Capítulo 10
Lali se puso
su traje de baño y encima una camiseta. Empezaba a atardecer, pero disponía de
un par de horas antes de arreglarse para acudir a la casa de los Lincoln.
Aprovecharía ese tiempo para nadar. Miró hacia la casa de Peter mientras
caminaba apresurada por el sendero. Le gustaría ir a cenar a la casa de los
Lincoln, si él se sentía bien. Esperaba que sólo necesitara una siesta, pero si
a pesar de eso no se reponía, ¿aceptaría que ella preparara la cena para los
dos?
El agua
estaba maravillosa, refrescante bajo el ardiente sol. Nadó un rato y luego se
tumbó en la playa. Al fin se dijo que ya era hora de ir a prepararse si acaso
iban a cenar con los Lincoln.
Se dirigió a
la puerta trasera de la silenciosa casa, pues era inútil llamar a la principal.
Si Peter estaba dormido, no lo despertaría. Abrió la puerta de alambre y
atravesó la cocina en dirección a la sala. El sofá estaba sin desplegar y no
había señales de Peter. Sin hacer ruido, Lali se asomó a las demás habitaciones
del primer piso y luego subió por la escalera. Se asomó a su dormitorio y lo
vio acostada en la cama, aún dormido. Lo contempló durante un momento,
admirando sus pómulos salientes y sus labios firmes. De manera inconsciente, se
pasó la lengua por los labios al recordar el contacto de aquella boca sobre la
suya. Su respiración era uniforme y tenía el cabello despeinado.
Lali se quedó
indecisa en el vano de la puerta. ¿Debería despertarlo? Tal vez no. Sin
embargo, no sabía si podría seguir dormido toda la noche. Entró lentamente, sin
hacer ruido, y se acercó a la cama.
—¿Peter? —lo
llamó en voz baja, pero no obtuvo respuesta—. ¿Peter? —repitió, arrodillándose
sobre el colchón e inclinándose un poco hacia adelante para sacudirlo por un
hombro.
—¿Ummm?
—respondió él, sin abrir los ojos.
—¿Quieres
despertarte?
Él abrió los
ojos y la miró.
—Has ido a
nadar.
—Sí. ¿Quieres
levantarte?
—¿Qué hora
es? —le preguntó él.
—Casi las
seis. No sabía si debía arreglarme para salir. Si no te sientes con ánimo para
hacerlo, puedo preparar algo y cenaremos aquí.
Él cerró los
ojos por un momento.
—Vayamos a
casa de Kyle y Lynn —respondió.
—De acuerdo.
Lali trató de
bajarse de la cama, pero él se lo impidió, tirando de ella hasta que quedó
tumbada a su lado.
—¿Quieres
darte una ducha aquí? —le sugirió Peter.
—No. Tengo una
excelente ducha en casa —respondió Lali, abriendo mucho los ojos.
—Pero yo no
estaré en ella.
—No —sonrió
la joven—. ¿Te imaginabas allí? —se burló, disimulando la opresión que sentía
en el corazón; lo miró fijamente, sin permitirle que adivinara sus
pensamientos.
—Y te imagino
a ti en la mía —deslizó los dedos a lo largo de sus piernas y los introdujo
bajo la parte inferior del bikini—. Apuesto a que tu piel bajo esta prenda es
muy blanca.
La sonrisa de
Lali se desvaneció y sintió que algo se derretía en su interior; su fortaleza
había desaparecido. Debía rechazarlo, levantarse de la cama y salir de allí.
Pero no podía moverse, no quería hacerlo. Contuvo el aliento, con el corazón
acelerado. La sonrisa de Peter era indolente; entornó los párpados para
contemplarla mientras deslizaba la mano por su pecho. Lali se sentía arder.
—Oh, Lali,
eres tan suave y cálida como un día de verano.
—Peter…
—sabía que debía decir algo, detenerlo mientras aún tenía la fuerza para
resistirse a él.
—¿Hmm? —apoyándose
en un codo, deslizó la mano derecha por debajo de su camiseta, trazando un
sendero de fuego por su piel.
