se podía permitir que las gemelas avergonzaran a toda la familia
ante los escoceses.
—Agnes,
Alice, dejad de llorar inmediatamente.
Las dos
hermanas se secaron los ojos y trataron de controlarse. En ese momento Lali vio
a su padre. Estaba sentado a la mesa y se servía bebida de una de las dos
jarras que tenía ante él.
Lali pensó
que le correspondía a ella ofrecer una bienvenida correcta, inglesa. Sabía cuál
era su deber. Sin embargo, el deseo de gritarles a los extranjeros que se
habían adelantado tres días era casi incontenible. El deber se impuso. Por otra
parte los escoceses debían de ser demasiado estúpidos para lo descortés de su
propio comportamiento.
Lali
caminó con lentitud y se detuvo ante los dos hombres. Recordó a los perros que
estaban junto a ella, al oír que les gruñían a los extraños, los despidió con
un rápido gesto e hizo una reverencia ante los invitados, estableciendo así su
categoría de dueña de la casa. Cuando inclinó la cabeza, un mechón de pelo le
cayó sobre la cara, estropeando el señorial efecto que intentaba lograr. Lali
apartó el cabello sobre el hombro y trató de componer una sonrisa.
—Quisiera
darles la bienvenida a nuestro humilde hogar pues, al parecer, nadie es capaz
de brindarles ese gesto mínimo de cortesía —comenzó—. Y espero que disculpen
que no estemos preparados para recibirlos, pero deben recordar que se han
adelantado tres días. Eso ayudará a tolerar nuestra falta.
Mientras
hablaba, contemplaba las botas de los hombres, y luego se atrevió a lanzar una
rápida mirada, al tiempo que añadía:
—Mi nombre
es...
—Lady Lali
—afirmó el más bajo de los dos.
Lali tenía
la mirada perdida en el espacio entre los dos hombres, y se volvió de inmediato
hacia el que había hablado.
No tenía
un aspecto tan feroz como el otro, concluyó Lali al ver que le sonreía. Al
sonreír, se le formaba un atractivo hoyuelo en la mejilla derecha, y los ojos
verdes tenían una expresión vivaz y maliciosa.
De
inmediato, Lali se tornó suspicaz. El hombre parecía demasiado contento dadas
las amargas circunstancias, pues Alice y Agnes seguían llorando como niñas
pequeñas. Pensó que quizá fuese demasiado simple para darse cuenta de la
conmoción que estaba causando. A fin de cuentas, era escocés.
—¿Cuál es
su nombre, milord? —preguntó Lali con voz fría.
—Nicolás
—respondió el hombre—. Él se llama Peter —dijo, señalando al compañero.
La sonrisa
de Nicolás resultó contagiosa. “Desde luego, éste es un seductor”, pensó Lali.
No pudo evitar una sonrisa, pues el sujeto hablaba con un acento que le
resultaba casi imposible de comprender. En realidad no quería hablar con el
otro, pero sabía que tendría que hacerlo. Lali mantuvo la sonrisa y se volvió
hacia el otro guerrero.
El hombre
estaba esperando que lo mirara y Lali sintió que la sonrisa se le congelaba. La
mirada del guerrero, ardiente como el sol del mediodía, la intimidó al
instante.
El
guerrero no sonreía.
De súbito Lali
se sintió incómoda sin saber por qué. En toda su vida, jamás se había sentido
tan vulnerable. Percibió el calor en las mejillas y supo que estaba ruborizada.
En la mirada de ese hombre había un matiz tan posesivo una expresión de
propietario que la joven no comprendió.
De
repente, Lali advirtió que lord Peter no la contemplaba de la manera en que un
verdadero caballero debía mirar a una auténtica dama de cuna. No, la del hombre
era una expresión lujuriosa.
Esa
actitud era escandalosa e insolente: le dedicó una inspección lenta, minuciosa
e insultante, comenzando en la cabeza y terminando mucho después del borde del
vestido de Lali. La mirada se demoró en los labios, los pechos y las caderas de
la joven.
Lali lo
odió.
La hizo
sentir como si estuviera desnuda, y Lali se enfureció con él. Le pagaría con la
misma moneda. Si bien no podía reprimir el rubor, rogó parecer tan insolente
como el hombre cuando lo inspeccionó de la misma manera ofensiva.
Por
desgracia el guerrero no se inmutó ante la imitación de Lali, más bien parecía
divertido. Lali creyó ver que los ojos adoptaban una expresión más cálida, y
advirtió que otra vez alzaba una ceja ante la inspección de la muchacha.
En esa
mirada había algo que le oprimía el corazón. No pudo definirlo, pero comenzaba
a pensar que si no tuviese una expresión tan severa, le resultaría apuesto.
Claro que eso era ridículo, puesto que ya había decidido odiarlo. Era un hombre
demasiado duro para que le agradase. Además, tenía gran necesidad de un corte
de pelo. Sí, las puntas del cabello castaño rojizo caían por debajo del cuello
de la chaqueta negra. Los suaves rizos le recordaron a Lali a los guerreros
griegos que había visto en pinturas pero no alcanzaban a suavizar el rostro
anguloso ni el mentón cuadrado. La boca parecía tan dura como el resto de su
persona.