—Detente
—murmuró ella.
—No —Peter se
movió para cubrirle un seno con una mano, acariciando su satinada piel debajo
del traje de baño.
Lali se
estremeció bajo su contacto y se acercó más a él. Sabía que debía poner fin a
esa locura.
Cuando Peter
al fin la besó, Lali cedió, ansiando sólo el éxtasis que le brindaba.
Entreabrió los labios y su lengua salió al encuentro de la de él. El beso fue a
la vez familiar y excitantemente nuevo. La boca de Peter era cálida; sus firmes
labios se movían sobre los de ella buscando la respuesta que la joven tanto
ansiaba darle.
Peter le
desabrochó la parte superior del traje de baño. Despacio, deslizó una mano a lo
largo de su espalda, incitándola, atormentándola y volviendo a acariciarle un
seno. Lali gimió suavemente, le rodeó el cuello con los brazos y enterró los
dedos en su cabello, arqueándose para acercarse más a él, entregándose a su
abrazo para descubrir todas las maravillas del amor.
Pero el agudo
sonido del teléfono los interrumpió bruscamente.
—¡Maldita
sea! ¡Debería arrancar todos los teléfonos de la casa y de la oficina! —exclamó
Peter, apartándose y rodando sobre la cama para tomar el auricular—. ¿Hola?
Lali notó que
su respiración era desigual.
—Sí… estaba a
punto de llamarte, Lynn. Me siento bien… Sí, estaremos allí dentro de un rato…
¿Qué puedo llevar? De acuerdo, nos veremos pronto —colgó el auricular.
Mientras él
hablaba, Lali pensó que no disponía de mucho tiempo para arreglarse. Se deslizó
de la cama y trató de abrocharse el tirante del traje de baño.
—Estaré lista
dentro de media hora —anunció, evitando mirarlo.
—Puedes
ducharte aquí —insistió Peter, sentándose en el borde de la cama.
—Oh, no, así
nunca llegaríamos a casa de Kyle y Lynn —respondió mientras retrocedía hacia la
puerta, sin dejar de mirarlo.
—Tienes razón
—sonrió él—. Pero sería más divertido.
—Volveré
dentro de media hora —la joven dio media vuelta y echó a correr, mientras las
palabras de Peter resonaban como un eco en su mente.
Se dio una
ducha muy rápida, para quitarse el salitre del mar. Se dejó el cabello suelto.
Luego eligió un vestido fresco de color azul, qué realzaba el color de sus
ojos.
Aunque estaba
satisfecha con su apariencia, titubeó antes de salir; en su interior luchaba la
expectación y el nerviosismo. Aspiró profundamente y salió al fin de la cabaña.
Peter la
estaba esperando en el pórtico de su casa Lali, lo miró sonriente mientras
bajaba y atravesaba el pequeño jardín. Llevaba un pantalón negro y una camisa
blanca que realzaba su tez bronceada. Se dirigió hacia el coche y ella hizo lo
mismo para sentarse al volante. De pronto se sentía cohibida. Después de lo
sucedido y de lo que había estado a punto de suceder no sabía qué decir.
Peter la
detuvo cuando se encontraron. Se inclinó hacia ella, balanceándose sobre las
muletas, y le levantó el rostro para observarla mejor.
—Te has
puesto muy guapa —comentó en voz baja, pero su tono era amenazador—, ¿En honor
de quién… de Kyle? Ya te lo dije, está felizmente casado. No quiero que
coquetees con él y trates de deshacer ese matrimonio.
Lali lo miró
furiosa. Después de sus besos, había pensado que se mostraría más cordial con
ella. Le dolía ver que él la seguía clasificando como una especie de femme
fatale, solamente interesada en causar problemas o en perseguir a los hombres
por su dinero.
—Sé cómo debo
comportarme cuando alguien me invita a cenar. ¡Y jamás coqueteo! No te
preocupes por mí, me comportaré bien con tus amigos. ¿Estás seguro de que
quieres ir?