¡Oh, tenía
una apariencia demasiado feroz para convencerla! Aun así, no comprendió por qué
el corazón le latía con tanta fuerza. Cuanto más lo contemplaba, más le faltaba
el aliento.
Un solo
pensamiento evitó que se sintiera como una tonta. Una de sus pobres hermanas
tendría que casarse con este guerrero del infierno.
Comenzó a
temblar. El hombre sonrió.
De pronto,
el barón Jamison invitó a los dos guerreros a unirse a él para beber vino. De
inmediato Nicolás se apartó de la chimenea y caminó hasta la mesa. Sólo se
detuvo un instante para guiñarle un ojo a Eugenia.
Peter no
se movió. Tampoco Lali. La joven no pudo dejar de contemplarlo.
—¿Ustedes
tienen un sacerdote aquí?
La voz
sonó áspera. Peter pensó que no podía evitarlo, pues trataba de reaccionar ante
la esplendorosa belleza de la mujer que estaba ante él con aire desafiante. Los
ojos de la joven tenían un intenso tono violeta. Era magnífica, pero Peter
también estaba impresionado por la veta de rebelión que percibía en ella.
A esta
mujer no sería fácil intimidarla. Pensó que no se doblegaría ante él. Y ninguna
otra había podido sostener la mirada de Peter tanto tiempo con tanto valor.
La sonrisa
de Peter se ensanchó. Era desde luego una adversaria digna. Sabía que lo temía
pues la vio temblar. Sin embargo, en un esfuerzo valeroso, intentó ocultar su
temor ante él.
Con los
cuidados y atenciones apropiadas, sobreviviría a la dura vida en las Tierras
Altas, pero Peter tendría que tomar todas las precauciones. Tenía un aspecto
muy delicado. Debería sofocar esa rebeldía sin abatir el espíritu de la
muchacha. En realidad, sería todo un trabajo, pero a Peter no le importaba.
Para ser sincero, ya estaba ansioso por iniciar la domesticación.
Y al
final, él la conquistaría y ella se sometería.
Lali no
tenía la menor idea de lo que el guerrero estaba pensando. Por fin, recobró la
voz y respondió la pregunta.
—Sí,
milord, tenemos un sacerdote en la casa. —¡Qué el Cielo la amparase, ahora le
temblaba la voz!— ¿Ya ha elegido, pues?
—Sí.
—Debe de
haber sido una decisión difícil.
La sonrisa
también asomó a los ojos:
—No ha
sido difícil en absoluto.
A la
muchacha no le agradaron ni el tono ni el modo como la miraba.
—Estoy
segura de que ha sido difícil —insistió— A fin de cuentas, mis hermanas son
todas muy hermosas, y haber elegido tan rápidamente significa que no ha dado al
asunto la debida consideración. Por ese motivo, le sugiero que espere, que
vuelva a nuestro hogar dentro de un mes, después de haber tenido tiempo de
reflexionar. ¿Qué le parece mi idea, milord?
El hombre
movió lentamente la cabeza.
—Entonces,
¿se casará usted mañana? —preguntó Lali.
—Mañana
estaremos a mitad de camino de nuestra patria.
—¿En
serio?
—Sí.
Subiras otrooo?
ResponderEliminarAlfin se vieron hahaha que emocion
ResponderEliminarMás!!! Quiero más!!
ResponderEliminarotro otro!!
ResponderEliminarde la que buscas de inocencia solo encontré http://mx.fotolog.com/mundolalipitence/102400180/ y el fuego de la inocencia http://expresandolyp.blogspot.mx/2012/08/nueva-novela-el-fuego-de-la-inocencia.html
ResponderEliminarmas nove mas nove mas nove mas nove mas nove
ResponderEliminarsube mas :D
ResponderEliminaruno de regalo :D
ResponderEliminarotrooo :D
ResponderEliminarSiiiiii uno de regalooooo
ResponderEliminarMe encanta !!!!
ResponderEliminarhuuu la qe les espera alas elejidas jajjaaj masssss! ya qeiro ver la reaccion
ResponderEliminaresta muy buena ya me estoy poniendo al dia
ResponderEliminar@arimurb
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ResponderEliminarHay esta la nove su inocencia
jaajaj ya me imagino la cara de Lali y del papa cuando Peter disraque se quiere casar con ella! jajajaj
ResponderEliminarSube mas por faa!!!!!
Besos
Te das cuenta? Eres de Costa Rica y Peter pasara parte de sus vacaciones en tu pais!!! No sabes como te estoy envidiando!!! Mira solo por eso nos tenes que publicar el capitulo o, mas bien, los capitulos! jajajaja
ResponderEliminarjajajajaj me dan risa los comentarios no se como vamos de audiencia solo se q tengo hambre y no puedo comer ahora ire por el pote de helado y ya quiero imaginarme la cara de la reaccion cuando le diga q la escogio a ella
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