—Eso creo
—Peter bajó la mano, abrió la puerta y tomó asiento en el coche.
Lali necesitó
algunos segundos para recobrar el aliento antes de sentarse al volante. Tal vez
esa velada era un error, pero ya era demasiado tarde; se había comprometido a
ir.
La casa de
los Lincoln se elevaba sobre la ladera de una colina cerca de Bridgetown. Su
decoración era una mezcla de estilo moderno y tradicional y todo combinaba a la
perfección. El jardín era encantador, con una piscina de forma irregular y una
terraza desde la que podía divisarse la ciudad.
—¡Peter, me
alegro de que hayas venido! —Lynn lo recibió con un beso cuando abrió la
puerta—. Hola, Lali, me alegro de volver a verte. Adelante, Peter ¿cómo te
caíste? ¡Cuando Kyle me lo contó, me quedé muy preocupada!
—Simplemente
estaba distraído, pensando en otras cosas —respondió él, mirando a Lali.
La joven
sonrió a su anfitriona, pero el corazón le latía acelerado. Recordó lo que
Peter le había respondido cuando ella misma le preguntó en qué estaba pensando.
Se dijo que había más de una forma de pensar en una persona y pensamientos que
no eran nada amables. Desalentada, comprendió que no había pensado en eso
antes.
Unos minutos
después, los cuatro estaban sentados en el patio, con una bebida en la mano, y
aún seguían hablando del accidente de Peter.
—Basta ya,
cambiemos de tema —protestó Peter.
—Me gustaría
hacerle a Lali miles de preguntas acerca de su trabajo en Hollywood, pero no
quiero importunarla.
—Pregunta lo
que quieras y yo te preguntaré acerca de la vida en Barbados —sonrió Lali—. Así
intercambiaremos información.
La cena
resultó divertida y amena para todos. Kyle cocinó el pollo y la carne en la
barbacoa mientras Peter lo supervisaba, según dijo él mismo en tono de broma.
Lynn y Lali prepararon la ensalada y llevaron todo a la mesa que había sido
instalada en el patio. Lali rió al escuchar las anécdotas que le contaron sus
tres nuevos amigos durante la cena. Se sentía cómoda a su lado, como si los
conociera desde hacía años. A su vez ellos se divirtieron con lo que ella les
contó acerca de los miembros del reparto de Many Lives and Loves.
—Me gustaría
ir allí. Me encantaría presenciar el rodaje ahora que sé que Mimi Anderson es
tan tímida en la vida real. Debe de resultarle difícil actuar y dar la imagen
de una agresiva cazadora de hombres —comentó Lynn cuando terminaron de cenar.
—Es una gran
actriz y por eso puede hacerlo, a pesar de su timidez.
—Bien, Los
Angeles no está demasiado lejos de aquí —declaró Lynn.
—No, no está
tan lejos. El problema es que tenemos más… contaminación, más habitantes y más
crímenes —Lali hizo a un lado su plato. Se sentía satisfecha y muy contenta.
—También
tenéis a Hollywood.
—¿Acaso mi
mujer alberga el secreto deseo de convertirse en actriz? —preguntó Kyle con
fingido horror.
—No, pero
parece tan fascinante —respondió Lynn.
—Igual que
ser médico o tener un negocio de importaciones y exportaciones —comentó Lali,
mirando a Peter.
—¡Oh, el
trabajo de Peter es fascinante! Viaja por todo el mundo, conoce a mucha gente
famosa y cosecha los beneficios de ser el propietario de una de las empresas de
su sector más grandes de nuestro país —declaró Lynn, mirando sonriente a Peter.
—¿Por qué las
mujeres nunca mencionan el trabajo duro que acompaña a todo eso? ¿O las noches
sin dormir, preocupándose por el destino de la compañía?
—¿O por la
vida de alguien? —añadió Kyle.
Lynn miró a
Lali y asintió.
—En realidad
trabajan mucho, ¿no crees?
—O por lo
menos quieren que nosotras así lo creamos —replicó Lali, levantándose—. ¿Puedo
ayudarte con los platos?
—Gracias.
Vosotros dos podéis quedaros sentados aquí, hablando de lo mucho que trabajáis
y nosotras lo recogeremos todo —declaró Lynn con tono jovial y empezó a recoger
los platos.
Kyle le dio
una palmada en el trasero y ella dio un respingo.
—Sí que
trabajamos mucho, no lo olvides —declaró él con tono divertido.
—Lo sé,
querido, tú trabajas mucho —lo besó levemente en los labios y se llevó los
platos a la cocina.
Lali rehuyó
la mirada de Peter, deseando poder besarlo como Lynn había besado a su marido.
Ya había
anochecido cuando Lynn y Lali salieron de la cocina. Las luces de la ciudad
centelleaban en medio de la noche y la vista era muy bella. Peter estaba
recostado en una tumbona al borde de la piscina, bebiendo una cerveza, con la
pierna lesionada extendida y la otra colgando a un lado. Extendió una mano y
sujetó a Lali de la muñeca cuando pasó junto a él, atrayéndola hacia sí.
—Siéntate
aquí.
Lali titubeó
por un momento. Lynn estaba sentada en otra tumbona con Kyle. Se preguntó por
qué Peter quería dar la apariencia de que estaban tan unidos como los Lincoln.
Pensó que tal vez lo hacía para darle a entender a Kyle que ella no estaba
disponible para él. Al fin se sentó en la tumbona.
Él le pasó el
brazo izquierdo por la espalda y la estrechó contra su pecho, acariciándole un
seno con el pulgar. Luego le ofreció su botella de cerveza.
—¿Quieres
beber un poco?
—Sí, beberé
un sorbo.
Lo hizo y le
devolvió la botella. Peter la alzó y bebió y luego la dejó a un lado, en el
suelo. Lali se relajó reclinada contra él, y le sujetó la mano para impedirle
cualquier movimiento. Peter entrelazó los dedos con los de ella, sin dejar de
mover el pulgar sobre la suave curva de su seno. Lali no se podía concentrar en
la conversación. Todo su ser estaba cautivado por Peter. Trató de apartarle la
mano, pero él no se lo permitió.
Se preguntó
cómo podía Peter seguir hablando con toda calma con Kyle y Lynn, mientras le
producía a ella esas sensaciones tan eróticas. Apenas podía respirar y se
sentía incapaz de sostener una conversación inteligente. Trató de moverse.
—Quédate
quieta —le pidió él al oído y Lali sintió su cálido aliento sobre su piel.
Se apoyó
contra él y cerró los ojos, invadida por el calor que le producían sus
caricias. Luego alzó la otra mano y trató de detenerlo. Tenía que hacerlo, de
lo contrario la volvería loca delante de sus amigos.
—Desde aquí
puedes ver la oficina de Peter —comentó Lynn—. Enséñale dónde está,Peter .
Él le señaló
el edificio a Lali, quien se volvió para mirarlo.
—Si no te
detienes, te daré un puntapié en la pierna lesionada —le advirtió en voz baja,
para que sólo él la oyera.
—Eso sería
una lástima —Peter sonrió y la besó ligeramente.
Lali le dio
la espalda y volvió a apoyarse en él, sujetándole las manos para mantenerlas
alejadas de las zonas de peligro. Se sentía satisfecha y contenta de estar al
lado de Peter. Le gustaban sus amigos y pensó que el sentimiento era recíproco.
Era maravilloso imaginar lo fantástico que sería todo si las cosas fueran
diferentes. Se imaginó en los brazos de Peter a diario, sentados juntos
mientras hablaban de lo que habían hecho durante el día.
Mirando más
allá de las brillantes luces de Bridgetown, hacia la inmensa oscuridad del mar,
Lali comprendió que recordaría eternamente esa velada. El aire perfumado por
los jazmines en flor, la suave brisa marina, húmeda y cálida… Recostada en los
brazos de Peter, charlando con sus amigos… era un momento que debía atesorar.
—¿Te has
quedado dormida? —Peter la sacudió un poco.
—No.
—Lynn te
estaba preguntando por tus planes de trabajo —comentó con tono divertido.
—Debo volver
a California a mediados del mes que viene. Entonces empezaré el rodaje y habrá
que trabajar duro.
¿Sería su
imaginación, o Jake se puso rígido cuando habló de su vuelta a California? Le
encantaría pensar que él no quería que se marchara.
—¿Volverás
aquí el verano que viene? —le preguntó Lynn.
—No lo sé
—respondió Lali. No tenía un motivo para regresar si Peter no tenía nada que
decir. ¿Lo haría? ¿Se mostraría deseoso de que ella regresara a Barbados?
—Bien,
deberías visitar todos los lugares de interés ahora que estás aquí. Si quieres,
yo puedo servirte de guía —se ofreció Lynn.
—Tal vez
acepte tu oferta —respondió Lali—. No he visto mucho aparte de Sam Lord's
Castle. Quería ir a hacer surf en la costa este, visitar los jardines, los
molinos de viento y las plantaciones de caña de azúcar —desalentada, pensó que
los días transcurrían con demasiada rapidez. Dentro de un par de semanas,
terminarían sus vacaciones y regresaría a Los Ángeles. Y Peter sólo sería un
recuerdo. Trató de ignorar ese pensamiento.
—Tal vez el
domingo que viene todos podríamos ir a la playa, en la costa este. Peter no
podría hacer surf, pero los demás sí y comeríamos allí —sugirió Kyle.
—Estoy seguro
de que me encantaría que la escayola se me llenara de arena —murmuró Kyle y
todos se echaron a reír.
—Podríamos
envolverlo en un plástico, como cuando te metes en la ducha —señaló Kyle—. ¿Qué
os parece la idea? Yo tengo el domingo libre.
—De acuerdo.
Lali sonrió.
Sabía que Peter y ella no podrían mantener una actitud tan amable y simpática
durante todo ese tiempo, pero ese era un problema al que se enfrentaría
después. Sería divertido pasar más tiempo en compañía de los Lincoln.
Ya era tarde
cuando Peter anunció que debían retirarse.
—Algunos de
nosotros debemos levantarnos temprano para trabajar duro —comentó, ayudando a
Lali a ponerse de pie.
—Yo también
trabajo mucho, pero no cuando estoy de vacaciones —repuso la joven.
—Pero ahora
puedes quedarte dormida si quieres —comentó él, buscando sus muletas en la
oscuridad.
Poco después
subieron al coche y él le indicó el camino de vuelta. Había sido una velada
maravillosa y Lali sabía que Peter había disfrutado mucho; tenía un aspecto
relajado. Se detuvo en el sendero frente a su casa. Ella estaba cansada, pero
todavía no quería despedirse de él.
Peter también
parecía reacio a bajar del coche. Se quedó allí en silencio, contemplando las
estrellas.
—Es una
pareja muy agradable —comentó Lali—. Han hecho que me sienta bienvenida en su
hogar.
—Son amigos
míos desde hace años. Kyle y yo crecimos juntos.
—Lo sé —ella
sonrió—. Lynn y él me contaron algunas de vuestras aventuras el día de la
fiesta en la casa de tus padres.
—Todas las
historias tienen dos lados… yo exijo un tiempo igual —declaró Peter.
—Lo
necesitarás para algunas de las historias que me han contado —bromeó Lali.
—Entra
conmigo en casa, Lali —le pidió él en voz baja.
—¿Necesitas
ayuda? ¿Quieres que encienda la luz?
—No, quédate
y pasa esta noche conmigo.
Ella guardó
silencio. Él no había hablado de amor, no le había dicho que la amaba y que
deseaba que compartiera su vida con él. Sólo le había pedido que pasara la
noche a su lado. Se sintió herida al ver que él pensaba que ella podría hacer
eso con cualquiera.
—No puedo
—respondió en voz baja, entristecida.
—¿Por qué no?
—¿Qué me dices
del amor?
Peter se
irguió en su asiento y trató de distinguir su rostro bajo la tenue luz. Ella
podía ver su perfil, pero no su expresión.
—El amor es
un sentimiento al que se le concede demasiada importancia, inventada por las
mujeres para que el deseo y la lujuria tengan un disfraz más bello. Si quieres
juramentos de un amor eterno, no los oirás de mis labios. ¿Qué buscas, el
matrimonio? Elizabeth aseguraba que eso era lo que quería, pero, en realidad,
yo fui solamente un pase gratuito para ayudarla a abrirse paso.
—En su camino
hacia Hollywood —lo corrigió ella—. Yo no te necesito para eso, Peter, ya vivo
y trabajo allí. No tengo la menor intención de casarme contigo… ni con nadie
más a corto plazo. Y no creo que el amor sea eso que tú dices. He podido ver
que tus amigos están enamorados. Tus propios padres aún siguen enamorados, al
igual que los míos. Creo que es algo por lo que merece la pena esperar. Y que
vale la pena tener —abrió la puerta del coche y la luz que inundó el interior
la deslumbró. Al ver el rostro colérico de Peter y su mirada centelleante, se
detuvo y gritó—: ¡Y no soy Elizabeth! No te estoy persiguiendo. Me ha encantado
la velada, pero era demasiado esperar que continuara. Tú siempre acabas por
enfadarte. ¿Por qué? ¿Qué te he hecho, excepto tratar de ser tu amiga? ¡Buenas
noches, Peter!
Bajó del
coche y cerró de un portazo, para echar a correr hacia su casa. Una vez que se
encontró a salvo en el interior, estalló en sollozos.
Lo sigo diciendo peter es un IDIOTA. MAS NOVE!!!
ResponderEliminarY bueno!Algo tenía q arruinar lo bien q veníamos!Igual en esta creo q Lali intentó avanzar muchos casilleros juntois,q esperaba una declaracion de amor?ya lo conoce lo suficiente a peter como para saber q ya estaba dAndo pasos muy importantes como para esperar una declaracion de amor!Tiempo al tiempo,lo ha conquistado,lo esta domesticando,un poquito más de paciencia,tal vez si se quedaba con él lo terminaba de volver loco!JAJA Muy lindo cap!Me encantó leerlo!
ResponderEliminartotalemtente un histericoooo, no todo es plataaaa
ResponderEliminarLali tiene razon peter siempre la compara con elisabeth!!!!!!!
ResponderEliminaragh No por favor no todas son iguales como si no se le notara en la fachada lo dulce, tierna y trabajadora que es lali que sea un poco torpe no le quita el resto pero bueno que le vamos a hacer es hombre ojala se de cuenta antes de que sea tarde espero el proximo
ResponderEliminarmas mas mas
ResponderEliminarPor fin lali se revelo mas mas mas mas
ResponderEliminarPq tiene esa necesidad de arruinar todos!! Cuando e de cuenta de lo q quiere va a ser tarde más!
ResponderEliminarPara mi Peter tiene demasiado miedo a que vuelva a ocurrirle lo mismo que le paso con Elizabeth y no se da cuenta que Lali es diferente....
ResponderEliminarEspero mas :)
Besos
MUY buena la noveee :)
masssssssssssssss
ResponderEliminarquiero leer el final!! no me aguantomas
ResponderEliminarmas noveeeeeeeeeeeee
ResponderEliminarmas mas massssssssssssssss
ResponderEliminarquiero massssssssssssssssssssssssssssssss
ResponderEliminarcada vez se pone emjorrrrrrrr
ResponderEliminarMASSSSS
ResponderEliminarMAS NOVEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE
ResponderEliminarVAMOS PETER DEJA DE HACERTE EL CANCHERITO AJAJJAJAA
ResponderEliminarDespués d pasar un día bien ,Peter siempre comete el mismo error enfadandose al final, y arruinando todo.
ResponderEliminar